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"¿Qué hacemos con Bankia?"

CARLOS DÍAZ GÜELL (*). 10/04/2012 "Rato insiste en que puede salvar la situación de Bankia sin ayudas "externas" y aunque son muchas las dudas que suscitan la afirmación, la realidad tampoco ayuda ya que los mecanismos de apoyo a la restructuración bancaria no pasan por sus mejores momentos..."

MADRID. Los plazos corren y las entidades financieras, básicamente cajas, aceleran sus procesos de fusión urgidos por el ministro de Economía y Competitividad, quien afirmaba recientemente que "es fundamental acelerar el proceso", aunque todavía hay margen para presentar los planes definitivos de fusión.

La reforma financiera del gobierno de Mariano Rajoy obliga a bancos y cajas de ahorros a realizar saneamientos por 52.000 millones de euros con el fin de limpiar sus carteras de activos tóxicos, fundamentalmente inmobiliarios, si bien se considera que más de la mitad se consiguen con meros ajustes contables.

Desde finales de marzo, se supone que el Banco de España tiene en su poder los planes para conseguir realizar los saneamientos exigidos que han presentado las entidades financieras españoles y aquellas que no puedan hacerlo en solitario y se vean obligadas a fusionarse con otra, deben adernás haber dicho ya con quién lo van a hacer.

De todos los procesos pendientes, la gran incógnita, la que concentra todas las miradas, es Bankia, cuarto grupo bancario español, resultado de la unión de siete cajas de ahorros y que aparece en todas las quinielas como candidata a un matrimonio de conveniencias, aunque son muchas las variables que hacen de esta pieza algo especialmente indigesta: tamaño, red de oficinas, morosidad, tasa de cobertura, margen de intereses o margen bruto. En resumen, Bankia es la entidad más contaminada por activos inmobiliarios y que acumula problemas de mayor dimensión, lo que hace imprevisible su solución.

Pese a los esfuerzos de su presidente, Rodrigo Rato, por asegurar el cumplimiento de Bankia con los nuevos requerimientos de la Autoridad Bancaria Europea y por convencer a todos de que el banco puede ganarse un espacio en el futuro en solitario, la capacidad de afrontar este esfuerzo es cuestionada por muchos, aunque casi todos convienen en señalar que el éxito de la reestructuración del mapa bancario español pasa por el futuro de esta entidad que, dicho sea de paso, deberá sanear este año sus activos inmobiliarios con 3.931 millones de euros, después de haber adelantado 1.139 millones el año pasado, para cumplir con la normativa que aprobó el Gobierno el pasado viernes y que le obliga a dotar en total 5.070 millones.

En concreto, Bankia apuesta por cuatro palancas para resolver sus problemas: generación de resultados, venta de activos no estratégicos, optimización de activos ponderados por riesgo y conversión de instrumentos de capital. A ello se aferra Rato cuando insiste en que Bankia podrá alcanzar esa cifra por sí sola, sin necesidad de fusionarse con otro banco o caja y por ello ha presentado al supervisor el plan que avanzó ya hace unas semanas, según el cual espera generar hasta 8.000 millones.

Los que dudan de la viabilidad de Bankia en solitario, recuerdan que la entidad se enfrenta a unos vencimientos de deuda de más de 30.000 millones en los próximos tres años y que le faltaran 13.000 millones para llegar a esa cifra.

De la misma forma, ponen de relieve que por mucho que se insista en el esfuerzo realizado por incrementar las provisiones, el resultado demuestra que el saneamiento ha sido muy escaso, a la vez que se preguntan cómo puede mantenerse una entidad con un margen de eficiencia recurrente del 63,7%, lo que la obliga a una nueva reconversión de la red de oficinas y de plantilla.

Rato insiste en que puede salvar la situación de Bankia sin ayudas "externas" y aunque son muchas las dudas que suscitan la afirmación, la realidad tampoco ayuda ya que los mecanismos de apoyo a la restructuración bancaria no pasan por sus mejores momentos, dado que el Fondo de Garantía de Depósitos esta sin recursos para financiar los grandes rescates bancarios pendientes y tampoco está en mucha mejor situación el FROB, que se ha convertido hasta ahora en un sumidero de dinero público.

A la espera de su futuro, Bankia ha presentado unos beneficios netos de 2011 de 309 millones de euros, por debajo de las estimaciones de los analistas y un 13,5% menos con respecto a los 357 millones previstos por la propia entidad, aunque Bankia calcula que sus ganancias hubieran ascendido a 406 millones de no haberse tenido en cuenta el efecto de las dotaciones a provisiones derivadas de la nueva normativa.

Mientras tanto, Bankia está en boca de todos los actores y la incertidumbre, cuando no la polémica con su partner valenciano, acompaña su caminar, siendo todos conscientes de que Rato heredó una situación envenenada difícil de enderezar en la actual coyuntura económica que traviesa España.
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(*) Carlos Díaz Güell es periodista y autor del blog 'Tendencias del dinero' 

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