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MADRID (EFECOM).- La banca española está más dividida que nunca por sus distintas opiniones sobre cómo se debe pagar la reestructuración financiera, si con cargo a las propias entidades o con apoyo del Estado, y quieren que el Gobierno lo aclare "cuanto antes", según han informado a Efe fuentes del sector.

Por su parte, el Ministerio de Economía ha aclarado hoy que aún no hay una decisión tomada y se está buscando con el sector la fórmula para aumentar los recursos del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), que se nutre de las aportaciones de la banca. El FGD apenas tiene liquidez tras las subastas de la CAM y Unnim y el sector es consciente de que ya no hay fondos ni para la próxima puja, la de Banco de Valencia.

Por eso algunas entidades temen desde hace semanas que se les pida adelantar sus aportaciones al FGD o se les obligue a participar en una derrama a fin de que haya fondos para cubrir las pérdidas que afloran en la CAM y para subastar CatalunyaCaixa. La entidad catalana entró en pérdidas en 2011 al adelantar parte de sus saneamientos y ha solicitado ser subastada antes del verano, aunque nadie estará dispuesto a pujar si no se le cubre una cartera de créditos generosa.

Pero la clave es de dónde sale el dinero para ofrecer un esquema de protección de activos (epa) que proteja al comprador y es ahí donde surgen las divisiones, especialmente porque en buena parte del sector hay un profundo malestar después de que BBVA se adjudicara Unnim con ayudas del resto de la banca.

Algunos competidores entendieron que dichas ayudas no tenían justificación para un banco con capacidad más que suficiente para digerir a una entidad del tamaño de Unnim, como ha reprochado en círculos financieros uno de los grandes banqueros de este país. La mayoría del sector secunda estas críticas, especialmente las entidades más pequeñas y a las que no les interesa participar en las próximas subastas o se ven con pocas opciones de que sus ofertas resulten ganadoras si se les invita a participar.

En realidad, este grupo teme que se acabe pidiendo mayores aportaciones al FGD para que los grandes bancos se hagan con las entidades que se subastarán y por eso defienden que debe ser el Estado, a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) el que participe en el proceso. Estas entidades reclaman que el FROB aporte al menos recursos al FGD e instan al Gobierno a pedir la autorización de Bruselas para esta operación, con la que el Estado aumentaría su deuda pública pero no incurría en déficit al tratarse de un préstamo.

Además, la Comisión Europea nunca ha dicho que se opone a la opción de recapitalizar el FGD con fondos del Estado, según ha explicado a Efe un portavoz comunitario. Frente a esta idea, otras entidades, especialmente las más grandes y las que se ven con más posibilidades de repartirse el "pastel", permitirían que el Gobierno siga jactándose de que no dará ayudas públicas al sector y se mostrarían dispuestas a aportar más recursos al FGD.

Sin embargo, la razón principal sería que algunos bancos ya han hecho números y se han dado cuenta de que las garantías de las que se beneficiarían, en el caso de llevarse cualquiera de las entidades a subastar, serían mayores que sus propias aportaciones. No obstante, esta posibilidad hace pensar en que los potenciales compradores exigirán cuantiosas coberturas ya que, al fin y al cabo, aprovecharían que se las paga el resto del sector.