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VALENCIA. El cierre de la última edición de la feria Habitat Valencia, que aúna las antiguas ferias del mueble, la iluminación y la decoración, ha dejado un magro balance para los sectores que fueran claves del desarrollo industrial de la Comunitat Valenciana.

Aunque el presidente del certamen, José Blasco, asegura que este año se han superado las expectativas de la mayor parte de los fabricantes gracias a la visita de compradores "de calidad y con gran potencial de compra", lo cierto es que la misma jornada de clausura ya ha servido para anunciar cambios y replantear el certamen.

El próximo año, que servirá para conmemorar el medio siglo de la cita, se reducirá su duración de cinco a cuatro días, quedando reducida del miércoles 17 al viernes 20 de septiembre. El cambio, debatido en el comité organizador del certamen, cuenta con el respaldo de las principales asociaciones sectoriales y, según su presidente, "es la opción preferida por la mayoría de fabricantes, que consideran que por coste y por operatividad es innecesario prolongar durante cinco días la feria".

De hecho, diversos expositores aseguran que el único día que realmente hubo actividad fue el jueves, mientras que el miércoles y el viernes dejaron mucho que desear. El sábado destacó la presencia de los minoristas de las provincias limítrofes, un nicho que se podría explotar, según Víctor Grafiá, presidente de la Federación de Comerciantes de Muebles de la Comunidad Valenciana.

UN CERTAMEN EN AÑOS ALTERNOS

"Hay mucho pequeño comerciante que podría venir sin tener que cerrar la teinda si se modificaran los días para terminar la feria en domingo", señala Grafiá. "Muchos pequeños podrían hacer un gran negocio", insiste. Sin embargo, distintos expositores plantean medidas más contundentes, especialmente para no perder al comprador internacional.

"No me parece nada descabellado convertir el certamen en bienal, como ocurre con la feria de la iluminación de Milán", reconoce Jorge Mariner, responsable de la gestión de la histórica firma de iluminación Mariner y miembro del comité organizador de Habitat Valencia. De este modo, se podría incrementar la expectación sobre las novedades y se facilitaría a determinadas empresas poder reunir fuerzas para estar presentes en el certamen.

Como coinciden otras destacados empresarios, con este cambio en la periodicidad, los visitantes extranjeros podrían encontrar más oferta, ya que en los últimos años no es tan "amplia" como cabría esperar de una de las ferias del sector más importante del mundo, apunta Mariner. "Si una persona se hace cinco mil de kilómetros y no ve satisfechas sus expectativas, no vuelve", concluye.

La presencia de compradores extranjero es especialmente vital para las empresas participantes. De hecho, en esta edición quienes se movían "con ganas de comprar" han sido casi exclusivamente foráneos. Colombia, Argentina, Brasil o Chile han sido los países que han aporta a más potenciales compradores, como también ha sido muy destacada la presencia de asiáticos, árabes, indios y del Este de Europa.

En todo caso, el fallo no lo achacan muchos de los expositores a la organización, que sigue desarrollando misiones inversas y una intensa promoción internacional, sino en las propias empresas. Como apunta un veterano del negocio, "la feria no le va a salvar la vida a nadie si no se ha trabajado su nicho el resto el resto del año".

ADIÓS A LOS ‘CONDEDUQUES DE LUCANOR'

Por sectores, las empresas de textil hogar han sido las que han tenido más actividad. Aunque tradicionalmente es la que cuenta con stands más discretos, con un planteamiento más de batalla en la exposición del catálogo, las impresiones eran en su mayoría positivas, "a pesar de que todos sabemos cómo está de mal el negocio", apunta el responsable de una de las más concurridas.

El sector de la decoración, siempre más llamativa en la puesta en escena, también ha optado este año por la contención en el despliegue de medios y por un menor riesgo en la selección de producto. "Se la han jugado muy poco", apunta una diseñadora foránea tras recorrer el pabellón de las firmas más comerciales.

"Es natural, tienen que vender y no están para hacer experimentos", reconoce tras lamentar la escasa permeabilidad de la mayoría de las firmas a las novedades del contiguo salón Nude de jóvenes creadores. "Hay cosas muy interesantes entre los diseñadores noveles, pero falta arrojo para explotarlas de forma intensiva".

UNA CURA DE HUMILDAD

Un empresario de mueble de gama media reconoce que han preferido insistir con propuestas de años anteriores, pero asegura que no esperaba "esta ruina". "Todos sabemos que la situación está muy mal, pero esto se ha quedado reducido a una ‘miniferia', sobre todo para los que nos acordamos de lo que era esto hace una década. Deberían haberse planteado si celebrarla", sentencia.

"Vivimos una cura de humildad", reconoce otro profesional de muebles de forja que este año ha optado por no participar y ha preferido acercarse a saludar a algunos proveedores y viejos competidores. "Se acabaron los tiempos de los condeduques de Lucanor que plantaba casi una falla con alfombras, tapices y toda la parafernalia. Ahora de trata de demostrar que se está vivo para terminar en el parte de bajas", reconoce con amargura.

Sólo en el sector del mueble, el número de empresas que continúan en activo se ha reducido un 17% en el último año y nada hace prever una recuperación. Frente a años anteriores, en los que se llegó a superar el millar de expositores, en la edición de 2012 han participado 855 procedentes de 18 países repartidos en 100.000 metros cuadrados de exposición.