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VALENCIA. La junta de accionistas del Banco de Valencia acabó finalmente con el último tabú que seguía en pie aldedor de la caída de la histórica entidad financiera: señalar con el dedo, de forma pública y sin matices a quienes se considera responsables de la crisis que desembocó en la intervención del Banco de España. Y lo hizo de forma inequívoca: los exgerentes del banco que estaban vinculados directamente a Bancaja, el que fue el accionista mayoritario del banco durante la historia más reciente del banco, son los culpables. Presuntos, al menos de momento, desde el punto de vista legal.
Pero en el imaginario colectivo de los 50.000 accionistas la responsabilidad de José Luis Olivas, Antonio Tirado y Aurelio Izquierdo, los tres expresidentes, y de Domingo Parra, exconsejero delegado, va más allá de cualquier duda razonable.Porque esos cuatro, y no el resto de miembros del consejo destituido por el Banco de España, fueron señalados por la junta. Y eso que hubo la posibilidad de ampliar la acusación.
La asamblea anual, presidida por los administradores del FROB, debatió dos propuestas distintas. Una, presentada por el abogado de la asociación Apabankval, Diego Muñoz Cobo, incluía a todos los consejeros, los que representaban a Bancaja y los que estaban nombrados por los accionistas históricos, La petición de iniciar una acción social de responsabilidad fue rechazada por el 29% de los votos en contra y solo el 1,27% a favor.
Pero la otra, la que lanzó formalmente Xavier Sierra (un consultor de Alzira que en su día representó a los afectados por la pantanada de Tous) salió adelante con el 6,03% de los votos a favor y el 5,61% en contra. El resto fueron abstenciones. Sierra tuvo que ratificar de viva voz el nombre de los consejeros a los que se dirigía su propuesta de acción social. Con cierta 'ayuda' de la junta ante sus dudas, dejó fuera a los consejeros de los accionistas históricos y también a Silvestre Segarra, Marita Boluda y José Luis Quesada, quienes formalmente estaban representando a empresas vinculadas a Bancaja pero no formaban parte de la estructura de la caja de ahorros.
Al final, el mandato de la junta a los administradores de Banco de Valencia es que denuncie por el quebranto social a Olivas, Parra, Izquierdo y Antonio Tirado. La presencia de este último en el grupo llamó la atención de parte de los accionistas ya que, pese a ser vicepresidente de Bancaja, no se considera que formara parte del grupo de decisión del banco. Pero si algo llamó la atención en la votación fue el ruidoso silencio del representante de Bancaja Inversiones (la filial de Banco Financiero y de Ahorros donde están las acciones del banco), cuya abstención permitió que saliese adelante la propuesta.
La matriz de Bankia daba así la puntilla a Olivas, Izquierdo, Tirado (tres de los suyos, los dos primeros justo hasta el estallido de la crisis en BVA) y Parra. Podían haber evitado un proceso que los administradores del FROB no apoyaron ni rechazaron públicamente, pero no lo hicieron. "Si no los salvaban ellos, no los íbamos a hacer nosotros", explicó a ValenciaPlaza.com uno de los accionistas históricos del banco. No tenían tampoco motivos para hacerlo. De hecho, en las intervenciones en la junta fueron muchos los que señalaron directamente a Bancaja como culpable de la situación: responsables de una mala gestión cuyos resultados ocultaron al resto del consejo y de después abandonar a la entidad a su suerte.
Pero además, los administradores del FROB ya habían anunciado, sin margen de dudas, que está elaborando un "amplio y preciso informe" con el que iniciarán acciones penales contra los exgestores de Banco de Valencia. Bajo el foco, distintas operaciones empresariales y crediticias dudosas llevadas adelante por la cúpula del banco. Igualmente en la junta se recordó que hay una querella presentada contra el consejo. Aunque de momento de han paralizado las declaraciones judiciales previstas inicialmente, el instructor y la fiscalía siguen recabando información de la propia entidad.
Tres frentes contra Olivas (de quien algunas fuentes destacan que no era presidente ejecutivo), Parra, Izquierdo y Tirado. Excepto Parra, que fue despedido, el resto sigue ocupando puestos de responsabilidad en Bancaja. La presión sobre ellos se antoja insoportable.
¿No se publicó (El Mundo, creo) que tanto Parra como Izquierdo "habían cumplido las normas" (formales serna, que no éticas) comunicando la constitución de IZPA, que los Consejos de Administración de Banco de Valencia y Bancaja, asi como la CNMV eran conocedores de la sociedad creada y todos habían dado su aprobación? Increíble.
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