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VALENCIA. La entidad que tan eficazmente dirige José Salinas al margen de su pluriempleo pluriasalariado acaba de ser premiada como "mejor palacio de congresos del mundo", uno de esos galardones que se reparten anualmente y que permiten la coexistencia pacífica de varios palacios de congresos (o de lo que sea) mejores del mundo distribuidos por el globo. En todo caso, es de celebrar el galardón y señalar el merecimiento de Salinas para obtenerlo, demostrado a lo largo de estos años.

Pero lejos de sentirse satisfechos por el volumen de negocio alcanzado en unos tiempos ciertamente difíciles y mantener una gestión sensata y comedida de esa interesante empresa al menos hasta que la situación ofrezca algo de luz en unos tiempos donde el corto y el medio plazo resultan una incógnita, gerente y alcaldesa cogidos del brazo han decidido tomarse el mundo por montera y proyectado una ampliacion del Palacio de Congresos de 5.000 metros cuadrados a costa de cargarse el entorno ajardinado del Palacio de Foster y parte o la totalidad de su aparcamiento. Olé.

Como si esta ciudad anduviese falta de monumentales edificios y plazas congresuales, espacios para la realización de eventos y superavits financieros, Barberá y Salinas planean invertir los hipotéticos beneficios del Palacio de Congresos en sobredotar la capacidad valencianas de producción de eventos.

La presidenta del Patronato de la Feria de Muestras, situado a un tiro de piedra del edificio diseñado por Norman Foster y con evidente sobrecapacidad instalada, pretende ahora repetir la jugada y convertir al recatado, rentable y eficiente Palacio de Congresos en otro monstruo deforme que acabará autoamputando sus actividades por sobredimensionamiento, tal como en estos momentos acaban de ejecutar otros palacios emblemáticos de la ciudad, el de la Música y el de las Artes.

Argumentan Salinas y Barberá que la ampliación no representaría coste alguno para el Ayuntamiento ya que sería financiada con los fondos generados por el propio Palacio de Congresos. Olvidan ambos que esos fondos no son privados, como no lo es la institución, y que en estos momentos en el que el gobierno municipal está recortando servicios no por culpa del Gobierno sino por su propio endeudamiento, tal vez los excedentes del Palacio de Congresos puedan ser destinados a otros temas más prioritarios. Si es que del interés general estamos hablando, claro.

Por favor, sean sensatos. Gestionen bien su cartera de pedidos, alcancen acuerdos con otras instituciones 'hermanas' faltas de tarea y tomen conciencia de que a pesar de que no lo parezca, el paso del tiempo demuestra que nada ni nadie es impune a los errores, como bien reflejan las portadas informativas de estos días.