X AVISO DE COOKIES: Este sitio web hace uso de cookies con la finalidad de recopilar datos estadísticos anónimos de uso de la web, así como la mejora del funcionamiento y personalización de la experiencia de navegación del usuario. Aceptar Más información
GRUPO PLAZA

EDITORIAL
Una amnistía fiscal asimétrica e injustificable

VALENCIAPLAZA.COM. 26/03/2012 "Cuando el país se apresta a asumir una reforma laboral nunca antes intentada en el sistema institucional de la economía española, y la Sanidad y la Educación públicas, además de los funcionarios, se ven obligados a apretarse el cinturón..."

EDITORIAL
Una amnistía fiscal asimétrica e injustificable

"Cuando el país se apresta a asumir una reforma laboral nunca antes intentada en el sistema institucional de la economía española, y la Sanidad y la Educación públicas, además de los funcionarios, se ven obligados a apretarse el cinturón..."

VALENCIA. Cuando el país se apresta a asumir una reforma laboral nunca antes intentada en el sistema institucional de la economía española, y la Sanidad y la Educación públicas, además de los funcionarios, se ven obligados a apretarse el cinturón sin que tengan responsabilidad alguna en el desastroso estado de nuestras cuentas públicas, el Gobierno ha dado una nueva vuelta de tuerca en su plan contra la crisis anunciando una amnistía fiscal para el dinero negro.

La medida, cuyo objetivo es intentar 'aflorar' 25.000 millones de euros 'sumergidos' y obtener de ellos 2.500  millones con un impuesto del 10%, demuestra que no existe simetría a la hora de repartir los costes de la crisis. En otras palabras, hay quién gana y hay quien pierde con su gestión.

El Gobierno presidido por Mariano Rajoy ya había 'mostrado maneras', que diría un taurino, con los miles de millones de dinero público aportado sin contrapartida a las cajas de ahorro mientras mantiene en sus cargos a los administradores que las han quebrado. Excepto en el caso de la CAM y de CLLM, los consejeros siguen siendo los mismos que las llevaron al desastre (o nombrados por el mismo perverso procedimiento).

Pero la decisión tomada por el consejo de ministros de este viernes de establecer un sistema especial de regulación para aquellos que se han puesto la ley por montera en el terreno tributario, excede todo gesto de moderación. Y refleja hasta qué punto en España la diferencia ente lo que declaran los gestores públicos y lo que hacen sigue siendo abismal. Lo cual es la causa de que una inmensa mayoría de la población tenga una confianza nula en los políticos, debilitando la reputación de España en los mercados internacionales.

A ello se añade que el tipo de gravamen establecido para la regularización de las rentas defraudadas es irrisorio. Hacer pagar un 10% a los que han defraudado a la Hacienda Pública no es sólo una mofa a aquello de "Hacienda somos todos", sino una constatación de la veracidad de la coletilla que ya se le añadió entonces de "pero unos más que otros". Recién elevado el IRPF y el impuesto sobre las rentas del capital y cuando se anuncia el aumento del impuesto de sociedades, el gobierno decide un trato de favor para los defraudadores.

O en caso de que se aclare, cosa que en estos momentos se desconoce, que el 10% es a añadir a los impuestos no pagados, se trataría de una penalización mínima para quienes se han mofado de la solidaridad social que tanto ha reclamado Rajoy y sus ministros económicos a la hora de exigir sacrificios.

No ayudan medidas de este calado a templar los ánimos de un país soliviantado por la reciente convocatoria de una huelga general que, independientemente de sus convocantes, resultados y objetivos, no deja de ser un trauma social y económico que complica aun más una solución de consenso para salir de una crisis cuya término aún distamos mucho vislumbrar.

En un no menos sorprendente gesto, Luis de Guindos, ministro de Economía,  ha decido explicar antes en Bruselas que en las Cortes -en donde Constitucionalmente reside la soberanía popular de la nación española- el contenido de los Presupuestos de 2012. A este comportamiento, que a buen seguro no habrá pasado desapercibo a los socios en la UE, ha añadido que con ellos España va a dejar de ser un problema para la UE. Ojala sea cierto.

Pero mucho nos tememos que acompañados de esta amnistía fiscal, propia del tercer mundo, España va a convertirse en el problema de Europa. Con el agravante de que a diferencia de Grecia, un comportamiento tan irresponsable en un país del tamaño de España, convierte nuestros problemas en sistémicos. Esto es, que se pueden llevar a la UE por delante.

Comparte esta noticia

comentarios

Actualmente no hay comentarios para esta noticia.

Si quieres dejarnos un comentario rellena el siguiente formulario con tu nombre, tu dirección de correo electrónico y tu comentario.

Escribe un comentario

Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.

publicidad