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Cómo José Luis Pérez (ex Lladró) y Arturo Llopis (Valcapital) resucitaron La Mediterránea

EVA PALOMARES. 01/03/2010 El ex director general de Lladró Porcelana con apoyo del capital riesgo relanza esta firma cooperativa de vidrio situada en L'Olleria que estuvo a punto de desaparecer por la crisis

Las coyunturas adversas le hacen más fuerte. José Luis Pérez tiene el don de sacar el máximo partido a las épocas de vacas flacas. La crisis favorece la "sobriedad en las empresas y, por tanto, contar con cifras comprometidas, cifras reales", comenta a Valencia Plaza el actual director general de La Mediterránea. Por este motivo, este nuevo empresario se abstuvo de probar suerte en el negocio del ladrillo. "Creo en la creación de valor y nunca he sido partidario de cambiar artificialmente el valor de las cosas".

Quien fuera hace unos años director general de Lladró Porcelana aceptó la salida pactada que le ofreció la empresa de Tavernes Blanques a algunos de sus directivos y dio el salto como presidente de Pronovias en Estados Unidos. Y nunca se ha alejado del segmento de negocio que más conoce, el del regalo y la decoración. De nuevo en el sector, pero bajo otra enseña, no tiene dudas de que la empresa de los Lladró conseguirá mantenerse en el mercado, precisamente "porque se encuentra en un mercado muy maduro y por el liderazgo indiscutible de la familia".

Su nuevo negocio, La Mediterránea, todavía tiene mucho recorrido por delante. Estuvo al borde de la desaparición hace unos meses, cuando las dificultades económicas por la crisis asfixiaron a la empresa y la obligaron a presentar el concurso de acreedores. Y ahora está inmersa en un proceso de redefinición de marca.

Arturo Llopis, consejero delegado de Valcapital, invitó a José Luis Pérez a participar como socio y directivo de La Mediterránea. Y Pérez se dejó seducir por el proyecto, implicándose con un 30% del capital social, porque conoce muy bien el mercado, las redes de distribución y los competidores. Pero sobre todo, porque se le ofrece la posibilidad de explotar las posibilidades del vidrio, un material "que dominará el mercado del regalo en el futuro", afirma.

Un año de plazo

José Luis Pérez se ha empeñado en que la cooperativa de L'Olleria renazca de sus cenizas. Para lograrlo ha retomado sus contactos en los mercados internacionales, en los que se mueve como pez en el agua, para trazar nuevas redes comerciales. Y asegura que sólo necesita un año de inversiones para volver a cuadrar las cuentas de esta compañía que llegó a sus manos tras un proceso de liquidación.

Su estrategia se basa principalmente en la gestión de marca y la optimización de costes. Por este motivo, el nuevo director general de La Mediterránea únicamente está reclutando directivos comprometidos. Aunque escasean "porque hay mucha aversión al riesgo".

Ahora, la aventura en el mercado estadounidense están pendientes del veredicto, de las cifras previstas de venta. Y hasta no tener cifras reales no se destinará ni un sólo euro al mercado americano. Los costes de fabricación también serán muy ajustados.

En un principio, las instalaciones de la fábrica irán a medio gas. Únicamente se ha previsto que funcionen los hornos pequeños. Por otra parte, fabricará sus productos de gama alta en una de las instalaciones de la empresa en L'Olleria, donde quiere generar puestos de trabajo, y externalizará la producción de gama media y baja, subcontratando a empresas de Portugal, Italia, Turquía o Rumanía.

Gestión de marca

Además, se obtendrán nuevos ingresos principalmente por la gestión de marca. "La Mediterránea pecaba de falta de músculo comercial, desconocía el precio de venta al público de sus productos porque vendía a los almacenistas, que, al final se quedaban con los márgenes. Ahora seremos nuestro propio mayorista y generaremos puestos de trabajo en L'Olleria", comenta el director general de la firma.

Sin embargo, estos puestos de trabajo serán diferentes a los que generó el antiguo negocio porque se transformarán de industriales a comerciales. Y la transformación se llevará a cabo dentro de la misma empresa.

Dentro de cinco años los dos socios de La Mediterránea esperan haber superado ya el bache y tener la compañía funcionando a pleno rendimiento. El plan de negocio diseñado por Valcapital y Pérez, según las previsiones, estará totalmente desarrollado con el relanzamiento de la firma, la diferenciación basada en el diseño y una estrategia de fabricación basada en una combinación de producción propia y externa, que permita la flexibilidad necesaria para adaptarse a las circunstancias del mercado.

Para entonces, se ha previsto la salida de Valcapital. Y José Luis Pérez no descarta quedarse como único dueño o socio mayoritario de la empresa. Para Pérez el capital riesgo, su actual socio, se ha convertido en un apoyo indispensable para convertirse en empresario. Y entiende que como en el caso de La Mediterránea, el capital riesgo ha salvado a muchas empresas de desaparecer.


Los restos de La Mediterránea que recogieron José Luis Pérez y Valcapital

Los administradores certificaron la muerte de la empresa hace un año después del despido de más de 100 trabajadores y a pesar de que se mantenían unas ventas de más de 100.000 euros al mes. Había que ajustar el modelo de gestión a estos tiempos.

La empresa empezó a tener problemas a partir de 2000. Y esta crisis financiera ha sido la puntilla. Cuando José Luis Pérez y Valcapital se quedaron con los activos comerciales y productivos de la antigua cooperativa hace un mes también se hicieron cargo de la comercialización de las existencias con las que contaba la compañía.

En este tiempo no se ha producido ni una pieza más de vidrio. Ahora la empresa cuenta con ocho personas en producción. El proceso concursal deterioró mucho el valor de la empresa. Quedaron los trabajadores de planificación logística, administrativos, expediciones y comerciales. "Nosotros somos el nexo entre todas las patas que se quedaron tras el proceso concursal. Ése es el valor añadido del capital riesgo", comenta a Valencia Plaza Arturo Llopis.


Perfil: de la porcelana al vidrio

José Luis Pérez (Tetuán, Marruecos, 1954) salió de Lladró en 2003 cuando la segunda generación de la empresa familiar se hizo cargo del negocio y ofreció a la mayoría de directivos una salida pactada. De Lladró, con 47 años, dio el salto a Estados Unidos como presidente de Pronovias en el país norteamericano. Y tres años después creó una sociedad dedicada a la gestión de marcas de moda en el mundo del lujo. Pérez tiene en su haber una destacada trayectoria en el negocio del regalo. Entre sus aficiones figura el motociclismo, la familia y el ajedrez.


El capital riesgo salva a empresas en crisis

La Mediterránea sirve como ejemplo del capital riesgo como instrumento de salida de la crisis para las empresas. Son una fuente de financiación alternativa y complementaria a la financiación bancaria y ayuda en la gestión de las compañías a arrancar, desarrollarse o reorientarse, por lo que permiten el crecimiento de las empresas y que salgan reforzadas de coyunturas adversas.

Por tanto, también contribuyen a la creación de empleo. Según el informe 'Impacto económico y social del capital riesgo en España 2009' los resultados obtenidos en la creación de empleo superan en más de un punto los datos de los estudios anteriores.

En el período estudiado, sobre las inversiones realizadas entre 1995 y 2003, con datos hasta 2006, la plantilla agregada de las compañías respaldadas por el capital riesgo creció a una media del 15% anual. En cuanto al volumen de ventas, el resultado bruto de explotación y los activos totales crecen a una media anual del 19% en las empresas financiadas por capital riesgo.

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1 comentario

Jorge Lopez escribió
05/06/2010 13:10

Me parece un cuento de adas, me gustaria que todo fuera asi de bonito. De la mediterranea tan solo va a quedar el nombre y si se ponen en marcha algunos hornos parece que van a ser arrendados a otra empresa. Sera una manera de cubrirse bien las espaldas y minimizar riesgos. Si de todo esto sale algo positivo, hay que aplaudirlo, pero entonces por que no se dice a las claras

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