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VALENCIA. Isabel San Sebastián (Santiago de Chile, 1959) es hija de diplomático franquista, su ascendencia es vasca y navarra, tiene dos hijos y ahora vive sola con su perro Patán. Es periodista, columnista y dirige un informativo nocturno de radio. Una de sus pasiones, y donde le encanta dejarse la piel, es la novela histórica. La última quye ha escrito, 'Un reino lejano', vuelve al escenario de la Edad Media y al origen de la Corona de Aragón con Jaime I. De su vida ha aprendido que las oportunidades hay que cogerlas por el cuello, tanto en lo personal como en lo profesional. En sus escasos ratos libres disfruta saliendo a cenar con las amigas de siempre.

-¿Qué hace una chilena, que ha vivido además en medio mundo, escribiendo sobre Jaime I?
-Nací en Chile por casualidad por ser hija de padres diplomáticos. Lo que pasa es que me encanta la historia y España. Siempre, incluso en la distancia, me he sentido española. Como española nómada he aprendido a conocer España a través de su historia.

-¿Qué le atrajo tanto de este personaje histórico?
-Principalmente la época, pero el libro no es sólo de Jaime I, también se habla de Gengis Kan, de los mongoles, de los gremios de tejedores, etc. Fue una época crucial en el desarrollo de Occidente. El siglo XIII fue un primer renacimiento, el esplendor del mundo occidental y el horror del mundo oriental. De Jaime I me fascinó porque fue el gran reconquistador de la Corona Aragonesa y de los grandes de la historia de España.

-¿Por qué no eligió un personaje más actual como, Francisco Camps por ejemplo? ¿Son amigos?
-No, no somos amigos. Lo conozco como conozco a toda la clase política española, pero nunca me he tomado un café con él. En política tengo contadísimos amigos. Y de Camps he escrito mucho, pero como periodista. Y el por qué la Edad Media, porque llevo 25 años escribiendo sobre política, y prefiero perderme de vez en cuando por el pasado.

-¿De escribir sobre algún político actual a quién escogería?
-Ya escribí una novela una sobre Jaime Mayor Oreja, uno de los pocos políticos que valen la pena. También escribiría una biografía sobre María San Gil y... de muy pocos más.

-¿Y qué hacemos con el resto?
-Les invitaría a leer más, formarse mejor y recuperar algunos valores que se citan en "Un reino lejano", hoy desaparecidos. Como el honor, la decencia, la lealtad, el esfuerzo, el coraje y la valentía.

-Su novela Imperator la comparó posteriormente con Aznar, ¿con quién compararía a Jaime I?
-Desde luego para nada con Camps. Por lo que sé de él no tiene nada que ver, ni en su faceta personal, ni profesional, con Jaime El Conquistador, que fue un rey grandioso, con una personalidad arrolladora, coherente y muy valiente. Tengo un enorme respeto por Jaime I y sobre Camps pues... acabó como acabó. En el caso de Aznar simplemente dije que fue tan vanidoso como Federico II. La mayoría de los poderosos son muy vanidosos.

-¿Rajoy?
-No es vanidoso. Para mi es excesivamente prudente para bien y para mal.

-¿Zapatero?
-Tampoco es vanidoso. Lo veo como un total y absoluto incompetente e irresponsable.

-¿Se siente identificada como periodista de derechas?
-No, para nada.

-Sin embargo tiene esta leyenda.
-Cuando me lo dicen siempre contesto que a mi me han echado de bastantes sitios y en otros me he ido yo cinco minutos antes de que me echaran. Me echaron de Antena 3 gobernando el PP y nadie del Gobierno movió un dedo para que el presidente de Telefónica lo impidiera. Me fui a la calle por defender mi independencia periodística y nadie me protegió. A mí ni el Gobierno, ni el Partido Popular me han dado nunca trabajo, ni me han favorecido en nada.

-Insisto ¿y esa leyenda?
-Se fraguó en mis inicios como tertuliana en la SER con Iñaki Gabilondo donde me tocó vivir la legislatura del 93, de los Gal y demás, en la que le di mucha caña al PSOE de Felipe González, pero también le he dado mucha caña al PP de Aznar. Escribo artículos muy críticos con el Gobierno. Siempre he sido una periodista independiente y creo que nuestra obligación es ser más críticos con el poder que con la oposición. Como durante mi etapa profesional ha estado más años el PSOE en el poder a ellos les he dado más cera. Pero no me identifico con ninguno de los dos partidos.

-Oiga, ¿Valencia sigue siendo la tierra de sus amores a la que va y viene?
-Lo fue durante muchos años en los que no paraba de ir de Madrid a Valencia, pero ahora hace ya mucho que ya no. No obstante, en general, me sigue gustando esta ciudad. Ahora prefiero Madrid y Asturias que es mi tierra de adopción.

-También parece ser que hacer huelga no es lo suyo.
-Sin duda. Los periodistas no hacemos huelgas, las contamos. He estado en unas cuantas y de todas he hablado. Esta profesión es diferente a otras. Trabajamos cuando otros descansan y contamos lo que pasa.

-¿Y cómo articularía las protestas sociales?
-La huelga es una herramienta lícita, lo que no tengo tan claro es que lo sean las huelgas políticas. Las huelgas laborales están muy bien para que los trabajadores defiendan sus derechos, pero que se movilicen en contra de un gobierno ya no me parece tan lícito, porque para eso están los partidos políticos y las manifestaciones.

-Hablemos de crisis. Para usted ¿a quién hay que echarle los perros?
-Los perros los podemos echar a mucha gente. Empezando por los españoles que tenemos parte de responsabilidad. Históricamente hemos tendido a ser más cigarras que hormigas. No pensamos en que hay un mañana que nos puede pillar desprevenidos. Por otro lado se tomaron medidas gubernamentales irresponsables. No haber hecho la reconversión del sistema financiero cuando la hicieron los demás países fue un error gravísimo de Zapatero. Decía que estábamos en la Champions League y estábamos fatal. El actual gobierno no se ha quedado atrás. Ha traicionado sus promesas sin explicar por qué. Dicen que es lo que tienen que hacer. No sé si existen otras alternativas, pero no nos están convenciendo de por qué no buscarlas.

-En tiempos de crisis ¿se lee bien que a una familia le quiten su casa?
-No. Hay que buscar fórmulas, y las hay, menos desahuciar a una familia de su vivienda porque se ha quedado en el paro de repente. También es verdad que aquellos casos en los que una familia con ingresos de 1.000 euros gastaban la mayoría en una hipoteca es irresponsabilidad, del banco por darle la hipoteca y de las personas por coger lo que no pueden pagar. Tampoco es aceptable que las cajas de ahorros, que han recibido cientos de millones para mantenerse, desahucien a una familia para dejar después el piso cerrado.

-¿Moverse entre políticos despierta el síndrome de Estocolmo?
-La verdad es que cuanto más los conozco menos los entiendo. Cuanto más veo cómo ha ido evolucionando la casta política en España, más distante me siento de ella.

-Lo decía porque a la gente de a píe le puede resultar chocante leer que un diputado con casa en Madrid se beneficiará en 2013 de un plus de alojamiento de 1.800 euros al mes...
-Y de una tarjeta para coger taxis que se la dejan a sus padres, amigos o hijos para que la usen; y de un iPad que pierden y vuelven a pedir otro, y etc. Son medidas incomprensibles. La casta política se ha hecho endogámica. No sale a la calle. La clase política, que conocí hace 20 años, se parece como un huevo a una castaña a la de ahora.

-¿Qué hemos perdido?
-La ilusión, la vocación de servicio, la vocación. Los políticos que conocí al principio estaban allí porque les interesaba la política y creían que podrían contribuir a la construcción de la democracia. Ahora llegan a la política para servirse de ella. Piensan que es una buena forma de medrar en la vida con muy pocos requisitos de formación. Saben que pueden manejar poder y dinero. Cuanta más administración pública haya y más pequeñas taifas de poder se generen, más se reproduce el fenómeno y más se degradan los requisitos que se requieren para llegar a ser un buen político. Hoy en día lo fundamental es ser obediente, sumiso y pelota. Si eres legal, malo porque dices la verdad y nadie quiere oírla; si eres emprendedor, malo porque tienes iniciativas y puedes hacer sombra: si eres valiente lo mismo...

-¿Y por este camino?
-Por este camino vamos al abismo, por no decir al carajo. Vamos a un país que se está descomponiendo territorialmente, económicamente, socialmente, porque está desapareciendo la clase media; moralmente vivimos en el relativismo del todo vale. Quizá los políticos no tengan totalmente la culpa. Pero son ellos los que deberían liderar un movimiento regeracionista, sin embargo no pueden porque son los primeros responsables de la situación.

-¿Tiene pensada su próxima aventura literaria?
-Más o menos. Será mujer y del siglo XX.

-¿Sabe que la iglesia de Inglaterra permite a las mujeres que sean obispas?
-Me parece muy bien. Ya estaban tardando. A la iglesia católica le costará porque es la institución que más le cuesta adaptarse a los nuevos tiempos.

-¿Una lección de vida?
-En mi vida he aprendido que las oportunidades hay que cogerlas por el cuello, tanto en lo personal como en lo profesional. Si en un momento tienes mucho trabajo lo haces, porque no sabes si más tarde vas a tenerlo. La gran lección de esos altibajos es levantarse y saber que con voluntad sales de todo.