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LAS CAUSAS DEL DESASTRE

Por qué una chispa terminó por arrasar 50.000 hectáreas

A. MOHORTE. 03/07/2012 La falta de labores preventivas, la escasa productividad económica de los bosques y una equivocada política medioambiental han convertido los montes valencianos en combustibles para el fuego

VALENCIA. "La causa del incendio no ha sido un problema puntual, sino un fracaso estructural". Así de tajante se muestra José Andrés Torrent, profesor del Grupo de Investigación en Ciencia y Tecnología Forestal de la Universidad Politécnica de Valencia.

El recorte de la inversión pública, la escasa rentabilidad de la explotación del monte y la generación de reservas naturales abandonadas a su suerte son las razones que han convertido un accidente que podría haber quedado en un susto en el mayor incendio forestal que ha afectado a la Comunitat Valenciana.

Al cuarto día de incendio, cuando las llamas empiezan a remitir, el conseller de Gobernación, Serafín Castellano, ha cifrado en 49.000 las hectáreas afectadas, prácticamente la superficie de la isla de Ibiza.

Aunque se ha conseguido salvaguardar la Sierra Calderona, una veintena de municipios han resultado afectados, más de 3.000 personas han tenido que ser desalojadas y está por concretar el impacto económico y medioambiental del desastre.

RECORTES Y ABANDONO

Al margen del recorte en cinco millones de euros de la inversión en prevención de incendios y la reducción en un millar de los brigadistas para la lucha contra el fuego, la falta de un mantenimiento de estas zonas boscosas y antiguas tierras de labor que se arrastra desde hace años ha convertido al monte en un polvorín, según Torrent. Las altas temperaturas, la baja humedad y el fuerte viento han hecho el resto.

"La política forestal es el hermano pobre de la socioeconomía española", lamenta Torrent. La baja productividad ha hecho que la explotación de los bosques y el campo ya no sea prácticamente negocio y la Administración no ha suplido estas actividades, fundamentales para mantener los montes limpios, por su alto coste.

De hecho, el profesor señala que iniciativas como la declaración de determinadas zonas como áreas de protección de la fauna o las aves, como la de La Hoya, han terminado por conseguir que se conviertan en auténticos "polvorines". "Conservar el monte es caro, pero si renunciar a intervenir sobre él viene acompañada por motivos aparentemente positivos, miel sobre ojuelas para la Administración".

DESPACHO INMEDIATO

Tras la oleada de incendios de 1994, la Comunitat Valenciana había destacado en sus servicios antiincendios por medio de brigadas aerotransportadas, apunta Torrent. La estrategia se basaba en la detección e inmediata intervención de los efectivos por medio de una red de puntos de control y bases de actuación que ahora se han visto afectados por los recortes y la rentabilización de los medios aéreos, utilizándolos también para el control del tráfico y otras actividades que impoden su plena disponibilidad.

"Para sofocar un incendio son fundamentales los primeros diez a quince minutos desde que se declara. Es lo que técnicamente se llama el despacho inmediato. A partir de ese momento, si las condiciones meteorológicas son adversas (como ha ocurrido en esta ocasión), hacerse con el control del incendio es muy difícil", advierte. Con las llamas extendiéndose por el monte, "no se puede poner a la gente delante del fuego. Los medios aéreos pueden ayudar, pero a esas alturas no resuelve el problema del todo". No queda más remedio que esperar a que se consuma.

Además, en este caso, la simultaneidad de los frentes abiertos ha hecho que la distribución de efectivos haya obligado a establecer prioridades, como ha sido el caso de la protección de la Sierra Calderona, en perjuicio de otras zonas.

PROBLEMA ESTRUCTURAL

En algunos de estos aspectos coinciden las organizaciones ecologistas Greenpeace y WWF que también consideran que el alto número de hectáreas arrasadas por las llamas y las consecuencias del fuego se deben a la situación "estructural" de abandono rural, de falta de gestión y de planes efectivos de prevención.

El responsable de la campaña de bosques de Greenpeace, Miguel Ángel Soto, subraya que los montes tienen un valor muy alto en términos de biodiversidad, paisaje, mantenimiento de recursos hídricos, pero el mercado no le ha puesto precio y no se está invirtiendo en su gestión y explotación.

En cuanto al efecto de la meteorología más extrema, Soto considera que por sí misma ésta "no explica los incendios" pero sí influye en su virulencia y en las consecuencias. El problema, según ha insistido, reside en que año a año se va acumulando biomasa en el monte, en zonas que antes eran superficies cultivadas.

ESCASA INVERSIÓN FORESTAL

Por su parte, el secretario general de WWF España, Juan Carlos del Olmo, recuerda que el fuego ha recorrido en 20 años el 30% de todo el monte de la Comunitat Valenciana y coincide con Greenpeace en que los incendios de Valencia son "fruto de décadas de abandono rural" y de la falta de gestión forestal.

De este modo, recuerda que la Comunitat Valenciana es la segunda, después de Extremadura, que menos planes de gestión forestal tiene. De hecho, asegura que únicamente el 2% de las masas forestales de la comunidad cuenta con un instrumento de gestión, valor que sube al 13% en toda España.

Para Del Olmo, durante años la Comunidad Valenciana ha centrado sus esfuerzos en el ladrillo, olvidando sus montes y el valor de su riqueza forestal, donde apenas ha habido inversión. "Este abandono ha sido el combustible de los incendios de estos días", ha dicho.

1994, EL PEOR AÑO DE LA HISTORIA FORESTAL VALENCIANA

La superficie quemada en los incendios forestales de Cortes de Pallás y Andilla, que ya están estabilizados, asciende provisionalmente a 48.500 hectáreas, y ha recordado un 'año negro' para la Comunitat Valenciana: 1994. En aquella ocasión, la superficie destruida por el fuego devastó más de 138.000 héctareas en más de 750 incendios, según fuentes del Ministerio de Medio Ambiente. Solo en tres de ellos se quemaron más 68.000 hectáreas de forma casi simultánea en el mes de julio.

El incendio, provocado por un rayo en el término municipal de Millares (Valencia), se inició el 4 de julio y destruyó 26.000 hectáreas hasta que fue extinguido el 12 de julio. En aquel incendio murieron seis personas durante las labores de extinción: cuatro brigadistas, un voluntario y un concejal.

En esas mismas fechas, en otro incendio en Requena (Valencia) el fuego arrasó 25.000 hectáreas en una semana debido a una negligencia por una colilla. También el 4 de julio, y debido a una quema de basura, el fuego quemó 18.500 hectáreas en Fontanars dels Alforins. El incendio se decretó el 4 de julio y fue extinguido el 12 de ese mes.

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4 comentarios

Javier Sánchez escribió
03/07/2012 19:56

1 muerto, 50.000 hectareas quemadas y 0 responsables. El Presidente de la Generalitat y el Conseller de Gobernación, casualmente Presidente y Secretario General del PP pasaban por ahí, responsabilidad ninguna. DIMISIONES YA!!!!!!!!!!!!!!!

03/07/2012 17:25

Buenas tardes Carles: existir esa base de dato existe los Ayto muchas veces desconocen los actuales propietarios por no cambiarse en el catastro las titularidades. Accesible es para los Ayto y Organismos autorizados. Si cada pueblo y cada autoridad municipal se lo propone lo obtiene en pocas horas. Solo es un problema de organizarse el listado y multar y exigir su limpieza.- Atte Alejandro Pillado Valencia 2012

Carles Sirera escribió
03/07/2012 11:20

Si tuviésemos bases de datos actualizadas y accesibles, podríamos hacer un mapa con la distribución de solares y terrenos rústicos propiedad de los bancos que están abandonados y detectar áreas de mayor peligrosidad por su abandono.

03/07/2012 08:18

Buenos días: toda la Comunidad en especial aquellas zonas donde se recalificáron suelos para los PAI es un polvorín. Valencia y Castellón se llevan la palma en suelos abandonados,naranjos secos canales de regadio rotos y secos por no haber uso. Y pese a que muchos o algunos lo hemos estado advirtiendo no "pasaba nada" cualquier chispa,cualquier quema e rastrojo es capaz de producir lo que ha ocurrido o cosas mayores. Puedo hablar solo de lo que conozco Ayuntamientos como el de Xilxes (2 PAI campo de golf incluido) la Llosa,Almenara no es necesario entrar en los mismo tan solo ver el paisaje a lo largo de la Nacional 340.- Xilxes ya ha tomado la iniciativa de exigir a los dueños e los PAI que "o limpian o lo limpian ellos y le pasan el importe" eso mismo proponemos algunos para los campos abandonados. Aún hay gente que te dice "para que lo vamos a limpiar si la naranja no produce" "el campo no es mio es de un PAI" y lo mas terrible aún es que esas empresas propietarias de los campos en muchos casos lo han entregado en dación de pago a los...bancos.- Aquí no solo "mamá generalitat" es responsable aquí la actividad privada,la iniciativa privada es la que debe cuidar,regenerar y poner "en valor" esos campos abandonado.- Atte Alejandro Pillado Valencia 2012

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