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Emilio Orta, pte Avia

VALENCIA. Gane quien gane el pulso por el trazado de la futura vía de conexión transeuropea, las empresas de componentes de automoción se preparan para la entrada masiva de productos procedentes de sus competidores europeos. "Si no nos preparamos, podemos pasarlo mal a causa del Corredor Mediterráneo", advierte Emilio Orta, presidente del cluster de la automoción valenciana, Avia.

Actualmente, Alemania es el primer productor de automóviles de Europa y la mejora de la interconexión ferroviaria entre España y el resto del continente puede significar la llegada de componentes para las fábricas automovilísticas en España tanto desde aquel país como desde Chéquia o Rusia.

"El Corredor mediterráneo puede servir para llevar muchos productos valencianos al resto de Europa y ganar presencia en el mercado comunitario, pero no debemos olvidar que los trenes también volverá llenos", apunta Orta. La solución que plantea Avia es el fortalecimiento de la competitividad de las empresas locales.

PLAN ESTRATÉGICO PRIVADO

Con el objetivo de ganar en competitividad, productividad e internacionalización, Avia ha presentado un Plan Estratégico para 2012 a 2014 que, entre otras previsiones, centra sus financiación en las propias cuotas, servicios e iniciativas 100% privadas.

"Hay que ser autosuficientes en los costes de gestión", reconoce José Luis Esteve, director gerente de la organización. Entre otras medidas, preparan doce proyectos de mejora de la productividad y la eficiencia en la gestión para los próximo dos años.

Sobre la polémica generado respecto a los costes laborales en el sector, el presidente de Avia asegura que deben estar compensados con la productividad, si no, se produce una "arritmia de tesorería" que puede llevar al traste a la empresa.

Sin embargo, Orta ha advertido que rebajar las retribuciones de los trabajadores no resuelve nada, si no se evitan paradas de producción y otros fallos en el proceso de que encarecen reducen la productividad.

IMPAGOS PÚBLICOS

El cluster de automoción espera el cobro de más de 590.000 euros de ayudas y subvenciones que debía haber ingresado de la Generalitat Valenciana en los últimos años. Como les ha ocurrido a otras muchas entidades, la organización ha tenido que tomar medidas de "economía de guerra", según Orta.

Entre otras, ha dejado sus instalaciones en Valencia para trasladarse a unas oficinas de Ford, miembro del cluster, que les deja el alquiler "a un precio simbólico". La medida no se plantea de forma temporal, ya que confían en cobrar pronto los fondos europeos que se les adeudan, pero de los de la Generalitat "esperaremos el turno para cuando nos toque".

En todo caso, las previsiones para 2012 y 2013 son relativamente optimistas para la actividad del negocio. A pesar de la situación atravesada en 2011, la destrucción de empleo de las empresas valencianas de componentes de automoción ha sido de un 3% y las previsiones son que en 2012 no se destruya mucho más.

La confianza del sector está depositada, en el caso valenciano, del inicio de producción a partir de junio de un nuevo modelo de Ford en Almussafes, el Kuga; y las buenas ventas del C-Max en el extranjero. Actualmente, un 90% de la producción de estas empresas se destina a la exportación.

Además de las otras plantas de producción de vehículos españolas, Orta ha destacado el buen posicionamiento que está logrando las empresas valencianas de componentes en la factoría de Renault en Tánger (Marruecos), que va "muy bien".