JOAQUIM CLEMENTE. 10/03/2012 La Generalitat Valenciana reconoce que el proceso de reordenación del sector público se puede alargar hasta final de año y que sanear los balances asumiendo hasta 3.400 millones es un paso imprescindible para "pasar de 46 a seis" sociedades

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VALENCIA. La reestructuración de sector público empresarial está siendo más complejo de lo que podía esperarse y de lo que seguramente desearía el actual Consell de Alberto Fabra. Están a punto de cumplirse nueve meses del primer anuncio que realizó Francisco Camps de poner orden en las empresas de la Generalitat y desde entonces los avances visibles son decepcionantes, hasta el punto de que no ha sido hasta hace una semanas cuando se ha contratado a la consultora que diseñará el plan para reducir de 46 empresas a seis el conglomerado empresarial.

Sin embargo, el Consell, en su reunión de este viernes adoptó una medida relevante: la asunción de buena parte de la deuda acumulada por un total de 15 sociedades públicas en una operación que se realizará de forma progresiva y que ya apunta el camino que se seguirá una vez se vaya avanzando en el plan. En concreto, préstamos que ahora están firmados por Circuito del Motor y Promoción Deportiva, Sociedad Proyectos Temáticos, Aeropuerto de Castellón, Ente Gestor de Infraestructuras, Ciegsa o la Fundación La Luz de las Imágenes, entre otras, los asumirá directamente el Instituto Valenciano de Finanzas.

El vicepresidente del Consell, José Císcar, aseguró que la medida responde a la mejor capacidad de renegociar los préstamos. Siendo cierto, el trasfondo de este movimiento, que afecta a 3.400 millones de euros en deuda (y que no es toda la que tienen las sociedades afectadas) va más allá.

El pasivo financiero es un lastre que se ha de soltar en la reestructuración del sector por varios motivos. El primero porque la delicada situación de muchas de estas sociedades es tal que los bancos acreedores pueden empezar a dudar de la capacidad de ellas mismas por devolver los préstamos, pese al aval del Consell, lo que les aboca a amortizarlos sin capacidad de maniobra alternativa, algo que, sencillamente, la Generalitat no podría asumir.

Pero hay otro elemento clave: según el plan del Consell, el objeto es crear seis grupos de empresas que concentrarán cada uno los negocios vinculados a infrestructuras, promoción cultural y ocio, medio ambiente, transporte, apoyo al sector productuvo y bienestar social. 

Muchas de las actuales empresas se liquidarán, traspasando sus activos y actividad a una nueva empresa. Císcar puso el viernes de ejemplo el caso de Ciegsa, que desaparecerá para que la actividad de construcción de colegios pase a una empresa que gestionará la construcción de todas las infraestructuras (y aquí podrían incluirse desde el Ente Gestor de Infraestructuras, por ejemplo).

Pero hay otras empresas que, una vez saneadas, el Consell quiere sacar al mercado. Ahí habría que ubicar desde el Aeropuerto de Castellón hasta las participaciones que tiene Sociedad Proyectos Temáticos (Terra Mítica, que sigue sin venderse oficialmente) o Ciudad de la Luz. El Consell también baraja vender parcialmente otras empresas públicas, es decir, abriéndolas a la gestión privada: Ferrocarrils de la Generalitat podría estar en ese terreno, al igual que el Circuito de la Comunitat Valenciana.

Aunque todo este detalle está por decidir, el Consell, con su movimiento, facilita de una parte la liquidación de las sociedades condenadas a desaparecer, y limpia de la carga financiera a las que quiere hacer atractivas para poner a la venta. Habrá que ver si, ante un posible proceso de enajenación real, la Generalitat está dispuesta a vender instalaciones o la gestión y de qué forma se repercute el coste de la inversión realizada con dinero público en el precio.

La otra opción, no descartada, es sacrificar la inversión a cambio de no tener que seguir afrontando los gastos que supone una empresa en pérdidas, como son todos los casos. Este mismo viernes se aprobó otra ampliación de capital de Ciegsa para enjugar pérdidas, pese a que está decidida su liquidación.

ANTES DE FINAL DE AÑO, TODO CERRADO

Aunque la reestructuración del sector público se ha presentado durante meses como algo urgente e inminente, lo cierto es que Císcar reconoció que los procesos son costosos y que la fecha que está marcada en el calendario para que esté concluída es el 31 de diciembre de 2012.