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acaba el el xII congreso del psps-psoe de alicante

Liderazgo de Ximo Puig en el PSPV. Día 1
El reto 'fantasma' de la unidad

X. A.. 02/04/2012 El PSPV sale del XII Congreso con un nuevo secretario general y una mochila repleta de promesas pero también de dudas. Una enorme Ejecutiva estancada en la votación, una mirada de soslayo entre Pajín y Romeu y una estabilidad orgánica a vigilar

VALENCIA. Día 1 del liderazgo de Ximo Puig en el PSPV. Más allá del tópico sobre si un congreso de los socialistas valencianos se cierra o no 'en falso', el fin de semana vivido en el Paraninfo de la Universidad de Alicante arroja ciertas dudas objetivas sobre el futuro de la organización socialista, principal oposición al todopoderoso Partido Popular de la Comunitat Valenciana.

Puig ha ganado, sí. Y ha ganado bien. La solidez del secretario general y del equipo con el que ha afrontado el asalto al liderazgo es incuestionable. La experiencia de su entorno, además de la suya propia, permiten otorgar un voto de confianza en lo que se refiere a la solvencia orgánica del partido. Conocen la casa, han estado allí y saben cómo funciona.

Ahora, Ximo Puig tiene ante sí la oportunidad de construir los cimientos de una alternativa socialista capaz de abordar con perspectivas de triunfo las elecciones 2015. La gestión del PP ante la delicada situación económica puede ser una baza a su favor.

No obstante, la Comisión Ejecutiva fue aprobada ayer por el 65% de los presentes en el plenario: 321 delegados votaron a Ximo Puig para que fuera secretario general el sábado y 308 respaldaron el domingo el diseño creado de madrugada por el nuevo líder tras maratonianas reuniones en el hotel.

Con un matiz, en la votación para la secretaría general estuvieron presentes los 525 delegados, mientras que en la de la Ejecutiva, los votos emitidos fueron 469. Se presupone que existió rechazo mayoritariodel sector cercano a Jorge Alarte, pero aún así, también cayeron algunos votos de otras sensibilidades en la confección de la dirección socialista.

Los motivos del nulo repunte en la votación de la dirección, según fuentes socialistas, son diversos. Puig ha elaborado una Ejecutiva amplísima: 69 miembros separados en 37 cargos y 32 vocales, doblando así en componentes a la confeccionada por Alarte en 2008. Pese a su extensión, todo apunta a que no satisfizo al 100% a ciertos sectores que le han apoyado. Y es que nunca llueve a gusto de todos.

El hecho de que Puig cediera la vicesecretaria general para Leire Pajín y la portavocía para Francesc Romeu, es considerado por algunos como un precio "muy alto" a cambio de su respaldo. Además, Puig ha entregado la vicesecretaría de Política Autonómica a Ana Barceló, también cercana a la exministra. En cambio, fuentes del entorno de Puig consideran que el diseño elaborado por el secretario general cumple con el deseo de "integración y unidad" comprometido.

Además, el ahora líder del PSPV, adscrito a la conocida como corriente ‘lermista', situó a cuatro de sus primeros espadas como vicesecretarios. Alfred Boix (Organización), Miguel Soler (Acción e Integración Social), Ana Botella (Política Económica) y José Manuel Orengo (Relaciones Institucionales).

Pocos guiños a Alarte en la Ejecutiva. Anaïs Menguzatto o Julián López fueron algunos de ellos. También entraron en la Ejecutiva referentes de Izquierda Socialista y próximos al aspirante Manuel Mata, como Vicent Garcés, Juan Soto o el exacalde  de Torrent Jesús Ros

Los puestos cabeceros de Pajín y Romeu son significativos. La distancia entre ambos dirigentes no augura, de inicio, una convivencia fácil. De hecho, según apuntan fuentes cercanas al nuevo portavoz, la exministra transmitió a Puig su preferencia de rebajar la posición del de Silla. Ambos dirigentes tienen un perfil joven y ambicioso que puede chocar en un futuro escenario de primarias a la Generalitat. Queda mucho, pero la visión -y la desconfianza- de estos políticos es aguda: es probable que Romeu trate de aprovechar la calidad de diputados del Congreso de Puig y Pajín para sacarle todo el partido posible a su cargo de portavoz.

A todos estos factores, hay que sumar los desencantos particulares de cada delegado que en sus diferentes agrupaciones han peleado por la candidatura vencedora o sufrido tensiones con la pasada dirección socialista. Ante una dirección tan amplia, la crisis de vanidades es difícil de eludir en este tipo de procesos.

Con estos mimbres, y pese a que puede decirse que el PSPV ha salido del congreso con buen pie en líneas generales, habrá que poner en cuarentena las proclamas de éxito y unidad vertidas en las últimas horas por el nuevo secretario general del partido.

LISTAS CREMALLERA Y PARIDAD EN LA EJECUTIVA

Ximo Puig sacó a relucir durante el fin de semana la paridad y, de hecho, el PSPV aprobó la lista cremallera: hombre-mujer de manera alterna en las candidaturas. Sin embargo, en los puestos directivos de la Ejecutiva, solo 12 de 37 eran féminas y curiosamente, al fondo del listado aparecían 14 mujeres consecutivas como vocales. Diversas fuentes socialistas también comentaron la ausencia de un área específica de Educación, Empleo o Finanzas.

En definitiva, imperfecciones que pueden resultar anecdóticas en un contexto de extenuantes negociaciones -el propio Ximo Puig sufrió un leve desmayo ayer tras 72 horas de congreso- pero que dejan constancia de que el nuevo secretario general del PSPV deberá emplearse a fondo para arrancar el motor socialista en esta legislatura.

De hecho, sí se aprobaron enmiendas que se habían puesto sobre la mesa desde tiempo atrás y a las que deberá darse forma. El retorno a las comarcas, las primarias 'a la francesa'  -un militante, un voto- para elegir al candidato a la Generalitat, la exigencia de una banca pública valenciana, la supresión de las diputaciones o la petición de mejoras en la financiación proponiendo solicitar en Les Corts un cálculo de la deuda histórica, son algunos de los enunciados que sacaron adelante los socialistas valencianos.

Serán los primeros retos para Ximo Puig. Tras lograr el objetivo de establecer un frente para derrocar a Alarte, el nuevo líder  tendrá que demostrar que, además de sellar pactos para desbancar a un líder, puede construir con sus compañeros de viaje un partido fuerte que vuelva a ser visible en la sociedad valenciana. Ardua tarea.

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1 comentario

Luz Gortia escribió
02/04/2012 23:05

La foto, con Puig en una silla en un extremo, es brutal. Vale más, mucho más que mil palabras. Menuda tropa!!

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