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EMPRENDEDORES

El viaje de un ingeniero industrial y dos amigos al negocio de la hostelería

A. M.. 16/07/2012 Tres profesionales de la ingeniería, la gestión y el derecho impulsan la franquicia Vinotinto en Valencia. Les gustó el proyecto y, en tiempo de precios bajos, decidieron aprovechar el momento

VALENCIA. La hostelería no pasa por su mejor momento, pero es difícil encontrar algún negocio que vaya viento en popa. El ingeniero Javier Vilariño decidió junto a otros dos socios dar un vuelco a su carrera profesional, centrada hasta ahora en la gestión industrial, para aprovechar nuevas oportunidades de negocio.

Tenían claro que, fuera cual fuera el camino que emprendieran, su oferta tenía que ser diferente a la de sus competidores bien por el producto bien por algún aspecto que permitiera a su propuesta destacar ante el cliente.

Ninguno de los socios tenía experiencia previa en el negocio de la hostelería, pero los tres coincidieron, tras un primer análisis, en aprovecha el momento actual de precios bajos del sector. "La situación es mala, pero esto permite negociar unos precios más ajustados tanto con el alquiler del local como con el franquiciador", reconoce Vilariño.

DECISIONES RÁPIDAS

Los socios conocieron la franquicia Vinotinto en Madrid, donde la marca tiene dos establecimientos, aunque también está presente en la ciudad portuguesa de Oporto. Tras los primeros contactos, buscaron el emplazamiento. "Supimos que la tienda de textiles contigua al Teatro Olympia estaba apunto de cerrar y nos pusimos en contacto con los propietarios", reconoce Vilariño.

A continuación, todo el proceso de firma de la licencia y alquiler del local se hizo a velocidad de vértigo. La idea estaba clara, la oportunidad les salía al camino y ellos querían ponerse en marcha.

La intención de los socios es seguir desarrollando este negocio y abrir para finales de 2013 dos nuevos establecimientos. "En este momento queremos afianzar el negocio en Valencia, pero ya estamos trabajado para abrir nuevos locales en otras ciudades, como Alicante o Benidorm", apunta.

PLAN DE EXPANSIÓN

Al ser propietarios de la licencia para el área de Levante prefieren gestionarla con prudencia y evitar una proliferación masiva. "No queremos abrir ni en centros comerciales ni en otras zonas de la ciudad como el área del Palacio de Congresos o Avenida de Francia que no ofrezcan las garantías que ofrece el centro", apunta.

La franquicia tiene una duración de 10 años e incluye tanto la carta como algunos de los proveedores. Para el resto, han preferido optar por empresas locales, especialmente para los productos frescos. Respecto a la estética, el contrato condiciona los colores y algunos elementos de decoración, como la gran lámpara compuesta por cajas de vino o los ventiladores de techo.

El resto ha sido trabajo del propio Vilariño, que ha diseñado la distribución de local y el resto de elementos arquitectónicos, en buena parte recuperados de la histórica tienda de confección que ocupaba en bajo hasta el pasado año. Entre otros elementos que se han respetado, están los pilares originales y el suelo de 1908.

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