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VALENCIA. "Pedir ayudas europeas a través de la Generalitat es tener ganas de hacer cola delante de la ventanilla equivocada". Así se lamentaba un emprendedor que lleva más de un año esperando el pago de unas ayudas europeas solicitadas a través de la Administración valenciana.
Aunque el Estado ha puesto en marcha un plan de pagos para los proveedores de la Generalitat, las ayudas a las empresas no se ven cubiertas por este modelo y aspiran a el segundo plan que prometió el vicepresidente del Consell, José Ciscar, sin determinar una fecha concreta para su realización.
Esta demora en los pagos explica en buena medida, según distintos expertos, que las empresas no hayan pedido más de tres cuartos de las ayudas europeas disponibles. En el caso valenciano se estaría dejando de disponer de unos 14.400 millones desde 2007.
En una situación de falta de financiación como la actual la solución que se plantean muchas empresas que no pueden permitirse adelantar los pagos y no cobrarlos en años es saltarse a la Generalitat y presentarse directamente en Bruselas para sacar adelante sus proyectos. Sin embargo, para conseguirlo hay que sortear la restricción principal: dejar de ser exclusivamente valenciano.
CÓMO PUENTEAR AL IMPIVA
La medida más utilizada es la superación de la jurisdicción valenciana. La única forma de hacerlo es implicando en el proyecto a empresas de distintas zonas de España o domiciliadas en países diferentes de la Unión Europea. Para que sean aceptadas, las empresas deben ser realmente complementarias. Una empresa no puede contribuir en el proyecto con servicios que también preste cualquiera de las otras.
Las que tienen más fácil acceder a este tipo de estrategias son empresas más grandes, de un perfil muy concreto y con contactos fuera de la Comunitat. De hecho es habitual que los emprendedores con experiencia laboral o estudiantil en el extranjeros desempolven su agenda y repasen en el Linkedin los curriculums de sus amigos para encontrar sinergias.
"Es más complicado, sobre todo a la hora de arrancar", reconoce un empresario. Sin embargo, las propias entidades europeas convocantes suelen ayudar al publicar junto a la oferta de ayudas un listado de empresas de otros países interesadas en buscar socios.
LA OPCIÓN DE LOS CLUSTERS
Las asociaciones u organizaciones empresariales también son concientes de estas necesidades que les presentan sus miembros y actúan en beneficio de sus miembros contribuyendo a la generación de contactos.
En el caso del cluster del automóvil Avia, que agrupa a ocho de cada diez empresas del sector en la Comunitat Valenciana, su previsión es no disponer de ninguna contribución pública valenciana ni española entre 2012 y 2014.
Según establece el Plan Estratégico de la organización para ese periodo, el 100% de sus ingresos procederán de las cuotas de las empresas miembro, de los servicios y la formación que presten como organización y de los proyectos europeos a los que accedan.
"Cooperar entre nosotros es una filosofía de trabajo que nos puede permitir ser punteros", asegura Juan Luis Esteve, director gerente de Avia. La herramienta que la organización utiliza para lo solicitud de ayudas comunitarias es el trabo conjunto con los otros clusters españoles del sector.
A través de la Alianza de Clusters Regionales de Empresas de Automoción (Acrea), la valenciana concurre directamente con las organizaciones gemelas de País Vasco (Acicae), Galicia (Ceaga), Castilla y León (Facyl) y Cantabria (Gira).
Además del aprovechamiento de sinergias y la ampliación de los horizontes comerciales, este tipo de actuaciones conjuntas directamente ante Bruselas tiene la ventaja de cobrarse casi al momento. "La justificación del cobro por parte de la empresa y el pago es casi inmediato. Incluso se puede ir cobrando a medida que se está desarrollando, sin tener que esperar a su conclusión", reconoce Esteve.
VÍCTIMAS DE LAS TENSIONES DE TESORERÍA
Como reconocen fuentes del Impiva, las tensiones de tesorería que atraviesa la Administración valenciana están demorando el pago de las facturas presentadas por las empresas para el cobro de las ayudas. "No es que Bruselas pague y la Generalitat se lo guarde", aseguran fuentes del instituto.
En el caso de las ayudas europeas, los fondos comunitarios no se entregan hasta que los proyectos no están convenientemente verificados y pagados por la administración autonómica. Esta situación explica que no se hayan pagado las subvenciones concedidas en 2010 por proyectos que han tenido que costearse desde esa fecha los propios beneficiarios.
La burocracia europea y la debilidad económica de la Generalitat han llevado a situaciones como la que se produjo el pasado mes de octubre. Por esas fechas, el Impiva había conseguido reunir el dinero necesario para realizar los pagos, pero una nueva verificación demandada por los organismos comunitarios rompió el calendario y el Impiva "perdió la vez" sobre la cantidad requerida.
Después de llamar diariamente desde hace más de tres semanas para conocer los datos de los que dispone sobre estos aspectos la Dirección General de Fondos Europeos de la Conselleria de Hacienda y poder recabar su valoración al respecto, este servicio público no ha facilitado ni una cosa ni la otra.
Es una verguenza, somos tercermundistas. Nuestra empresa la vamos a tener que cerrar por las deudas que tiene el IMPIVA y la GV con nosotros. Los bancos no ceden el dinero prometido no llega !!! Por favor que paguen ya o que cierren. Como saquen programas de ayudas en el 2012, los denuncio !!! Viva la F1 y la Copa America !!!
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