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VALENCIA. El PSPV de Alicante vive en una transición a ninguna parte desde hace meses. El varapalo electoral de las elecciones autonómicas y locales diversificó todavía más las sensibilidades que cohabitan dentro de la formación que lidera Jorge Alarte en esta provincia.

El panorama actual es un crisol de corrientes personalistas, todas ellas insuficientes para lograr la hegemonía en Alicante, e incluso en una sola comarca. Si la victoria en el Congreso Federal del PSOE hubiera sido para Carme Chacón, la tendencia a integrarse bajo el paraguas de Leire Pajín, con cierto predicamento provincial, hubiera sido potente.

Sin embargo, la derrota de la exministra y el consiguiente arrinconamiento de la dirigente de Benidorm, ha abierto el melón alicantino por completo: una plaza a conquistar por cualquier aspirante a la secretaría general.

El tablero socialista está abierto, aunque hay ciertas alianzas que están perfiladas. Pajín y Ximo Puig, que ultima su candidatura, apuntan a prolongar el acuerdo que les acercó en torno a Carme Chacón. Habrá fugas, por supuesto. Pero el grueso de los afines a la exministra apuntan a alinearse con diputado nacional.

Esto nutriría al llamado sector ‘lermista' de un grupo de apoyos interesante en Alicante de cara al cónclave autonómico. Otra de las figuras importantes será uno de los referentes en Alicante capital, Ángel Franco, quien se alineó con Jorge Alarte de cara al Congreso Federal. Ahora, los lermistas recuperarán -probablemente- este apoyo que, no obstante, mantiene una rivalidad casi perpetuada con los cercanos a Pajín, especialmente con Elena Martín, secretaria de Organización del PSPV y portavoz del grupo municipal.

No es el único cabo por atar en Alicante. El exportavoz en Les Corts Ángel Luna, ha sido uno de los puntales en la ciudad para Jorge Alarte. Actuó de ‘cicerone' para Rubalcaba en su visita y, según apuntan diversas fuentes, apuntaba seriamente a un puesto en la Ejecutiva del PSOE. Sin embargo, el nombre que apareció en la misma fue Alejandro Soler, exalcalde de Elche y portavoz del PSPV en la Diputación, antes cercano a Pajín y ahora adscrito a Alarte.

Luna, según las citadas fuentes, fue ‘bajado' al Comité Federal del partido, un órgano inferior, al que decidió renunciar. La duda generalizada se encuentra en conocer si el respaldo de Luna a Alarte se mantendrá después de esta situación: hay quien le sitúa como alternativa, posibilidad rechazada por los opositores del secretario general.

Mientras, otro de los aspirantes a liderar el PSPV, Francesc Romeu, tiene previsto continuar su recolección de descontentos en esta provincia. En comarcas como La Marina, Bajo Vinalopó o La Vega Baja, posee simpatizantes, aunque el ‘congresillo' provincial también le pasó factura con el desplante de la secretaria general del PSPV de Orihuela, Antonia Moreno, quien se integró en la lista de los afines a Alarte. Romeu, por otro lado, podría contar con el apoyo de Diego Macià, exalcalde de Elche, que todavía tiene influencia en esa importante agrupación.

Una batalla municipio a municipio, basada en la mayoría contable y no política. Las contradicciones se multiplicarán en las próximas semanas y, posiblemente, afectarán a todos los bandos. Sectores próximos a Ximo Puig en Alicante que no sintonizan en absoluto con afines a Pajín, las dificultades de un acercamiento entre el lermismo y seguidores de Esperanza Socialista con Manuel Mata al frente; las paradojas del propio grupo de Romeu o, más aún, la problemática de Jorge Alarte para llegar a alguna alianza con cualquiera de estas corrientes tras los numerosos roces de estos últimos años.

Una división que se hace especialmente visible en Alicante, aunque también existe en las otras provincias, y que se escenifica en momentos como el vivido durante el Congreso Federal del PSOE en el momento de votar las primarias para la elección del secretario general, un asunto que había ocupado gran parte del debate político en las últimas semanas: el entorno de Jorge Alarte y el propio secretario general votaron en contra, Izquierda Socialista y los miembros de la corriente ‘lermista' presentes se mostraron favorables y el grueso de los partidarios de Romeu, estaban ausentes. No eran los únicos, ni siquiera la mitad de los 956 delegados socialistas se encontraban en la sala en el momento de la votación.