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el instituto valenciano de arte moderno, en horas bajas

El IVAM, tocado pero no hundido

JAVIER CAVANILLES. 22/12/2012 El Museo Valenciano de Arte Moderno, que fue buque insignia del renacimiento cultural de Valencia, languidece mientras su futuro no inmediato parece muy prometedor

VALENCIA. "A este paso, el IVAM acabará siendo el Instituto Valenciano de Arte Municipal", asegura un periodista cultural al ser preguntado sobre cómo ve él la situación del que fuera el buque insignia de la modernidad en la ciudad. Es una conversación distendida ante un café, no una entrevista para publicar con nombre y apellidos, pero refleja el sentir de mucha gente que vio nacer la institución en 1989. Entonces Valencia era un ciudad que, según se anunciaba, se podía visitar en una hora y el museo fue un auténtico revulsivo. Ahora, se le critica por haberse anclado en la mediocridad. De hecho, comparado con la F1, la Ciudad de la Luz, el Museo Príncipe Felipe... ni siquiera destaca por su mala gestión.

ValenciaPlaza.com ha consultado a galeristas, críticos, redactores de cultura y hasta al propio museo sobre la situación actual de la institución y su futuro. Por lo que respecta al IVAM, hasta los más críticos con la gestión de su actual directora -Consuelo Ciscar- lo defienden como una de las joyas de la corona de la ciudad. Sobre su futuro, tampoco hay dudas: algo de tiempo y una buena gestión (económica y artística) podría devolver a su antiguo esplendor (que para algunos está algo mitificado). Pero, en las actuales circunstancias, pocos discuten que se ha pasado de un centro que alcanzó un merecido prestigio internacional a una nave a la deriva.

Más que en el museo, la polémica está en la figura de su directora, Consuelo Ciscar, cuyos méritos para ocupar el cargo (desde 2005) se discuten, pero al menos fue directora general del Museo de Bellas Artes, que ya es más que lo que se puede decir de Carmen Alborch. Sus detractores aseguran que la vieron en Dallas el día que mataron a Kennedy...; sus defensores insisten en que han conseguido mantener una programación -mejor o peor- en unos tiempos en los que lo milagroso es no haber cerrado la mitad de las salas. Quizás parte del problema es que tiene una personalidad (sin ser tan fiera como la pintan) que suscita odios y adhesiones y deja poco espacio para un punto medio.

Independientemente de los nombres, una cuestión importante -puede que la más- es la económica. Desde 1997 hasta 2012, la institución ha pasado de 14,5 millones de euros a 8,1, y lo más llamativo es que el 95% se dedica a los gastos de funcionamiento (y sin tener la vocación de INEM para los amigos del PP que pacecen otras instituciones).

En otras palabras, la cantidad que finalmente se dedicó este año a la actividad cultural es de 400.000 euros. En 2013, el presupuesto será de 6 millones de euros (si no hay modificaciones posteriores a la baja) y a saber cuánto llega para hacer cosas. Migajas. Las comparaciones son odiosas, pero también útiles: el Guggenheim de Bilbao manejó este año 25 millones de euros y el 20% se destinó a su muestras.

El cuento chino

La crisis ha afectado al IVAM, pero crisis hay en todo el mundo, así que esa solo puede ser una de las causas. Este año, por ejemplo, ha habido exposiciones a las que nadie duda en otorgar la máxima calificación: las dedicadas a Lucien Freud (el nieto de inventor del psicoanálisis) y al norteamericano Frank Stella, referencia indiscutible en el campo de la abstracción.

Otras, como las actuales El artista como joyero: de Picasso a Jeff Koons, o América, América, están gustando al público. En todo caso, los datos de la institución hablan de casi 1,1 millón de visitas en 2011. Estos años -recuerdan algunos- se han producido colaboraciones con la Tate Galery (Londres), el Moma (Nueva York), el Pompidou (París)... El IVAM, añaden, tampoco está tan mal y, hasta que no cambie el panorama, está condenado a vivir de sus fondos.

Sin embargo, la muestra más mediática de esta temporada se celebró en 2008. Se trata de 55 días en Valencia y el motivo de tanto interés es que se organizó en colaboración con la Iberia Center for Contemporany Art, que presidía el hoy denostado empresario chino Gao Ping. Puede ser casualidad y, de momento, no hay nada que diga que el dato sea algo más que anecdótico (no hay un solo papel que vincule a la institución con la presunta trama de lavado de dinero).

Esas son las cosas que más perjudican al museo. Algunas son tangenciales pero afectan, como la relación de la directora con el exconseller Rafael Blasco, imputado por el caso del ‘saqueo de negrolandia'. Otras no tanto, como promocionar a su hijo Rablaci u organizar una exposición a mayor gloria de su peluquero Tono Sanmartín. Tampoco ayudan las acusaciones sobre sus comisariados ‘fantasmas' o textos escritos por su colaboradores que firma ella.

El mejor director

Debate sobre la necesidad del IVAM no hay, todo el mundo defiende la institución. Otra cosa es Vicente Todolísobre el rumbo que ha tomado. Las fuentes consultadas suelen coincidir en que el mejor director del museo fue Vicente Todolí quien, curiosamente, ‘solo' llegó a director artístico antes de que lo reclamara la Tate Galery pero en cuyo talento se apoyaron Tomás Llorens, Carmen Alborch y José Francisco Ybars. A todos (incluyendo a Cosme de Barañano y a Juan Manuel Bonet) se les reconocen errores y aciertos, pero nadie les niega que cada uno tuvo una visión de lo que querían. Sobre la actual directora es más difícil escuchar eso.

"EstoJosé Francisco Yvars es cada vez más un Instituto Valenciano de Arte Municipal", insiste el periodista cultural al destacar lo que califica de una sobreabundancia de artista locales. En estos momentos, cita como ejemplo, hay muestras de Ignacio Pinazo y Juan Ripollés (la segunda este año del escultor de cabecera del PP y el único que ha llevado un avión al aeropuerto de Castellón). Como boutade tiene gracia, pero lo cierto es que Pinazo forma parte de la colección permanente de la institución y este año sólo ha habido otro valenciano, José Saborit. Otra cosa es si merecían estar en un museo que presume de proyección internacional.

Sin embargo, la citada frase sí que refleja que -se haga lo que se haga- siempre habrá quien lo critique. Si sirve como dato, el Macba de Barcelona acaba de dedicar espacios a dos artistas catalanes como Jacinto Esteva y Luis Claramunt, y casi todo lo que expone actualmente son fondos propios. Aún así, el centro catalán se suele citar como la gran referencia a en España.

En todo caso, una de las principales muestras de 2013 será Viva Valencia, que tendrá tres ejes (gastronomía, religiosidad y moda), y se llevará a cabo en colaboración con varias instituciones locales (San Pío V, el Museo Catedralicio, el Nacional de Cerámica...). Es lógico que sepa a poco, pero es solo una de las ocho grandes acciones programadas. Si el presupuesto de la institución fuera otro, las críticas serían lógicas pero en la actual situación es lo que hay.

El CVC, ¿un retiro?

En una reciente carta conjunta al presidente del Consel, Alberto Fabra, por parte de las asociaciones de artistas visuales, críticos y galeristas de arte, se apuntaba como solución una modificación de la ley de creación que le permita mayor autonomía -desvinculándolo de la Conselleria de Cultura- y la elección del director mediante un concurso público internacional, así como la creación de un patronato o consejo rector a la altura y un código de buenas prácticas. Unas medidas que, sin duda, ayudarían a mejorar la imagen de la institución.

De momento, la misiva no ha obtenido respuesta alguna, lo que refleja hasta qué punto preocupa el tema en Presidencia. En todo caso, el que piense que una figura de prestigio internacional pueda ser la solución que saque la calculadora y vea lo que ha costado Helga Smith (intendente del Palau de les Arts y poseedora de un currículo indiscutible) y que lo divida por los resultados obtenidos. Ni Ciscar es un caso único ni, de lejos, el peor.

Por lo que respecta a la oposición, el PSPV votó a favor de nombrar a Ciscar como miembro del cementerio de elefantes conocido como el Consell Valencià de Cultura, así que tampoco tendría mucho sentido que ahora presionara para forzar su destitución. Legalmente, el nombramiento era discutible ya que si se le considera un alto cargo de la Generalitat no debería ocupar su sillón.

En todo caso, hay quien cree que su principal mérito es ser la hermana del diputado Ciprià Císcar, un histórico del socialismo local y cuya entrega a la defensa de los intereses de los valencianos -como el valor al soldado- se le supone, pero poco más. Aun así, los más optimistas piensan que a la directora le están preparando un retiro ante un eventual (aunque no inminente) cese. La insinuación no le gusta, pero recuerda que es un cargo público y que se irá cuando la cesen.

Más críticos se muestran los partidos minoritarios. Si Esquerra Unida hubiera colocado a su candidato (Joan Francesc Mira) quizás el nombramiento de Ciscar no hubiera sentado tan mal. Compromis, por su parte, presentó recientemente en las Cortes una iniciativa para saber sobre un misterioso viaje a Doha (Catar) para asistir a la inauguración de la exposición Té con Nefertiti, ya que la muestra no figura entre las programadas para 2012. Tienen razón, habrá que esperar a octubre de 2013 para verla. Además, Ciscar fue invitada por el Museo de Arte Moderno de la ciudad que -según la institución- la cederá gratis.

Cambiar la actual ley del IVAM podría ayudar, pero lleva vigente más de 20 años y con otros directores la gestión no fue tan conflictiva. Sustituir a la máxima responsable, siguiendo el principio futbolístico de cesar al entrenador cuando la cosas no van bien, solo es un solución dependiendo de quién venga después. Es como pensar que Alejandro Reig es la solución a los problemas de Canal 9 tras la espantada de José López Jaraba. En todo caso, con un presupuesto actual, los candidatos a suceder a Ciscar probablemente quepan en un taxi.

La pregunta no es ¿tiene solución el IVAM? sino ¿hay voluntad de recuperar el IVAM? La respuesta no está clara. Económicamente, es difícil pensar en una inyección importante de dinero público y, en estos tiempos, tampoco parece que exista riesgo de un sunami de capital privado. Serán mejores o peores, pero Ciscar sabe moverse para conseguir exposiciones.

Por otra parte, la sociedad valenciana es la que es y no la que pretende ser y la cultura en general -y el arte moderno en particular- no figura entre sus prioridades. A lo mejor todo pasa por cambiar a los ciudadanos, bastante más preocupados por si Manuel Llorente debe seguir al mando del Valencia.

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1 comentario

pep_museros escribió
26/12/2012 14:05

Señor JAVIER CAVANILLES. Me parece muy oportuno su articulo aunque no esté del todo de acuerdo en su diagnóstico. Creo que el IVAM ha perdido en poco tiempo el prestigio ganado con mucho esfuerzo por intereses politico/económicos de sus gestores aqctuales. Pero con todo lo que mas me ha dolido a la vista (y al alma tamben) es ver escrito el nombre de un ARTISTA como Ignacio Pinazo junto a ese otro que yo no voy a reproducir y que únicamente sus afinidades politicas justifican sus logros. Me ha producido arcadas, de verdad. Nunca pensé que vería algo semejante.

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