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VALENCIA. Inocencio Arias (Almeria, 1940) ha sido un polifacético diplomático español, ya jubilado, y hoy es un escritor de lo vivido sin miedo a su propia autocensura. Por esa sensación de poder decir lo que quiere ha escrito "Los presidentes y la diplomacia. Me acosté con Suárez y me levanté con Zapatero" donde relata sin pelos en la lengua los aciertos y errores de cada presidente, Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero, e incluye algunas anécdotas internacionales de lo más jugosas.

Fue director general del Real Madrid y embajador en la ONU. Entre sus reflexiones: "El rescate a la banca no nos va a salir gratis a los españoles"; "en la ONU priman los intereses particulares de los miembros y no los del mundo"; "sería inconcebible no explicar a los ciudadanos por qué un banco presidido por un exministro de Economía y exdirector del Fondo Monetario Internacional haya terminado siendo nacionalizado". Su próximo libro se alejará de la política y se centrará en Hollywood, último de su destino como diplomático y donde estrechó relaciones con grandes guionistas y productores.

-¿La política exterior apasiona a los españoles?
-¡Y tanto!, aunque no me agrada la imagen que de España se tiene fuera. No me gusta y me pone sombrío, pero espero que a medio plazo brille el apagón.

-¿El rescate devolverá la luz?
-¿Qué quiere que le diga? El PP heredó un gobierno con una penosa situación, pero creo que no ha captado todavía el tamaño del agujero y la gravedad del asunto. Aunque el rescate sea de los bancos y no de España, la cosa no nos saldrá gratis. Eso sí, el Gobierno ha salvado la cara.

-¿Qué tal se le da a Rajoy la política internacional?
-Es verdad que el caso Bankia le restó puntos en Europa, pero aun así lo ven como un dirigente serio que está dispuesto a hacer lo que cree conveniente incluso tomar decisiones impopulares. Con el gobierno anterior no fue igual.

-¿Por qué?
-Porque Zapatero no se encontraba a gusto en la escena internacional. Mire, un día organizó una cena en el Waldorf Astoria de Nueva York para 300 dirigentes, entre ellos varios presidentes iberoamericanos, altos cargos de la ONU, personalidades de Nueva York... pero de repente la misma tarde de la cena al presidente Zapatero el cuerpo no le pedía acudir. Era una cena organizada por él, o sea pagábamos los españoles y él presidía, pero le apeteció irse con un amigo a un pequeño restaurante, dejando a Moratinos al frente del ágape.

-¿Igual no le apetecía hablar inglés?
-¡Si la mayoría eran iberoamericanos! Fue un bombazo. A él no le gustaban las reuniones internacionales y no sabía distinguir lo que era importante de lo que no. En su primera visita a Polonia canceló el viaje cuando sus anfitriones se dirigían al aeropuerto.

-¿Es cierto que creando frases era único y admiraba mucho a Obama?
-Sí. Una de las más famosas fue afirmar en plena crisis, que "cualquiera podía gobernar España y que era facilísimo". Fue una muestra más de su irrealismo. Respecto a Obama fue un autentico flechazo, pero Obama tenía ya 40 pretendientes y para él Zapatero era uno más.

-¿Y qué tal el resto de presidentes en política internacional?
-Felipe González fue al que mejor se le dio la política internacional. Tuvo una gran relación con Helmut Kohl y Gorbachov, "sus novios diplomáticos". Los novios de Aznar, Tony Blair y George Bush, le salieron regular ya que la foto de las Azores acabó siendo tóxica para él y su partido.

-¿Cómo le explicaría a un ciudadano que un banco presidido por un exministro de Economía y ex director del Fondo Monetario Internacional haya terminado siendo nacionalizado?
-Eso me gustaría que me explicaran a mí y que tendrán que explicar. Puedo entender que no es el momento, porque se va a escuchar y va a salir a la luz cosas graves, y esto generaría mayor desconcierto en los mercados. Pero me parecería horrible que dentro de unos meses, no años, no dieran una explicación a los españoles e incluso buscaran responsabilidades. Sería inconcebible que no se hiciera.

-¿Le haría falta al Gobierno un "Mourinho" para cerrar la crisis?
-Desde un punto de vista estratégico, sin duda, Mourinho sería interesante; pero desde el punto de vista diplomático sería una catástrofe.

-Lo que están viviendo todos aquellos inversores con preferentes y subordinadas, ¿no es un corralito en toda regla?
-Estos inversores se han llevado la peor sorpresa de su vida y lo que no se entiende es por qué no se les explicó en qué callejón se metían. Muchos adquirieron preferentes sin que se les leyera la letra pequeña y eso es una irresponsabilidad no decirlo.

-¿España busca responsabilidades o deja pasar el tiempo?
-Este Gobierno ha adoptado medidas, algunas de ellas muy serias, el tema es si está adoptando todas las que debería. A Rajoy no le importa que a corto plazo sean impopulares estas medidas porque cree que será bueno para el país. También es cierto que aunque para los españoles estas medidas sean objeto de grandes protestas, en Alemania y en el resto de organismos internacionales piensan que Rajoy se ha quedado corto. Los españoles hemos vivido holgadamente y somos unos niños mimados. Queremos mantener todos los privilegios y sacrificarnos poco. Y así esto no se mantiene.

-¿El dominio del chino es una buena inversión?
-Muy buena. La mejor de todas es dominar el inglés aunque ningún presidente español es políglota ni ha dominado el inglés. En el mundo internacional el inglés es impepinable.

-Es curioso que en cualquier empresa privada se exijan currículos de vértigo y no se exija un mínimo para elegir al presidente de un país.
-Pero lo elegimos los españoles, somos nosotros los que los votamos y muchas veces porque nos parecen simpáticos y creemos que lo harán bien... Luego, lo que pasa es que aunque se asesoran bien muchas veces no hacen caso a su asesor. Como le pasó a Zapatero.

-Las cajas han estado llenas de políticos...
-Sí han estado demasiado mediatizadas por los partidos.

-Y en el mundo de la diplomacia está ocurriendo lo mismo. Recientemente el caso de Trillo elegido como embajador en Londres...
-Sí, pero normalmente son pocos. Con el PSOE de 108 embajadas colocaron a nueve o diez, con el PP dos o tres. A mí que Trillo esté en Londres no me parece mal, si habla ingles y tiene una conexión directa con el presidente del Gobierno es bueno para una embajada.

-¿Se entretuvo en sus incontables reuniones a las que ha asistido haciendo pajaritas?
-No, a veces he hecho algún dibujito si el tema de la reunión era mortalmente aburrido y no le afectaba nada a España. Eso sí me ha pasado.

-¿En qué emplea el tiempo libre un jubilado como usted con una agenda tan entretenida?
-No tengo un horario fijo y he recuperado mi libertad de expresión. Antes si una cosa del Gobierno o de la oposición no me gustaba tenía que callármela. Ahora, puedo criticar a la oposición, al Gobierno y al Papa si quiero. Soy un ciudadano jubilado y no sujeto a ningún corsé administrativo o jerárquico y eso vale dinero. El que uno pueda decir lo que quiere después de estar 42 años sin poder abrir la boca tiene valor.

-De la ONU se fue diciendo que en ocasiones era inoperante.
-Totalmente. Si la ONU no existiera habría que inventarla, o mejor reinventarla. Lo que ocurre es que en la ONU priman los intereses particulares de los miembros y no los del mundo y la organización.

-¿Con la libertad de expresión recuperada que ha sido lo primero que no se ha podido callar?
-Por ejemplo, que me resulta absolutamente inconcebible que en la sinvergonzonería de los ERES de mi tierra sólo supiera este desaguisado un director general. Eso no se lo cree nadie y además es una memez que insulta la inteligencia de las personas.

-¿Cuántos de los directivbos que han conducido ls cajas de ahorro a la ruina hubieran dado con sus huesos en la cárcel en Estados Unidos?
-Algunos sí y otros no, porque en EE.UU algunos banqueros también se han ido de rositas. Lo que sí sería muy extraño en Estados Unidos es que un banquero que ha arruinado a una institución se lleve una indemnización archimillonaria. Esto clama al cielo. Uno se marea con las cifras y ni sueña con ganarlas en toda su vida, y alguien que ha hecho una labor tirando a mala y ha dejado la institución en cueros se lleva 18, 19 o 23 millones de euros... Pero ¡qué barbaridad es esta!

-¿Fuera de España nos siguen viendo como un país de pandereta?
-No, eso terminó. Sí tienen la imagen de que a los españoles les gusta mucho divertirse e incluso que no se sacrifican mucho.

-¿Damos definitivamente por perdido el Peñón de Gibraltar?
-No, lo que ocurre es que a corto plazo no vamos a conseguir nada. Pero el peñón no lo podemos dar. Los gibraltareños pueden conservar todos los privilegios británicos, pero la tierra es nuestra.

-¿Los diplomáticos de hoy son muy distintos a los de su época?
-Sí, son menos envarados, hay mucha clase media, más mujeres, siguen siendo disciplinados, pero hay más irritación cuando reciben órdenes infantiles o un poco atrasadas. Están más preparados y entienden mejor que en mi época el comercio y la economía mundial. Hablan inglés más que francés y en mi época era al revés.

-¿Recuerda su primera misión?
-Por supuesto. Fue en Bolivia y aunque era un país muy retrasado, como fue mi primer destino fue muy entrañable. No ha prosperado mucho desde entonces.

-En un reciente spot de un conocido banco usted conversaba con Loquillo, ¿no había otro personaje un poco más diplomático?
-Era un tipo franco y simpático al que no conocía, pero la institución que asesoró pretendió poner a dos personas que fueran distintas tanto en vivencias como en profesiones y acertaron. Me han dicho que el vídeo es el segundo en descargas.

-¿Le hubiera gustado haber sido embajador en Botswana?
-En mi carrera tengo dos lunares, no he hecho ni África negra ni Oriente. De todos modos en Botswana no hay embajador para haber podido informar al Rey Don Juan Carlos que estaba a punto de cometer un claro desliz. Desde luego hay un antes y un después del elefante. No debería haber hecho el viaje, pero tampoco creo que haya que demonizarlo por ese desliz.

-¿Usted es tan inocente como delata su nombre?
-Una persona con más de 70 años ha perdido ya su inocencia, porque ves las cosas con más escepticismo y conoces mejor la hipocresía de la gente. Se te engaña menos. Pero con la edad no pierdes ni la honradez, ni la integridad.

-¿Con la edad uno es más pesimista?
-Ya no depende de la edad, si no de la situación y a corto plazo le aseguro que el pesimismo está garantizado.