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VALENCIA. El Banco de Valencia tiene en la actualidad unos 260 millones de euros de riesgo crediticio con la constructora ACS, presidida por Florentino Pérez, y con los segundos accionistas de este grupo de infraestructuras, los primos Alberto Cortina y Alberto Alcocer, popularmente conocidos como los Albertos según ha sabido este diario de fuentes financieras.

El riesgo actual para la entidad valenciana recientemente adquirida por Caixabank en una subasta del FROB, es de algo menos de 100 millones con Cortina y Alcocer y de más de 160 millones con ACS, según las mismas fuentes.

No obstante hay diferencias entre ambas líneas de crédito, ya que mientras que ACS tiene numerosos avales derivados de su propia actividad, para garantizar los préstamos, en el caso de los primos Cortina y Alcocer las garantías del crédito, que además era mayor y se ha ido reduciendo en los últimos tiempos, son las propias acciones de su participada ACS y también títulos de la papelera Ence de la que son destacados accionistas. Y hasta la fecha el Banco de Valencia ha tenido ya que ejecutar en algunas ocasiones la prenda y poner a la venta acciones de la constructora que sostenían los créditos de Alcocer y Cortina ante el incumplimiento de las obligaciones del préstamo.

El crédito a la clientela neto del Banco de Valencia se situaba al 31 de octubre de 2012, según los datos facilitados por la entidad a la CNMV es de 15.306 millones de euros, lo que supone un descenso notable, del 20,57%, respecto a los 19.270 millones de euros que constan en el mismo balance a fecha de 31 de diciembre de 2011, y que está avalado por la auditoría de Deloitte firmada en diciembre de 2012.

PRINCIPALES ACCIONISTAS

Alberto Cortina y Alberto Alcocer son los segundos accionistas de ACS con algo más del 12% de su capital por detrás del Grupo March, que es el principal socio con más del 18%. Les siguen el propio presidente de la constructora y también del club de fútbol Real Madrid, Florentino Pérez, con más del 12% y luego el empresario turístico Miguel Fluxà con casi el 6% de las acciones de la constructora.

Como se recordará ACS y su presidente han mantenido los últimos años una enconada batalla empresarial para hacerse con el control de Iberdrola contra el presidente y primer ejecutivo de la eléctrica, Ignacio Sánchez Galán. Llegaron a controlar entre participaciones directas y derivados más o menos un 20% de Iberdrola, pero esa posición se ha visto muy diluida en los últimos tiempos por la necesidad de la constructora de pagar los compromisos de su elevada deuda, 9.200 millones de euros, para lo que reducido sustancialmente su participación en la compañía eléctrica hasta prácticamente haber arrojado la toalla.

VENTA MUY CRITICADA A CAIXABANK

La entidad financiera valenciana, adjudicada a CaixaBank por un euro el pasado 27 de noviembre, atraviesa una situación más que complicada y además su adquisición por parte de Caixabank ha sido muy criticada desde distintas fuentes financieras, ya que se le hace entrega a la entidad financiera catalana presidida por Isidro Fainé de 4.500 millones de capital, cuando las exigencias extremas de Oliver Wyman no llegaban a los 3.500 millones. Pero también se la da un esquema de protección de activos (EPA) de hasta 500 millones de euros por las pérdidas futuras de su cartera de crédito, además del traspaso de activos inmobiliarios y de suelo a la Sareb. Y todo ello cuando la entidad valenciana ya había recibido 1.000 millones del Frob.

UN ANTES Y UN DESPUÉS EN LAS SUBASTAS

Las críticas fueron tan duras que el propio Banco de España, convenientemente aliñado con declaraciones del ministro de Economía, Luis de Guindos, tuvo que salir al paso con un comunicado a finales de 2012 señalando que la liquidación del Banco de Valencia, como algunos pedían, habría tenido un coste superior que su venta y habría generado riesgos en la estabilidad del sistema financiero, aparte de no tener efectos positivos en el erario público.

En cualquier caso, como ya han señalado algunos analistas, lo que sí parece claro, es que la adquisición por Caixabank de Banco de Valencia marca un punto de inflexión en las subastas de entidades nacionalizadas que le queda por hacer al Frob como Novagalicia o Catalunya Caixa. Desde ahora, los participantes a las mismas van a querer partir de las condiciones que se han dado a la entidad que preside Fainé en la compra del Banco de Valencia y no otras peores.

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