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VALENCIA. La compañía cementera Cemex, presente en la Comunitat con un centro en Buñol (Valencia) y otro en Alicante, no se plantea actualmente nuevas medidas de ajuste "si se mantienen las previsiones actuales de demanda".
La cementera de capital mejicano ya inició su proceso de reestructuración en 2008, cuando aplicó un conjunto de ajustes de plantilla y producción que se reflejaron en la Comunitat con el cierre de la fábrica de San Vicente del Raspeig (Alicante), situada en el límite del casco urbano de la ciudad; y la incentivación de prejubilaciones, al ser una sector con una edad media muy elevada entre sus trabajadores.
La reducción de la demanda de cemento ha situado la demanda en la Comunitat Valenciana en niveles de los años 60. Fuentes de la compañía advierten que están buscan do nuevos nichos de negocio a través de la rehabilitación y la recuperación de materias, especialmente de tras el anuncio realizado por el Gobierno de una reducción del 40% de la partida destinada a infraestructuras para 2012.
"SORPRENDENTE" CIERRE TEMPORAL DE FACTORÍAS
En todo caso, el anuncio de cierre temporal de dos de los ocho centros de Cementos Portland, propiedad de FCC, ha "sorprendido" a los responsables de su competencia por lo tardía y contundente de la medida.
La empresa española acompaña la medida con un expedientes de regulación de empleo (ERE) también temporal para unos 500 empleados, el 16,6% de su plantilla en España. De este modo, Portland quiere "racionalizar" su estructura industrial.
Para fortalecer su balance, Portland prevé renegociar y reducir en hasta 300 millones de euros su deuda neta de 1.300 millones de euros. Para ello, en caso de que finalmente no se logre vender el negocio cementero en Estados Unidos, la filial de FCC prevé abrir su capital a nuevos socios, preferentemente industriales internacionales, a través de una ampliación de capital.
El consumo de cemento en España cerrará 2012 en un nuevo mínimo histórico de alrededor de 16 millones de toneladas, volumen similar al de mediados de los ochenta y un tercio del máximo de 56 millones registrado en 2006, en pleno boom inmobiliario.
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