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La previsible desaparación de la participación de Bancaja en el capital de BFA-Bankia, y con ella los ingresos anuales que garantizan su continuidad, sitúa en el aire una histórica y enraizada entidad red de apoyo a los colectivos sociales más desfavorecidos, jóvenes y a la cultura

VALENCIA. La Obra Social de Bancaja, con la Fundación Bancaja al frente como institución que la gestiona junto a la Fundación Caja Castellón, está en el aire. Su acción social, que debería financiarse con los beneficios de la participación de la caja en el grupo BFA/Bankia, ahora prácticamente nacionalizado por el Estado, depende en este momento de las decisiones del recién nombrado presidente del grupo, José Ignacio Goirigolzarri, y su nuevo equipo, para poder continuar con una labor que benefició en 2011 a más de 5 millones de personas a través de sus actvidades culturales, de apoyo a la formación y el empleo de los jóvenes, y de atención a los colectivos sociales más desfavorecidos.

Ya en los últimos cuatro años, y en paralelo a la agudización de la crisis que fue lastrando los beneficios de Bancaja, sus fondos han evolucionado desde los 69,3 millones de euros a 28,3 millones, un descenso del 59%. Sin embargo, la incertidumbre sobre la fuente de financiación natural abre interrogantes sobre su futuro. 

La no distribución de dividendos por parte de BFA ha obligado a utilizar los remanentes (fondos disponibles de ahorros de años anteriores) para cubrir el presupuesto de este año, pero la plausible conversión de Bancaja en fundación tras la nacionalización de BFA/ Bankia, deja su continuidad en el aire.

De este modo, el futuro a medio plazo de la entidad benéfica dependerá de una decisión técnico-financiera por parte de BFA-Bankia, que permita -o no- garantizar un porcentaje de los fondos a los fines que ahora persigue la fundación. En todo caso, la organización dispondría de un margen de seguridad a corto plazo. Gracias a la actual tesorería de Bancaja, de alrededor de 100 millones de euros, se dispondría de un colchón para los próximos cuatro años.

La centenaria Obra Social de Bancaja, que a mediados de los 90 y en el marco de unas fusiones de cajas locales, protagonizó una importante transformación con la constitución de Fundación Bancaja y la Fundación Caja Castellón como instituciones gestoras, se ve ahora abocada a una nueva reconstrucción, que tiene en la financiación su piedra de toque. El desarrollo social, las políticas de apoyo a la juventud y la cultura son sus tres áreas de actuación estratégica.

MEDIDAS DE AJUSTE 

La disminución de los recursos disponibles para Obra Social ha llevado a priorizar en las líneas de actuación los programas de desarrollo social y jóvenes. En el marco del proceso de integración de las cajas que integran Bankia, las obras sociales de las cajas han iniciado un proceso de repliegue y concentración de la actividad en su territorio natural. Esta medida permite palaiar, sólo en parte, el recorte de recursos al concentrarse ahora, en el caso de Bancaja, en la Comunidad Valenciana. Además, el aprovechamiento de sinergias y la coordinación entre las obras sociales de las cajas ha permitido optimizar recursos, y ampliar las posibilidades de la acción social.

Ejemplo de esta estrategia ha sido la colaboración entre la Fundación Bancaja y Obra Social de Caja Segovia en la exposición de grabados de Picasso en la capital castelana, o la de Bankia con el copatrocinio de la Volta a peu de Valencia. En todo caso, fuentes conocedoras de la actividad admiten que "hay que reinventar las fundaciones" para que puedan seguir prestando sus servicios.

La Fundación Bancaja ya ha lanzado este año su convocatoria de ayudas a asociaciones sin ánimo de lucro que trabajan con proyectos de atención a personas mayores, con discapacidad y en riesgo de exclusión social, así como la destinada a proyectos de codesarrollo e inmigración. En su sede del Centro Cultural Bancaja de Valencia están en marcha los talleres para mayores y discapacitados, por los que en 2011 pasaron 5.300 personas.

Hace ya más de quince años que la Fundación Bancaja puso a los emprendedores en el centro de su Obra Social. Desde un punto de creación de empleo, el Premio Bancaja Jóvenes Emprendedores, con una dotación de 425.000 euros en 2011, ha generado 3.150 puestos de trabajo directos y casi 4.100 indirectos en sus sucesivas ediciones. Por los cursos de formación han pasado 460 jóvenes emprendedores, de los que 270 han realizado su plan de empresa y 74 han terminado por constituirse en empresa.

Para los universitarios, la fundación ha concedido 1.682 becas para realizar estancias formativas en el extranjero, con lo que ha elevado al cifra de beneficiarios 14.000 en los últimos seis años. A su vez, las prácticas laborales en el extranjero han beneficiado a 386 estudiantes den 2011.

Las actividades de la entidad en materia cultural siguen siendo una referencia. Las exposiciones actuales en su Centro Cultural Bancaja de Valencia y Alicante han reunido a más de 70.000 personas. La muestra '1900. El origen del arte publicitario' está siendo la más visitada, con 45.600 personas, seguida de 'Sanleón. Domus Dei' con 15.800; y Hallo América!, en Alicante, con 8.000.

Son todas estas unas actividades propias, que se completan con las colaboraciones que en sus tres áreas estratégicas mantiene con asociaciones e instituciones de la Comunidad Valenciana. En un escenario inmediato de necesario ajuste y adecuación al nuevo entorno presupuestario y a las actuales prioridades, la incertidumbre sobre esta potente red social está sobre la mesa.

Pero la pregunta es ¿sobre la mesa de quién? ¿De la propia Bancaja, que en su transformación a fundación pueda dar a su institución social y cultural unos nuevos mimbres con nuevas vías de financiación, sin excluir el apoyo de las instituciones autonómicas, hoy día exhasutas para adquirir más compromisos? O ¿del despacho de Goirigolzarri, que pueda abrir una vía de financiación desde BFA-Bankia, sensible el ejecutivo por la acción social y consciente también del apoyo que esta acción social ha proporcionado históricamente a las cajas? El tiempo tiene la palabra.