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VALENCIA. Llegarán tiempos peores. Esta es la sentencia más repetida entre las aseguradoras y las entidades de crédito sobre la evolución de la morosidad de las empresas españolas y, especialmente, de las valencianas.
Cuando el consejero delegado de Bankia, Francisco Verdú, aseguró en la apertura de Forinvest que la entidad preveía un incremento de la morosidad que llegaría a su punto culminante a finales de 2012, no despertó ninguna sorpresa entre los expertos en calificación de riesgos.
"Los impagos han empezado a crecer desde el verano", reconoce preocupado un responsable de riesgo, "y, lo que es peor, esto va como un cohete y es muy difícil saber cuando va a tocar fondo".
METÁSTASIS GENERAL
Si hace un par de años eran las actividades relacionadas con la construcción las que engrosaba las filas de los morosos, hoy la metástasis es general, según fuentes del sector de riesgos. Ningún sector se escapa de esta situación, ante la que los equipos de gestión de riesgos consideran "casi optimista" la previsión de Verdú.
"A las entidades no les conviene reconocer que su morosidad va a seguir creciendo y suelen reconocer en público mucho menos de lo que puedan estar previendo en privado para esa situación", apunta un gestor de seguros que no ve indicios para cuestionar las expectativas de empeoramiento con las que estiman que se comportará 2012, pero también 2013.
La refinanciaciones realizadas en 2009 con vista a superar una crisis puntual se han convertido en auténticas ratoneras para todo tipo de empresas, sin distinción de tamaño y actividad.
ROMPER LAS 'CÁSCARAS HUECAS'
El juez de lo Mercantil Fernando Presenci ya advertía recientemente en Valenciaplaza.com que en la Comunitat Valenciana se iban a triplicar los concursos de acreedores en 2012. Buena parte de la culpa de esta situación va a estar en los impagos de las administraciones, combinados con el hundimiento del consumo privado y las infundadas expectativas de recuperación en las que se basaron muchas refinanciaciones.
De hecho, la reforma de la Ley Concursal que entró en vigor el pasado 1 de enero facilita al juez declarar el concurso y la extinción de la personalidad jurídica en un solo trámite. Así se quiere evitar alargar innecesariamente la agonía de la empresa concursada que se vea a todas luces insalvable.
Después de cinco años de crisis, muchas mercantiles que llegaban a hora a concurso son 'cáscaras huecas', como se denomina en el argot mercantil: empresas muy apalancadas (endeudamiento excesivo y recurrente) y sin ingresos por culpa de los impagos o la falta de demanda para los vienes o servicios que ofrece.
INCREMENTO DESBOCADO
Los créditos dudoso que acumulan las entidades financieras españolas, según el Banco de España, han pasado de estimarse en 106.134 millones en enero de 2011 a crecer hasta los 131.493 de diciembre.
La mayor aceleración se ha producido a partir del verano, aunque el crecimiento era constante desde mediados de 2010. Tomando perspectiva, la cuantía de los créditos de dudoso cobre se han multiplicado por diez desde 2007.
Aunque el Banco de España no facilita datos de este apartado por comunidades autónomos, distintas fuentes aseguran que el aumento en la Comunitat Valencia ha superado ampliamente a la media española.
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