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VALENCIA. El director artístico del Teatro Real desde el 2010, el belga Gerard Mortier, se ha visto obligado a desmentir con un comunicado que vaya a cambiar el coliseo madrileño por el milanés de la Scala, aunque ha señalado que si el Gobierno anuncia más recortes para el teatro (un 33% menos hasta ahora) no podría quedarse en España.  

En palabras de Mortier "En el Teatro Real, que defiende con algunas otras grandes instituciones la marca España, estamos haciendo un trabajo excepcional con la orquesta y el coro, que se han desarrollado hasta convertirse en dos de las mejores formaciones del país y pueden competir perfectamente con los grandes teatros de ópera de Europa. Además, el público del Real, en su mayor parte bastante conservador ha demostrado estar más abierto a nuevos horizontes que el de la Scala, y miles de jóvenes lo están descubriendo". Sin embargo, añade, con la reducción de las subvenciones de 28 millones a 12 millones, es decir más del 50% en los último años, "están en el límite de lo posible" y sobreviven "gracias a las acciones del presidente, Gregorio Marañón, del director general, Ignacio García-Belenguer y a la ayuda creciente de los patrocinadores". "Si el Gobierno necesita más ahorros debemos reestructurar el paisaje cultural, que es lo más difícil, pero el único camino para salvar los problemas actuales" prosiguió. 

Mortier sucedió a Maurice Huisman como director del Teatro Real de la Monnaie de Bruselas en 1981, convirtiéndo la ciudad en una de las capitales de la ópera en Europa. Entre 1988 y 1989, participó activamente en la preparación del proyecto de la Ópera de la Bastilla de París. Del 2002 al 2004 organizó la primera temporada de la Trienal del Ruhr, que se desarrolló en antiguos locales industriales. Del 2004 al 2009 sucedió a Hugues Gall como director de la Ópera Nacional de París. En el 2007 fue nombrado director de la Ópera de Nueva York desde la temporada 2009-2010 hasta el año 2015, cargo que renunció en el 2008 ante la falta de suficientes recursos financieros.