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LA CIUDAD Y OTROS VICIOS

Y Valencia se convirtió en la capital del 'turismo denuncia'

VICENT MOLINS. 05/01/2013 Valencia ha adquirido el monopolio del turismo denuncia. Una ciudad señalada por los desmanes con recorridos turísticos ad hoc e incursiones a través de algunos de sus estigmas urbanos

VALENCIA. Si hay un fenómeno muy 2012, ése es la consolidación de Valencia como capital del turismo denuncia. Al calor de los abundantes desmanes políticos (en absoluto exclusivos de la ciudad aunque probablemente publicitados con mayor profusión) hizo fortuna una nueva tipología de turismo que propone el acercamiento al peor semblante de la urbe.

El turismo denuncia ha transformado en espectáculo parte de las miserias propias para convertir en atracción espacios abandonados y lugares íntimamente ligados con el exceso. Valencia, comúnmente erigida como plaza Tahrir de la involución española, se asoma como un Times Square de los desmanes, como una Las Vegas en la ruleta del derroche. El término ‘corrupción' ha ido soldándose a ‘calor' y ‘costa' como lema de mercado. Todo ante la pasividad de los garantes de la imagen de la ciudad.

La canalizadora de esta peregrinación por los estigmas es una ‘Ruta del Despilfarro' bien conocida gracias a sus apariciones en la BBC (¡ese canal antivalenciano!). La ruta destapa de modo tosco las vergüenzas de la ciudad. Ahora se ha bifurcado y ofrece nuevos recorridos, como las rutas del abandono cultural y el tour por la cara oculta del centro histórico.

Estas últimas, destinadas a denunciar la "apatía de los gobernantes valencianos para con su patrimonio", conducen entre otros lugares por los Jardines de Viveros, donde se muestran las ruinas del Palacio Real; lleva a la Muralla Árabe, degradada al límite; se detiene en el patrimonio industrial de las Naves Cross; trasladan a la rehabilitación de la Cárcel Modelo y de la Plaza Redonda; o recorre el barrio de Velluters.

Hay otros casos en Europa, como el ‘CorrupTour' de Praga, que acerca al turista a los escenarios más sórdidos de la capital checa.

Es una propuesta de turismo entre la necesaria denuncia y el exhibicionismo.

Turismo viral

Un complemento del turismo denuncia son las puntuales incursiones en los bajos fondos de la ciudad, cámara en mano. Cada vez con más recurrencia. Carne de viralidad y éxito en la red. Como por ejemplo...

 · Me colé en el Nou Mestalla: Puede que todo empezara con aquel individuo que, saltándose la legalidad, se coló en el Nuevo Mestalla. Por aquel entonces, 2010, las obras solo acumulaban 16 meses de retraso. El videoaficionado caminó en solitario por el sótano del estadio, el terreno de juego y, en un alarde de inconsciencia, hasta el tercer anfiteatro, a una altura de 26 metros. Su paseo arrasó en Youtube (con miles de visitas) y saltó a los informativos.

Foto de Irene Marsilla (Las Provincias)

· El cadáver de un zoo: Más reciente, aunque todavía menos reconfortante, son las imágenes del antiguo zoo, insertado en los Jardines de Viveros y con una oda al despilfarro en forma de biblioteca municipal. La construcción de la biblioteca, aprobada en 2009 gracias al plan ZP, costó 337.00 euros. Nunca se abrió al público. Ya ha sido saqueada y en lugar de libros acoge una maraña de escombros, en consonancia con el resto de zoológico, cerrado desde hace un lustro pero con un aspecto de abandono eterno. Allí vivió durante 27 años Coco, el chimpancé al que acribillaron a balazos un jueves por la mañana cuando intentaba fugarse por segunda vez, acompañado de la familia.

· Venecia en la T2: Y el último episodio viral tiene que ver con la navegación por los túneles inundados de la T2, la frustrada línea de metro que con 10 kilómetros de vías tendría que cruzar el centro histórico hasta rebasar la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Las célebres fotografías permanecían visibles al público desde mayo, pero saltaron a la fama en los últimos días de 2012 y volvieron a sacudir la proyección de la ciudad.

El turismo denuncia ha hecho fortuna en Valencia, propagando una imagen postNerónica. Quizá 2013 deba ser el año en que la denuncia dé paso a las propuestas, y comiencen a ponerse en valor aquellos potenciales tapiados.

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