X AVISO DE COOKIES: Este sitio web hace uso de cookies con la finalidad de recopilar datos estadísticos anónimos de uso de la web, así como la mejora del funcionamiento y personalización de la experiencia de navegación del usuario. Aceptar Más información
GRUPO PLAZA

"¡Qué poco está ayudando la Universidad!"

JOSÉ MARTÍNEZ RUBIO. 08/12/2012 "Pasamos cuando parecía que iba a dar comienzo (...) Los rectores subieron a la tribuna. La consellera entró delicadamente por una puerta lateral. Saludos. Miradas. Guiños. Sonrisas..."

Las teorías del caos

José Martínez Rubio

Becario de investigación en la Universitat de València
Artículos anteriores

Comparte esta noticia

VALENCIA. De pronto me vi en un ascensor multitudinario, todos con traje y con frío y mirando nerviosamente hacia la puerta. Calabuig me dio una palmadita en la espalda, con cariño, y me giré con una sonrisa nada más, porque me pareció poco elegante preguntar en ese cubículo iluminado si vendría la consellera de Educación al acto. Tres pisos son eternos.

Me habían llamado por la mañana para invitarme al debate de rectores de nuestras cinco universidades públicas que organiza anualmente la Real Sociedad Económica de Amigos del País. Valenciano, por supuesto. El debate giraría en torno al futuro del modelo universitario público español, así todo seguido, y acepté de inmediato.

"Futuro" + "modelo universitario público" + "español". Los tres conceptos tienen que casar con Wert, pensé. Pero tampoco me pareció elegante decirlo en el ascensor, y menos mientras subíamos lentamente por las entrañas del Centro Cultural Bancaja, como si el edificio nos estuviera digiriendo inconscientemente, pero a la inversa. En cierto modo Bancaja (o Bankia) simboliza la indigestión financiera valenciana. O el corte que sobreviene con el agua fría recorriendo la desnudez de la espalda. Ascendíamos en un silencio mortuorio.

Cuando llegamos al tercer piso, el público se apresuraba a entrar a la sala. Nosotros permanecimos a las puertas hablando poca cosa. "Siempre son hombres", me dijo en voz baja una amiga al ver pasar a los invitados. Profesores, investigadores, empresarios, políticos... "¿Qué te voy a decir yo?", contesté.

Pasamos cuando parecía que iba a dar comienzo. Las butacas de sky azul y la moqueta oscura imprimían una sensación de calidez y comodidad, como de vientre. Los rectores subieron a la tribuna. La consellera entró delicadamente por una puerta lateral. Saludos. Miradas. Guiños. Sonrisas.

Durante más de dos horas, Esteban Morcillo (UV), Juan Julià (UPV), Manuel Palomar (UA), Vicent Climent (UJI) y Jesús Pastor (UMH) departieron con elegancia (y con firmeza) sobre la diversificación en planes de estudio en cada institución; sobre la posibilidad de interacción entre universidad y empresa, pero muy en concreto, no como posibilidad; sobre la menguante financiación pública de los centros, a través de la ínfima inversión estatal derivada de los Presupuestos Generales del Estado; sobre la solvencia en los rankings internacionales de nuestras universidades a pesar de los recortes (España representa el 3% del volumen de investigación en todo el mundo a día de hoy, algo nada desdeñable); sobre la necesidad de transferencia de conocimiento. Y un etcétera de dos horas.

"Tenemos investigadores de referencia, premios Jaime I de prestigio internacional", dijo Climent. "Tenemos Campus de Excelencia y programas aplicados en empresas, ayuntamientos, tres mil Erasmus...", dijeron Morcillo y Julià. "La investigación no es algo directo, es un trabajo cuyo fruto se recoge a lo largo de los años; lo que hoy destrocemos lo pagaremos en el futuro", dijo Palomar. "Necesitamos mejorar nuestro rendimiento tecnológico y combinarlo con una enseñanza moderna pero que no desprecie la tradición y lo tradicional", dijo Pastor.

Los esfuerzos de los rectores por explicar la complejidad universitaria contrastaba con la exigencia de los empresarios y con la retórica lastimosa de los políticos (los politicos que mandan, naturalmente). Y en las caras se observaba el cansancio de las nueve de la noche y la tristeza de un tiempo poco propicio para el optimismo universitario. Qué hacer con las Humanidades, preguntó una de las asistentes. En un tiempo de incertidumbres planear el futuro es un acto en vano.

Debo reconocerlo, lo que más me dolió (y lo que más nos dolió a todos) fue un comentario sencillo: "La operación ha sido un éxito, pero el paciente se ha muerto. ¡Qué poco está ayudando la universidad a salir de la crisis!". Y llovieron las respuestas, los datos, las acusaciones.

El debate se cerró apresuradamente, y yo salí corriendo casi sin despedirme escaleras abajo, porque debía volver a la facultad a recoger mis cosas antes de que cerraran. Qué poco ayuda la universidad, pensé mientras me alejaba de Bancaja, o de Bankia, el mayor agujero financiero de este país. Qué poco ayuda la universidad, mientras leía en twitter que habían detenido a Gerardo Díaz Ferrán, expresidente de la CEOE. Qué poco ayuda la universidad, mientras seguíamos sin conseller de Hacienda tras dimitir días atrás José Manuel Vela, por supuestas filtraciones de una supuesta trama de corrupción en cooperación con otro exconseller. Muy supuesto todo.

Vicent, el bedel de mi facultad, me señaló el reloj al verme entrar corriendo en el edificio. "No es nada, subo y bajo, que me he dejado el ordenador". Y al salir de nuevo, le prometí que antes de Navidad le devolvería alguna de las meriendas que me sube al despacho clandestinamente. Con su sueldo. Y yo con el mío, de becario. Pero la universidad es eso. Somos Vicent y yo cerrando la facultad con un abrazo a las diez de la noche.

Las teorías del caos

José Martínez Rubio

Becario de investigación en la Universitat de València
Artículos anteriores

3 comentarios

11/12/2012 14:48

Buenos dias: pasar del articulo de la semana pasada (Solo para blanco) a la situación o critica de la actual Universidad Valenciana hay bastante distancia.- Mi comentario de la semana pasada me lo censuraron y aún estoy esperando un ¿porque? si bien quien escribe en este periodico tiene el derecho de "censura" si el comentario es impropio debo decirle a Ud que de ninguna forma considero que el mio haya atacado a los blancos o afro-americanos.- Atte Alejandro Pillado Valencia 2012

Rafael Soler escribió
11/12/2012 09:21

Te falta añadir que entre los "maravillosos" gestores universitarios están grandes profesionales en sus ramas de conocimiento que no tienen "trayectoria curricular" en tareas de gestión (igual que los políticos). Departamentos, Facultades y Universidades están gestionadas por científicos (en muchos casos por obligación) y regidos por criterios amiguísticos, sin que se valore su capacidad gestora y con orientación funcionarial. Se necesitan reorientar la gestión de las universidades. manteniendo su carácter público y su faceta investigadora, pero gestionada por profesionales que "ayuden" al cumplimiento de sus fines.

Flora Sanz Sánchez escribió
08/12/2012 14:09

Este artículo me suscita preguntas, una que, sin duda lleva en su seno otras muchas, la formulo así:¿Cuánta, de la esquilmada inversión, se dedica a la cooperación entre distintas universidades? La necesidad de una atención interdisciplinar a la tremenda situación en la que nos ha colocado esta maldita crisis, parece ineludible, sin embargo, "no se ven las respuestas, aunque sean aproximaciones, tanteos que nos hagan ver que encontraremos" ¿por qué?

Escribe un comentario

Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.

publicidad