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aniversario

60 años del diario
El Caso,

un periodismo vigente

05/04/2012

MADRID. Hace unas semanas, 'El programa de Ana Rosa' comenzó la mañana con dos breaking news. Una mujer semidesnuda -muy importante este dato- había escalado una fachada por el canalón, se había colado en una vivienda y había intentado acuchillar a unos menores que estaban jugando a la Play Station mientras susurraba "que viene mamá, que viene mamá".

La siguiente noticia era sobre una mujer que había asesinado a su marido con ayuda de un jardinero. Le echaron droga en la leche que tomaba todos los días antes de irse a dormir, intentaron asfixiarle entonces con un cojín, pero fue imposible. El hombre se despertó y plantó batalla. Le zurraron con una barra de hierro en la cabeza. Tampoco acabaron con él. Así que no quedó más remedio que acuchillarlo. Un reportero del programa entrevistó a la madre de la víctima. Cuando despidió la conexión deseando que se hiciera justicia, la señora interrumpió gritando: "Justicia, pero la de Dios, no la de los hombres".

Y todo esto sin contar el seguimiento habitual del caso Marta del Castillo. Nacho Abad, el experto en crónica negra, retransmitió todos los detalles del juicio en directo leyendo los detalles en su smartphone, un teléfono con una carcasa de Mickey Mouse. Muy apropiada.

Este espacio televisivo es el más seguido del país en su franja horaria. De modo que no hay duda: A la mayoría de televidentes o a una buena parte de nuestros compatriotas les gusta desayunar con esa agradable sensación de que en la calle a uno le espera la muerte. La prensa española ha llevado sucesos en sus páginas desde tiempos inmemoriales. Y curiosamente, en un vistazo por diarios del siglo XIX elegidos al azar no es difícil encontrarse con que muchos de ellos tienen el alcohol como denominador común. Quien recopile una antología de crímenes de borrachos españoles tiene aquí un comprador.

No obstante, el semanario El Caso es el referente más importante o popular de prensa de sucesos en nuestro país. Lo es tanto que Mario Vaquerizo reconoció en una entrevista que gracias a todocolección.net había completado su colección de ejemplares de este periódico -que ya cuestan veinte euros cada uno, ojo.

Para celebrar el aniversario de este diario con una información que tan felices hace a los modernos como a las señoras que ven la televisión por las mañanas, Grupo Editorial 33 acaba de publicar un tomo con las portadas y las noticias más escalofriantes, o sea, ¡las mejores!, de El Caso.

La introducción no tiene desperdicio. En la posguerra, "por imperativo legal la sección de sucesos desapareció en las redacciones: si nada negativo ni incómodo se divulga, nada malo sucede. Consideraban que difundir delitos sólo sirve para crear nuevos delincuentes".

Pero entonces llegó Eugenio Suárez, un periodista, probó suerte en el diario ‘Madrid' y logró colarle a la censura el caso de Monchito, un aprendiz de mecánico retrasado mental que asesinó con un destornillador a la esposa de su jefe por no subirle el sueldo. A partir de aquí en el aludido diario se creó la sección ‘El caso de' donde se narraban este tipo de sucesos y al periodista se le "despertó una especie de atracción por el ambiente canalla y siniestro, por el aroma de vicio y pólvora".

Poco tiempo después logró la autorización para fundar su propio periódico. Lo consiguió tras argumentar que con El Caso pretendía "difundir el castellano, la cultura y los valores patrios". Medio siglo después, a la luz de los contenidos de los informativos y magazines de televisión, vemos que no mintió. Era cierto. Ésta es nuestra cultura y nuestros valores. Sólo faltaba la religión mayoritaria, el deporte. La censura les obligó a no sacar más de un crimen por número, dijo Antonio D. Olano, uno de sus redactores, en un curso de verano en El Escorial. Y de esta forma comenzó su andadura en 1952, año en el que acabó la cartilla de racionamiento.

Sin embargo, a pesar del éxito del diario, como su propio creador reconoció hace unos años en RTVE, no estaba muy bien visto leerlo. De hecho, preguntadas personas que vivieron la época vienen a decir lo mismo: "La gente con un mínimo de cultura eso ni lo tocaba". Se le conocía popularmente como "el diario de las porteras". Pero era como Gran Hermano, muchos de los que no lo ven conocen perfectamente lo que ocurre dentro de la casa.

Con el crimen del Jarabo, El Caso alcanzó tiradas de medio millón de ejemplares. El editor le envió al asesino una caja de puros en señal de agradecimiento. Si bien es cierto, en justicia hay que citarlo, que durante el Proceso de Burgos revelaron varias informaciones de calado.

También la expresión de que alguien "es un caso" viene de este diario. Un éxito que, en palabras de Suárez en El País, se debía a que el diario contaba a los españoles "lo que ocurría en la casa de al lado". Y la historia es que, junto con Marca, sigue el director, eran "la columna vertebral de un régimen escasamente inclinado a la libertad de expresión". Un ejercicio de sinceridad de alguien que es citado en otro reportaje del mismo periódico como "un falangista antifranquista".

 Y lo cierto es que a pesar de los pesares, las noticias que traía el periódico tienen ahora, a varios años vista, gran atractivo. Muchas son, cuando menos, hilarantes. Como el caso del señor Ruiz, en 1962. Un sastre que se arruinó construyéndose un chalé y entonces asesinó a toda su familia a puñaladas y martillazos. A las ocho de la mañana salió al balcón y enseñando el cadáver de uno de sus hijos gritó "¡tenía que hacerlo hoy, tenía que hacerlo hoy!". "Un fraile carmelita trató de disuadirle en un trágico diálogo", seguía en páginas interiores.

Este tipo de sucesos no son exclusivos del pasado. Para la eternidad queda aquella noticia del Faro de Vigo en 1990 de un hombre que murió aplastado por una roca mientras tenía relaciones sexuales con una gallina. "El cadáver fue descubierto por unos niños que jugaban. Los movimientos de Herminio R.C. provocaron el desprendimiento". El promotor de conciertos de garage Kike Turmix contaba que un grupo que estaba de gira coincidió con la noticia y les dio repelús seguir pisando suelo español. Hoy en día, de haber sobrevivido, el hombre se habría convertido en estrella televisiva.

La Redacción de El CAso, según un dibnuo de José Julio

Es así como sucede. Desde directores de la Guardia Civil, alcaldes, banqueros a ladrones de poca monta y pequeños estafadores todos tienen su cuota televisiva muy bien remunerada para que el gran público pueda ver ampliadas al detalle sus faltas o veleidades. Sólo en algunos casos, como en el de la madre del Cuco, menor relacionado con la desaparición de Marta del Castillo, este tipo de ‘investigación' periodística casi se lleva a un programa por delante -al final sólo ha cambiado para no cambiar nada.

Queda preguntarse ¿qué ha cambiado en este país desde el crimen del Jarabo? Pues es sencillo: antes las tiradas de El Caso se contaban por cientos de miles, ahora las audiencias de estos contenidos por millones. Un periodista famoso que se inició en El Caso, Ramón Arangüena, lo ha dicho por activa y por pasiva: este diario desapareció porque sus contenidos fueron asumidos por la televisión. Asumidos y desarrollados, hace pocos días un informativo de prime time mostró la agonía de un perro asfixiado durante cuarenta largos segundos.

Eso sí, queda una sutil diferencia, como dijo Arangüena en La Razón recientemente, "la Iliada y la Odisea son también sucesos... pero bien contados".

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