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VALENCIA. Paula Sanz, la artista e ilustradora valenciana más internacional, inauguró exposición el pasado jueves, Día Internacional de la Mujer, en Martínez Medina, espacio que cualquier personaje local con tendencia al gusto exquisito conoce de sobra. Y lo hizo en un ambiente chic neoyorquino, por lo cool del local y por lo seleccionado del personal (tenía que decirlo, sorry).

Paula Sanz es tan bella como los cuadros que cose, con ese cutis radiante de quien ha sido elegida por la combinación genética y no por la combinación química, y cuenta entre sus clientes a Inditex, Neiman Marcus, Lladró o Aurum Flms además de todas las revistas de moda internacionales, llámese Vogue, Elle o Marie Claire. Y es que hace guiños a la arquitectura y la moda con mucho color y calor.

Entre sus fans destacaban Sase Alonso, que lo es también de esta casa y de esta sección y se agradece, Mayre Girona, que lo es también del Faro y de cualquier debate interesante o Rosa Peyró que ya conocía a Paula Sanz de verla en casa de unos proveedores de amigos Mercadona y de la exposición de las Naves de Juan Verdeguer.

Marisa Martínez Medina y su equipo consiguieron que todo el mundo se sintiera en casa, entre tanto diseño confortable, y tuvieron la singular idea de hacer el cóctel en una bocacalle, como si de una barra de verbena fallera se tratara, pero sin petardos ni petardas.

Ahí, sonriendo sin parar con cava en ristre se encontraron Javier Navarro con su mujer la coronela tapioca, Cristina Enguídanos, las diseñadoras Zdenca Lara y Sandra Figuerola, el ciclista Ángel Casero, los hermanos del Portillo, Santiago, Paloma y Lucía, el arquitecto Ramón Esteve, el abogado Felipe García del Real o conocidos y reconocibles como Carlos Alcalá Santaella o Alicia de Miguel, que no tuvbo máz que cruzar la calle.

También se dejó ver entre tanto conocido Ramiro Verdejo, flamante presidente del Club de Tenis Valencia o el club de los expresidents, la delegada del Gobierno y varios diputados que están más contentos ahora, escribiendo la cosa pública que antes ejerciéndola a pie de calle, como el oculista Manolo Cervera.