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Las pequeñas rurales confían en su colchón para superar sin fusiones la reforma financiera

JOAQUIM CLEMENTE. 16/02/2012 El sector cooperativo calcula que solo "una o dos entidades" de la quincena de cajas rurales que siguen en solitario podría necesitar fusionarse si no cuenta con provisiones genéricas suficientes

VALENCIA. Las pequeñas cajas rurales valencianas siguen aferrándose a su independencia pese a las nuevas exigencias de provisiones que dimanan de la reforma financiera aprobada por el Gobierno. Según explicaron fuentes del sector a ValenciaPlaza.com, la mayoría de las 15 entidades que siguen al margen de cualquier concentración -no participan ni en Cajamar ni en el grupo CRM, ahora casi en el limbo tras la integración de Ruralcaja en la cooperativa de Almería- confían en poder superar los nuevos requerimientos sin tener que recurrir a fusiones.

El sector del crédito cooperativo se reunió la semana pasada en Madrid para analizar los efectos de la reforma en las entidades. De momento no se baraja una cifra de las necesidades de capital del sector. "Pero la conclusión, compartida por el Banco de España y a falta de que presentemos los planes de viabilidad, es que no habrá muchos casos en los que las nuevas exigencias obliguen a tomar decisiones drásticas", explicó el directivo de unas de las rurales valencianas que se mantiene en solitario.

Los resultados de 2011 de las cooperativas de crédito valencianas, difundidos el martes por la Unacc, la patronal del sector, muestran un escenario diverso. Si bien dos presentaron péridas, Turis y Albalat, ya están integradas en el grupo Cajamar. Trece lograron mejorar sus beneficios respecto al año anterior y 14 lo vieron reducido.

El caso que más preocupa es el de Caja Rural de Villarreal. Ha cerrado 2011 en benficios, 350.000 euros, frente a los 584.000 del año pasado. Sin embargo llama la atención el bajo nivel de dotaciones netas, 6.000 euros, una cifra muy por debajo de entidades de menor tamaño, lo que apunta a importantes deterioros de activos. Aunque la entidad ha barajado su incorporación a CRM, nunca ha dado el paso. Su continuidad en solitario parece muy complicada, según las fuentes consultadas.

Cúpula directiva de Caixa Vila-real

"En todo caso, más que la última línea de la cuenta de resultados, lo que hay que tener en cuenta a la hora de presentarse ante el Banco de España es la capacidad de seguir generando beneficios ordinarios", explica la misma fuente.

 

Este es un elemento clave para demostrar la viabilidad de las entidades, pero no el único. La nueva norma aprobada por el Gobierno obliga a aumentar las dotaciones por el riesgo inmobiliario, unas dotaciones que, si se aspira a continuar en solitario, no se puede hacer contra el capital, uno de los puntos fuertes del sector cooperativo, sino contra los resultados o las provisiones genéricas.

A este último colchón es al que parte del sector se acogerá para cumplir con los nuevos requisitos. "Aunque este dato no es público, las cooperativas que han aumentado el beneficio este año se entiende que han realizado dotaciones suficientes y no deberían tener problemas para asumir las nuevas provisiones", señalan desde el sector.

LA INCÓGNITA DE LAS PROVISIONES GENÉRICAS

El ahorro cooperativo cuenta con una peculiaridad. Al no repartir dividendos, y si se ha gestionado desde la prudencia, las genéricas no han sufrido tanto desgaste como en otras entidades. "Hay varios casos en los que las cajas han tenido que pedir permiso al Banco de España para superar el limite de las genéricas, lo que ahora puede ser clave para sanear los balances", señalan. "A ese colchón hay que sumar los beneficios de 2011 y de 2012 como recurso para las nuevas provisiones, y en el caso de participar en una fusión, también los de 2013", explica el dirigente cooperativo.

El pequeño tamaño de las rurales valencianas es el principal handicap -los beneficios de la mayoría no superan el millón de euros- pero también una ventaja: ha evitado que cayesen en grandes proyectos inmobiliarios que les haya obligado a acumular una cartera de inmuebles adjudicados por impagos. En todo caso, las que tengan un exceso de riesgo pueden acabar obligadas a una integración. "La clave va a estar en los planes de viabilidad que se presenten al Banco de España", insisten las fuentes consultadas.

EL GRUPO CRM, PENDIENTE

La quincena de rurales que han optado por no integrarse ni en Cajamar ni en el grupo CRM ya no tienen ningún proyecto de consolidación sobre la mesa ni prevén abrir de nuevo esa vía. En una situación más confusa se encuentran la otra docena de cooperativas que participan en CRM, especialmente tras la fusión de Ruralcaja con Cajamar.

Varias de estas rurales han presentado unos resultados este año en los que se supone que ya han recibido el respaldo mancomunado del SIP. Sin embargo, las condiciones que firmaron con Ruralcaja han cambiado. "Puede que cuando se culmine la integración de Cajamar y Ruralcaja en junio no les quede más remedio que decidir si se integran en Cajas Rurales Unidas", señalan desde el sector.

 

 

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