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Fabra concentra al Consell en Castellón para ponerle las pilas de cara al Presupuesto 2013 y poner en común el programa de recortes y ajustes para las próximas cuentas generales de la Generalitat, marcadas por la "austeridad"
VALENCIA. El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, convocó este viernes festivo por sorpresa a todos los miembros de su Consell a una reunión de trabajo para poner en común el estado de la elaboración de los presupuestos para 20123. El Gobierno valenciano tiene que entregarlos en Les Corts antes del 31 de octubre para su debate y en esta ocasión, Fabra se enfrenta al que será sin duda el presupuesto más difícil de la historia.
Ya no se trata solo de ajustar las cuentas en un momento en que los ingresos caen por el descenso de la actividad y del consumo, lo que supone recortar la diferencia entre los casi 14.000 millones de gastos y los alrededor de 10.000 millones de ingresos que se apuntaron en el cierre del ejercicio de 2011.
Además, el departamento que dirige José Manuel Vela, conseller de Hacienda y responsable último de la elaboración del presupuesto, tendrá que recoger en los capítulos de gastos e ingresos tanto los recortes que ha ido anunciando a lo lardo de los últimos meses pero también las condiciones que impone el Gobierno, que dimana tanto del Plan de Pago a Proveedores como del Fondo de Liquidez Autonómica, los dos planes de auxilio financiero del Gobierno a los que ha tenido que recurrir la Generalitat para poder cumplir, a duras penas, sus obligaciones de pago.
La elaboración del presupuesto está ahora en su momento decisivo y hay un elemento esencial: el cumplimiento del objetivo de déficit, que el año que viene se reduce del 1,5% al 0,7% del PIB. Como ocurre cada año, la Generalitat contará con unos 800 millones de deuda que podrá emitir. Y aquí aparece uno de los problemas.
La capacidad de emitir deuda por parte del Instituto Valenciano de finanzas sigue en un punto muerto. Esto supone que conseguir esos 800 millones, como ocurre este mismo ejercicio con los 1.500 millones autorizados, no se pueden conseguir en el mercado. Este ejercicio, el FLA se hará cargo de ello. Pero a partir del año que viene tanto esas emisiones como los más de 1.000 millones de euros de vencimientos (según consta en el informe del IVF), volverán a tensar las arcas públicas sin que se sepa si existirá un sistema similar al FLA para poder atenderlos.
EL NUEVO MODELO SANITARIO
En las cuentas también se deberán ver reflejados los ajustes realizados en los últimos meses en departamentos como Educación (recorte en el número de interinos) o Sanidad, consellería esta última que tendrá que empezar a recoger en sus cuentas su plan de reestructuración de la gestión de los hospitales. De momento no se han licitado los contratos de las consultoras que han de ayudar a recortar gastos.
En otros departamentos, como Administraciones Públicas, los funcionarios, también han visto modificadas sus condiciones salariales, que habrá que recoger en las cuentas.
Pero donde más deberían notarse los cambios en el ahorros es en el sector público empresarial. Con los grandes ERE hechos o en marcha, y el cierre y reorganización de las empresas públicas en su recta final, las cuentas de 2013 también deberán recoger el recorte en el gasto. RTVV, IVVSA, Vaersa, Cacsa o FGV son elementos clave en los que el ahorro por la disminución de las plantillas debe notarse.
Otros departamentos como Infraestructuras, seguirán perdiendo capacidad de gasto, según fuentes de la Generalitat. En otros como Turismo, Agricultura o Cultura, las subvenciones a proyectos y organizaciones que tradicionalmente reparten se verán minoradas.
Todos estos recortes y medidas de austeridad y ahorro que se han ido aplicando (a anunciando) deben servir para superar el desfase entre ingresos y gastos de la Generalitat que amenazaba con convertirse en estructural, puesto que pese a los esfuerzos por recortar en los últimos dos años, esa rebaja del gasto no servía para reducir el gap con los ingresos, que han caído en picado. El comportamiento de los ingresos, con las recuperación de algunas tasas e impuestos por parte de Hacienda (en algunos casos dirigidos desde Madrid) es una incógnita.
En resumen, las cuentas de 2013 de la Generalitat Valenciana presentan una serie de condiciones a las que no había tenido que enfrentarse el Consell en años anteriores. Es, sin duda, el peor escenario del la Generalitat en su corta historia.
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