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El gran estancamiento

JORDI PANIAGUA (*). 09/04/2012

VALENCIA. El economista americano Tyler Cowen publicó el año pasado un libro titulado el "El gran estancamiento". Sorprende tanto en el análisis de las causas del súbito parón económico como en las recetas para retomar la actividad. Aunque no se ha traducido al castellano y centra su análisis en EEUU, algunas observaciones se pueden trasladar al caso español. El mismo autor nos da algunas pistas en una reciente entrevista: "España debería aceptar un año de sufrimiento extremo y tratar de ser como Islandia".

También aboga por la ruptura de la moneda única como una medida eficaz pero dolorosa para resolver los problemas de la periferia (n)eurótica. (Pero sin llegar a la murga de Krugman domingo tras domingo).

En cambio, en su libro Cowen resta importancia a los aspectos financieros y coyunturales. Defiende que la principal causa del gran estancamiento es un agotamiento del maná económico. En un escenario sin culpables, explica que lentamente se están agotando los frutos que nos hicieron enriquecernos en el pasado.

El primero es la tecnología: No viajamos en el tiempo (hasta el neutrino ha sido una farsa), ni producimos robots personales en masa, ni vivimos de manera radicalmente distinta de cómo vivían nuestros padres.

¿La excepción? Nuestros abuelos no eran capaces de tener 500+ amigos. Sin embargo, la mayor innovación de las últimas décadas -internet- no ha podido convertir su indudable utilidad en crecimiento económico. Por ejemplo, en España, Facebook cuenta con tres empleados para dar servicio a más de 15 millones de usuarios. La razón es la misma por la que ningún futbolista está en la lista de Forbes: la economía se nutre cada vez más de bienes no rivales, que podemos consumir todos a la vez.

Según Cowen, el segundo maná en agotarse es la educación. La educación resulta decisiva para el crecimiento económico, pero cada veces menos. Tuvo más impacto económico hace 50 años reducir la tasa de analfabetismo que aumentar hoy la de licenciados. Sin embargo, los recursos destinados a la educación crecen sin que veamos su cuantificación. En 1974 la tasa de paro juvenil era del 5%. Hoy se ha multiplicado esa cifra por 10. Somos el tercer país con más licenciados en informática de la UE... pero también el país con más informáticos en paro.

El tercer fruto en exprimirse es la sanidad. La inversión en los grandes avances médicos de nuestra época son difícilmente costeables sin un aumento real de la productividad. El último gran avance médico que nos ha hecho vivir significativamente más años es la penicilina. El ritmo de avances médicos desde entonces ha disminuido en comparación con su coste. Si vivimos más es fundamentalmente por la ausencia de conflictos bélicos a gran escala.

En definitiva, el gran estancamiento se ha producido no por causas externas o coyunturales, vender más o menos casas, sino porque estamos agotando lo que antes nos hacía crecer (tecnología, educación y sanidad). No es casualidad tampoco que sean estas partidas las que más afectan el gasto público.

Cowen propone cuatro soluciones para salir del aletargamiento: Aprovechar los recursos liberados en Occidente tras la gran deslocalización a Oriente para innovar; mejorar la productividad y el estatus social de los científicos; aumentar y exigir más calidad a las escuelas y estar preparados por si llega un nuevo maná. Propone en definitiva una especie reset económico más allá de reducciones presupuestarias.
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Jordi Paniagua es ingeniero de telecomunicaciones y economista y
profesor de la Universidad Católica de Valencia

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