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VALENCIA. "Yo solo soy el hijo del porquero". De esta forma, recordando la profesión de criador de cerdos y carnicero de su padre, Juan Roig, presidente de Mercadona, trato de zafarse del papel de referente empresarial y económico que ha ido adquiriendo con el tiempo. Su premonitorio "lo bueno de 2011 es que será mejor que 2012" hizo tal fortuna el año pasado que este miércoles, en la presentación de resultados de la mayor cadena española de supermercados, el nutrido grupo de periodistas tanto valencianos como venidos de toda España que atendía su discurso esperaba su diagnóstico como quien aguarda la verdad revelada.
¿Se ha convertido Roig en un gurú de la economía? "Yo solo digo: ¿se puede estar peor? Sí. Pero si los 47 millones de españoles tomamos medidas, nos sobra dinero para salir de la crisis". He ahí el mensaje de este año de Roig, el llamamiento a gobiernos y a ciudadanos, a empresas y sociedad civil a afrontar la realidad. A mirarse en el espejo y a aplicarse una máxima: ‘El éxito depende de mi'.
Mercadona ha llevado ese simbolismo hasta su memoria anual, cuyo formato en papel lleva una portada que refleja la imagen de quien la lee, y, sobreimpreso, el mencionado lema y el que ya viene utilizando la compañía como marca de su modelo de éxito: ‘La cultura del esfuerzo y del trabajo'. "Solo hay que mirarse y convencerse de que la salida de la crisis depende de cada uno", explicó Roig.
Sin embargo, el espejo al que enfrentó el presidente de Mercadona a España reflejó una imagen poco favorecedora: "En los últimos 15 años nos hemos pasado 20 pueblos... y en la Comunitat Valenciana, 25". "Hemos derrochado, hemos gastados muchos recursos en corrupción, economía sumergida, subvenciones improductivas, absentismo laboral, falta de productividad... Y en el sector público se han realizado inversiones faraónicas y se ha incurrido en gastos superfluos. Parecía que había que gastar, y se hizo muy por encima de nuestras posibilidades. Ahora toca tomar medidas", relató Roig.
EN CONTRA DE LOS RECORTES...
Ante ese escenario, el presidente de Mercadona quiso matizar: "No se trata de recortes. Estoy en contra de los recortes. Es como si quitásemos la luz a este edificio. Lo que hay que hacer es frenar el derroche y aumentar la productividad".
Para Roig este último aspecto es el mayor problema de la economía española. "Seguimos teniendo un nivel de vida por encima de la productividad. Es esos dos conceptos son vasos comunicantes. Tenderán a equilibrarse. Y si no aumentamos la productividad, caerá nuestro nivel de vida", resumió, prácticamente citándose, ya que este fue el símil que utilizó hace dos años en el mismo escenario.
Durante la presentación de los resultados Roig insistió en esta idea. "Mercadona tiene una alta productividad, aunque tiene margen para crecer". Las ventas por empleado y mes de la cadena de supermercados ha aumentado en el último ejercicio un 2% respecto al ejercicio anterior. Es menor que el incremento de las ventas (un 4% a superficie constante, un 8% contando con las 47 tiendas más), pero el empresario lo vinculó a la nueva estrategia de la compañía de recuperar algunas secciones de los ‘supers' como la carnicería, la pescadería y la verdulería al detalle, rompiendo la tendencia de hace algunos años de ofrecer todos estos productos empaquetados.
Pero la clave, según Roig, es la asunción por parte de los empleados de "la cultura del esfuerzo y del trabajo". El absentismo en Mercadona es del 0,78%, "de gente que de verdad está enferma". En España, del 6%. "En España perdemos 18.000 millones de euros por el absentismo de personas que no van a trabajar pudiendo. Es más del 1,5% del PIB. Eso roza el despilfarro", dijo Roig.
¿Por qué tanta diferencia entre el dato general y el de Mercadona? Roig presume de tratar bien a sus 70.000 empleados, todos fijos, con un salario de arranque (es decir, el que cobra un trabajador el primer día) de 1.050 euros netos al mes, tras el incremento del 3% aplicado el año pasado y del 2,3% de este. "En cuatro años en la compañía, cobrarán 1.400 euros netos, al margen de las primas por cumplir objetivos", relató el empresario. Este año repartió 223 millones entre la plantilla.
Pero esta tabla salarial y la estabilidad del empleo tiene para Roig una contrapartida: la implicación de los trabajadores. Si no, es inflexible: "Se le despide y punto". El presidente de Mercadona sorprendió en ese momento de su discurso con un mensaje atrevido y no exento de polémica: "Tenemos que imitar la cultura del esfuerzo con la que trabajan los 7.000 bazares chinos que hay en España". El empresario reconoció que Mercadona se está inspirando en ese modelo para tomar algunas decisiones, vinculadas especialmente a productos de menaje que se ofrecen muy baratos.
...A FAVOR DE ‘MEDIDAS DISUASORIAS'
El presidente de Mercadona siguió aprovechando el desglose de la actividad de la compañía durante el último ejercicio vincularla a su fórmula para salir de la crisis. De un aspecto aparentemente tan banal como el hecho de que las bolsas de plástico que antes se daban gratis en la caja hayan pasado a cobrarse, "lo que ha supuesto un ahorro para todo el sector de la distribución de 300 millones de euros en el año", Roig pasó casi sin solución de continuidad a exponer su idea de por dónde deben ir los ajustes.
"Cobrar las bolsas no es un recorte, es una medida disuasoria del un gasto prescindible. Soy partidario de seguir ese camino, hay que aplicar medidas disuasorias en sanidad, en justicia, en enseñanza... Si te crees que todo es gratis, el español derrocha", sentenció Roig. Unas medidas que, pese a que no lo citó explícitamente, remiten al copago por el uso de servicios públicos esenciales.
Y fue más allá: "Hay que desincentivar el paro; hay muchos trabajos posibles que no se hacen: nadie recoge la naranja o la fresa. Lo hacen los extranjeros".
A FAVOR DE LAS REFORMAS LABORAL Y FISCAL
"Estoy totalmente a favor de la reforma laboral, pero yo habría ido más lejos; hay que favorecer a los empresarios, los que crean puestos de trabajo son los empresarios", señaló Roig en la línea de aprobar medidas que considera clave cambiar la tendencia económica. "Hay que tomar medidas que son impopulares y molestas, pero no queda más remedio", dijo.
Como tampoco hay más remedio que pagar más impuestos para pagar las deudas acumuladas por las administraciones públicas: "Me parece bien el incremento de impuestos aprobado por el Gobierno, y, tal y como están las cosas, me parece necesario que los que más tenemos más paguemos", dijo Roig, que matizó: "Yo querría que bajaran todos los impuestos, pero alguien tendrá que pagar las carreteras o las deudas...".
Mensajes -¿advertencias?- de un Roig convertido en referente, pese a que se escude en su origen humilde. "Me siento como hijo de porquero, que era mi padre, y lo que intento cada día es levantarme, trabajar y hacer las cosas bien", insistió. La cuestión es que crecer un 19% en beneficios en plena crisis y crear 6.500 puestos de trabajo estables, la empresa que más empleo creó en España el año pasado, no está al alcance de cualquiera.
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