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VALENCIA. La aprobación hoy de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) muestra bien a las claras cuál es la atención del PP a las necesidades de los valencianos: ninguna. Estamos ante los peores presupuestos de la historia para la Comunitat Valenciana.

La brutal reducción de las cifras de inversión, en un porcentaje que duplica la media nacional, refleja tanto el menosprecio del Gobierno de Rajoy a la Comunitat Valenciana como la nula capacidad de interlocución de Alberto Fabra y su Consell. Una notable irresponsabilidad que no nos podemos permitir cuando, tras casi dos décadas de despilfarro, los proyectos de inversión pública son vitales para la recuperación de la economía valenciana

No hay nada previsto en los presupuestos para el Corredor Mediterráneo, una reivindicación generalizada de todos los valencianos, como no hay nada en ellos para otros proyectos muy importantes como el Parque Central en Valencia o la conexión ferroviaria del aeropuerto de El Altet. Porque no hay nada en estos presupuestos para ninguno de los proyectos básicos que pueden ayudar a poner fin a una crisis, que agravada por los impagos de la Generalitat, ha obligado a cerrar a miles de empresas e impide trabajar a más de uno de cada cuatro valencianos que desea hacerlo.

Proyectos fundamentales para la reactivación de los sectores productivos y para nuestro bienestar futuro han quedado sin consignación presupuestaria. En conjunto -en inversiones- la Comunitat Valenciana tiene asignados 127 euros por habitante; Galicia, la tierra de Rajoy, 468 euros, casi cuatro veces más. Y ¿Castilla-La Mancha donde gobierna la señora Cospedal?: 289, mucho más que el doble. La media española es de 225 euros por habitante casi el doble de la que recibe la Comunitat Valenciana. ¿Qué explica este maltrato del gobierno de Rajoy a los valencianos y valencianas?

Una de las principales razones es la absoluta incapacidad de Alberto Fabra y su Consell para liderar nuestras reivindicaciones colectivas y conseguir el apoyo del gobierno para proyectos que nos son imprescindibles. No se puede explicar de otra manera que Galicia o Castilla La Mancha sí hayan conseguido mantener, en esta etapa de austeridad, gran parte de sus grandes proyectos de inversión mientras que aquí todos ellos han quedado en palabras y promesas sin consignación presupuestaria.

El maltrato de Rajoy, por tanto, no es fruto de la casualidad. Hay que decir claro que es la consecuencia directa de la ineptitud del Consell del PP, de su inutilidad como gobierno para servir a los intereses de los valencianos. El Consell de Alberto Fabra es un gobierno agotado, a pesar de haber sido cosméticamente renovado hace poco. Es un equipo, además, en el que se está consolidándose "el sálvese quien pueda" ante la falta de autoridad del presidente de la Generalitat que una vez más ha deteriorado la calidad de la democracia no atendiendo a la práctica parlamentaria común de dar explicaciones de la dimisión del señor Vela y de la crisis que finalmente ha plasmado con claridad la intervención que padecemos.

Una discriminación generalizada

Ningún organismo internacional de prestigio ha considerado que estos presupuestos para 2013 se puedan cumplir ante la profundidad de la crisis agravada por la política del propio gobierno y su falta de credibilidad. Y. lamentablemente, han sido aprobados por los representantes valencianos del PP en el Congreso de los Diputados sin presentar ninguna enmienda, sin producir ninguna mejora apreciable para los ciudadanos y renunciando a sus responsabilidades parlamentarias con sus electores. No sólo han despreciado las enmiendas presentadas por los diputados socialistas que suponían un aumento de las consignaciones de 150 millones, sino que los 148 millones que Alberto Fabra aseguró que había pactado para ser incorporados como enmiendas del propio PP han quedado, una vez más en nada.

Y todo ello, dentro de un marco en donde el PP valenciano se niega no sólo a exigir ni tan siquiera a plantear una modificación del sistema de financiación autonómica que también nos discrimina. Y muy negativamente. No tenemos una financiación igual por habitante a la del resto de los españoles. Y esto es una de las bases fundamentales de nuestro bienestar porque esa financiación es la que permite que sanidad y educación, entre otros muchos servicios, sean de calidad y prestados en condiciones de suficiencia. Recibimos menos recursos por habitante y eso significa que tenemos menores y peores posibilidades de tener unos servicios públicos iguales a los de los residentes en otras comunidades.

Y tenemos el mismo derecho que gallegos, castellano manchegos, vascos o catalanes a ellos. El PP que tanto exigió en el pasado esta modificación, asume ahora, sin sonrojo, la afirmación de junio pasado de la diputada canaria Asiain González-portavoz del PP- de que, por arte de magia puesto que nada ha cambiado "la Comunidad Valenciana ha alcanzado en 2012 la media de financiación per cápita". Completamente falso y un insulto más a tantos y tantos valencianos que están atravesando por graves dificultades mientras todos -menos una minoría- vemos duramente recortadas las prestaciones conquistadas.

El despilfarro del PP durante estos años no debe llegar a olvidar lo obvio: tenemos mucho menos y, por eso, nuestros servicios están peor financiados. Es esto lo que explica que los gobiernos de Galicia o Castilla La Mancha, puedan gastar un 33% más por habitante que la Generalitat. A pesar de las dificultades de tantas personas, Fabra prefiere seguir con su actitud servil ante Rajoy y desmantelar los servicios sociales básicos de una sociedad cohesionada antes que defender los intereses de todos los valencianos.

Por todo ello, a cada paso, se hace más evidente la necesidad de un Consell que potencie las enormes capacidades de los valencianos y valencianas en un marco de igualdad de oportunidades y no de apoyo siempre a los mismos. Un Consell, que reivindique ante el gobierno de España lo que en justicia tenemos derecho. Un Consell, que no se dedique exclusivamente a desmantelar todos los servicios públicos para entregárselos a empresas privadas con afán de lucro.

Y ese no es el Consell de Fabra. Porque es incapaz de liderar las necesidades de los valencianos como pone de relieve el maltrato a la Comunidad Valenciana en los presupuestos del Estado de 2013. Y si no ejerce como presidente de la Generalitat, lo que debiera hacer Alberto Fabra es dejarlo.
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* Joaquim Puig es secretario general del PSPV-PSOE