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VALENCIA. Un nuevo disco de Hopkinson Smith es siempre una gratísima noticia, tratándose de uno de los músicos más exquisitos en activo y que, además, se prodiga poco en los estudios de grabación. Tras sus incursiones en las músicas de John Dowland y de Francesco de Milano, ambos para el sello francés Naïve, el laudista norteamericano vuelve a Johann Sebastian Bach, un repertorio que posiblemente sea el más exigente para todo intérprete de instrumentos de cuerda pulsada, no sólo por las dificultades técnicas sino también, y sobre todo, por la profundidad intelectual contenida en sus páginas. Habiendo grabado ya la totalidad de la obra propiamente compuesta para laúd por Bach, así como transcripciones para laúd de las Sonatas y Partitas para violín y tres de las Suites para violonchelo, ahora Hopkinson Smith ataca las Suites Primera, Segunda y Tercera (BWV 1007-1009), originariamente compuestas para violonchelo y ahora adaptadas por el propio Smith a la tiorba, instrumento de la familia del laúd pero considerablemente más grande y más sonoro, de tesitura más grave, y generalmente utilizado como bajo continuo. El disco se pondrá a la venta a principios de febrero en todo el mundo.

Hopkinson Smith es una de las figuras más relevantes de la música antigua desde los años 70, cuando participó en la fundación del legendario conjunto Hespèrion XX de Jordi Savall. A mediados de los ochenta dejó su actividad en este grupo (donde fue sustituido por el español José Miguel Moreno) para centrarse en su carrera como solista y en la enseñanza. En la actualidad reside en Basilea (Suiza), donde está ligado a la Schola Cantorum Basiliensis, prestigioso centro académico especializado en la música antigua.