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Un G20 indeciso y un crudo devastador

MIGUEL ÁNGEL RODRÍGUEZ. 28/02/2012 "Con un crecimiento esperado de Europa casi nulo y que muy probablemente se convierta en recesión, la factura energética se dispara y echa más tierra aún sobre las pocas posibilidades de recuperación..."

MADRID. El grupo de los veinte países más desarrollados del planeta, el conocido por las siglas G20, concluyó su reunión llevada a cabo el fin de semana en la Ciudad de México postergando decisiones claves sobre la ayuda a Europa. O dicho de otra forma: sin llegar a ningún acuerdo sobre como implementar y dotar de capital tanto al Fondo de Estabilidad como al FMI.

Este grupo, que intenta ostentar el título de algo así como un consejo económico mundial, no ha llegado a nada concreto en casi ninguna de las ya numerosas reuniones que lleva celebradas en sus años de existencia.

Se ha centrado en épocas anteriores en temas de comercio internacional y de tipo de cambio de divisas, pero como es lógico en los últimos años el asunto principal y casi único ha sido el de buscar soluciones al problema de deuda europeo, sin que hasta ahora ninguno de sus encuentros haya concluido con alguna declaración satisfactoria.

Como declaró el gobernador del Banco Central de Canadá, Mark Carney, de manera acertada en una conferencia para el Instituto de Finanzas Internacionales celebrada dentro del marco de las reuniones del G20: " esto es un circulo vicioso en el que todos esperan a que el otro haga lo correcto antes de llevar a cabo cualquier iniciativa". Definición precisa de lo que está ocurriendo.

China y Brasil -en cabeza de los emergentes- y Japón -por otro lado- dicen que su intención es la de aportar fondos al FMI para incrementar su capacidad de rescate, pero que están a la espera de que Europa implemente y afiance las medidas de austeridad y de contención presupuestaria.

O sea, que solo pondrán dinero cuando la necesidad no sea urgente, cuando no corran riesgo de perderlo.

Casi todos coinciden en aplazar sus decisiones hasta abril-mayo. ¿Por qué? Tienen miedo a las elecciones griegas y a que los fondos que se liberen para el segundo plan de rescate sean, al igual que los del primero, agua vertida al océano.

En ese sentido Alemania supedita la aprobación del incremento de la dotación del Plan de Rescate Europeo, que se pretende incrementar hasta 750.000 millones de euros mezclando uno estructural con otra provisional, a que Grecia termine de hacer sus deberes y que la tormenta amaine. Más de lo mismo, solo accederán cuando ya no sean necesarios.

UN NIVEL DE CONFIANZA EXTREMADAMENTE BAJO

De la misma manera el FMI no decidirá sobre su participación en el segundo rescate griego, que últimamente había pensado en reducir drásticamente hasta que no se aclaren ciertos puntos que no especifica y en cualquier caso tendrá que reevaluar su exposición total a Europa, que últimamente comienzan a considerar excesiva.

Lo único que nos queda claro de esta reunión del G20 es que el nivel de confianza sigue siendo todavía extremadamente bajo y, por supuesto, que los problemas de Europa están todavía muy lejos de resolverse.

Mientras tanto, y por si fuéramos pocos, un nuevo e inesperado frente hostil se abre para la economía europea: la subida del precio del petróleo. El barril de Brent denominado en euros alcanzó la semana pasada su máximo histórico por encima de 94 unidades de la moneda única.

Con un crecimiento esperado de Europa casi nulo y que muy probablemente se convierta en recesión, la factura energética se dispara y echa más tierra aún sobre las pocas posibilidades de recuperación.

Lo frustrante de la situación para Europa es que el problema le viene servido desde fuera y no tiene ninguna posibilidad de intervenir en su solución.

El origen de la subida de precios del crudo proviene de la escalada de la tensión entre Estados Unidos e Irán en las últimas semanas por el nada nuevo ni sorprendente y me atrevería a decir que ni siquiera preocupante asunto nuclear iraní.

EE UU-IRÁN: UN ENFRENTAMIENTO RENTABLE ELECTORALMENTE

Todos los presidentes de Estados Unidos en los últimos años han mantenido en algún momento de su mandato enfrentamientos con Irán de una u otra manera y especialmente en épocas electorales. Al parecer es rentable desde una perspectiva electoral, pero lo más curioso de todo es que esta semana también hay elecciones legislativas en Irán y en este país también se está utilizando esta tensión con Estados Unidos para animar a la participación en estos comicios.

Guillermo OrtizTodo parece muy prefabricado y con un alto grado de certidumbre podríamos decir que el precio del llamado 'oro negro' volverá a caer en el futuro próximo porque los fundamentales no acompañan, pero los efectos en el corto plazo son devastadores y se ensañan con la Europa que queda en medio sin comerlo ni beberlo.

Cada vez está más claro que lo que Europa necesita es capacidad de decisión. Decidir de manera rápida y concreta, pero para poder llevar a cabo esta acción habría que empezar por tener objetivos comunes.

Si esto no ocurre estaremos siempre a la merced de lo que otros dispongan y vapuleados y criticados por comentarios como el del gobernador del Banco Central de México, Guillermo Ortiz que se permitió calificar el plan de rescate a Grecia de "mal concebido, mal diseñado y mal implementado". Ahí queda eso, quién nos ha visto y quién nos ve.

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* Miguel Ángel Rodríguez es analista de XTB

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