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EN CLAVE DE MÚSICA CULTA

Concierto de Año Nuevo, cómo vivir ese brillante y musical objeto de deseo

MANUEL MUÑOZ. 22/12/2012 La Filarmónica de Viena sortea en el mes de enero las entradas para el concierto del año siguiente entre las personas que lo solicitan de todo el mundo

VALENCIA. El concierto que cada primero de enero retransmiten desde Viena las televisiones de 54 países para una audiencia estimada de 1.000 millones de personas se ha convertido en uno de los acontecimientos musicales más seguidos, esperados y deseados por un público que excede con mucho el que es habitual de las salas de concierto. La belleza de la Gran Sala de la Musikverein de Viena, siempre en reluciente estado de conservación, se une a la decoración floral aportada por la ciudad italiana de San Remo.

Todo ello enmarca la calidad de una de las mejores orquestas del mundo, la Filarmónica de Viena, conducida por un director de campanillas para interpretar un programa integrado principalmente por valses, oberturas, polcas y marchas de los Strauss. Además, la realización, hasta hace poco siempre a cargo del gran especialista en acontecimientos musicales Brian Large, suele ser sobresaliente y en los últimos tiempos todo eso se complementa con la alta definición de la señal que ofrece Televisión Española. El concierto se retransmite en alta definición desde 2010 y también se puede ver por internet.

Conseguir una localidad

Mucha gente, muchísima, gusta de empezar el año con los valses de los Strauss desde Viena. También mucha, pero menos, ha pensado en la posibilidad de acudir algún año a la capital austriaca. Muy poca, sin embargo, ha conseguido una entrada para presenciar en vivo eso que se ha convertido en un acontecimiento mundial.

El camino es sencillo: la Filarmónica de Viena sortea entre aquellas personas que lo solicitan entradas para acudir al concierto que cada año se celebra el primero de enero a las 11.15 (Concierto de Año Nuevo), previamente la tarde anterior a las 19.30 (Concierto de Nochevieja) y la mañana del 30 de diciembre a las 11.00 (Ensayo General), con el mismo programa y director.

Para poder entrar en el sorteo hay que entrar en la página de la Filarmónica de Viena y en la opción Neujahrskonzert ('Concierto de Año Nuevo' en alemán), donde se explica, entre otras cosas, qué hacer para conseguir las entradas. La página está en alemán, inglés y japonés, pero la explicación del sorteo de localidades se encuentra también en formato PDF en otras lenguas, entre ellas el español, muy bien escrito, por cierto.

Es necesario registrarse en la página web siguiendo las instrucciones durante un periodo que va desde el 2 hasta el 23 de enero. Los resultados del sorteo se comunican por correo postal a los ganadores con las instrucciones para comprar las entradas antes de final de marzo y por correo electrónico a quienes no han resultado agraciados.

Entre 20 y 940 euros

Los precios van desde los 30 hasta los 940 euros para el Concierto de Año Nuevo, desde los 20 hasta los 720 para el de Nochevieja y desde 130 hasta 380 para el Ensayo General. Las entradas de 30 y 20 euros respectivamente para los días 1 de enero y 31 de diciembre son localidades de pie, que no están previstas en el caso del Ensayo General.

Es verdad que los 940 de las localidades más caras del Concierto de Año Nuevo o incluso los 720 de las del de Nochevieja son muchos euros, pero no lo es menos que la ocasión lo merece. También se encuentran localidades para alguno de los tres conciertos incluidos Johan Strauss con Brahmsen paquetes que ofrecen algunas de las diversas agencias de viajes especializadas en conciertos. Eso ya es cuestión de buscarlo por internet y es evidente que los precios finales no serán muy baratos.

Una tradición de 1939

En realidad la tradición de celebrar este concierto con música de los Strauss data de 1939, con la anexión de Austria por Alemania muy reciente, en lo que se ha querido ver una reafirmación de la identidad austriaca frente al III Reich. A partir del 1 de enero de 1941 empezó a recibir el nombre de Concierto de Año Nuevo y desde entonces se ha celebrado todos los años. Fue dirigido por Clemens Krauss, hasta 1954, año en que falleció, excepto en 1946 y 1947, cuando cedió este papel a Josef Krips.

Entre 1954 y 1979 se hizo cargo de la dirección Willi Boskovsky, el primer violín de la Filarmónica de Viena, que gustaba de dirigir tocando, como lo hacía el propio Johann Strauss, según lo representan las ilustraciones de la época. Se debe a Boskovsky la costumbre de acabar el concierto con la interpretación de El Bello Danubio Azul y la Marcha Radetzky, pues la introdujo en 1978.

Al retirarse Boskovsky se hizo cargo de la dirección Lorin Maazel a partir de 1980, entonces director de la Ópera Estatal de Viena, quien al ser violinista también dirigía a la manera de Strauss. Hay que tener en cuenta que la Filarmónica de Viena no tiene director titular y son los músicos quienes deciden quién la dirige en cada gira, concierto o temporada. El nombre alemán actual de la orquesta es Wiener Philharmoniker (Filarmónicos Vieneses), al igual que sus colegas de Berlín también utilizan Berliner Philharmoniker (Filarmónicos Berlineses).

Cambiar de director

Maazel dirigió ininterrumpidamente hasta 1987, año que que lo hizo por primera y única vez Herbert von Karajan. Este director austriaco inauguró la época en que cada año cambia el responsable de preparar y conducir el concierto. Desde entonces han pasado por el podio de la Musikverein Claudio Abbado, Carlos Kleiber, Zubin Mehta, Riccardo Muti, Nikolaus Harnoncourt, Seiji Ozawa, Mariss Jansons, Georges Prêtre, Daniel Barenboim, el propio Maazel, la última vez en 2005, y Franz Welser-Möst.

Este último, actual titular de la Ópera de Viena, dirigió el Concierto de Año Nuevo por primera vez en 2011 y lo volverá a hacer el próximo primero de enero. Precisamente en la última (hasta ahora) aparición de Maazel como director de este concierto se rompió la tradición de cerrarlo con la Marcha Radetzky y el batir de palmas del público por respeto a las víctimas del maremoto de 2004 en el Océano Índico.

Esa ha sido la única ocasión desde 1978 en que no ha habido Marcha Radetzky al final del concierto. Es habitual que esta obra, compuesta por Johann Strauss padre, cierre el concierto después de haberse interpretado el vals El Bello Danubio Azul, debido a su hijo Johann, el más célebre de la familia Strauss. Ninguna de estas dos obras figuran en el programa, sino que se tocan en calidad de bis o propina, como se suele decir en el argot de los melómanos.

La tradición se repite invariablemente cada año: al finalizar la última obra del programa el director indica a la orquesta el inicio de una nueva obra, que resulta ser El Bello Danubio Azul. El público interrumpe con aplausos y el director se gira hacia los asistentes para decir: "Die Wiener Philharmoniker ind ich wünschen Ihnen..." ("Los Filarmónicos Vieneses y yo les desean..."). Entonces todos los miembros de la orquesta dicen a coro: "Prosit Neujahr" ("Feliz Año Nuevo"). A continuación se interpreta completo el Danubio Azul y después, como segundo bis, la Marcha Radetzky.

 

Algunas grabaciones

En el formato CD existen infinidad de grabaciones de las piezas más habituales del Concierto de Año Nuevo, principalmente los valses de los Strauss, a cargo de muchas orquestas y directores de calidad. Igualmente hay muchas del propio concierto en formato DVD, en los últimos años también en Blu-Ray, que ofrecen todo el esplendor del concierto, con las vistas de Viena y los números de ballet que se intercalan habitualmente.

Yo recomendaría tres versiones por su interés: las dos del irrepetible Carlos Kleiber, correspondientes a 1989 y 1992, la primera en Deutsche Grammophon y la segunda en Philips (este sello ha sido ahora absorbido por Decca), y la de Karajan de 1987, en la que una espléndida Katleen Battle canta el vals Voces de Primavera. También es interesante el de 2005 con Lorin Maazel, con la "rareza" de la falta de la Marcha Radetzky.

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