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VALENCIA (LUIS A. TORRALBA). El Gobierno balear ya se ha puesto manos a la obra para cubrir los 300 millones de euros -más 14 millones de intereses-, que le vencen el próximo 15 de febrero fruto de la primera emisión de 'bonos patrióticos' baleares del pasado año bajo el mandato de Francesc Antich. Una operación que fue todo un éxito para las arcas de las islas, puesto que las peticiones superaron entonces en 50 millones a la oferta. 

Según ha podido saber este digital, el Govern que preside ahora José Ramón Bauzá va a emitir 275 millones de euros -ampliables a 300 millones- el próximo 15 de febrero en dos tramos: por un lado, 75 millones de euros a un año y a un tipo de interés del 5%, y, por otro, 200 millones a dos años con una remuneración del 5,50%. La emisión está dirigida a inversores minoristas, que podrán comprar bonos a partir de los 1.000 euros y un máximo de dos millones de euros por persona, incluyendo las peticiones individuales o en cotitularidad.

Ambos intereses son los mismos que ofreció hace un mes la Generalitat Valenciana por su última hornada de 'bonos patrióticos'; mientras que volverá a ser CaixaBank la entidad que diriga la operación de la deuda balear -un clásico en este tipo de emisiones-.

La caja catalana ya está contactando con las entidades que van a participar en la colocación y aseguramiento de la operación, que no diferirá mucho de Sa Nostra -ahora integrada en BMN-, Banca March, Deutsche Bank y Banco Sabadell, las que participaron entonces.

URGENCIAS POR RENOVAR

Precisamente ayer, el Consell de Govern autorizó la concentración de operaciones de crédito a largo plazo o de emisión de deuda pública por un importe de 445,29 millones de euros para el primer semestre del año, buena parte de la misma que irá a parar directamente a la emisión del mes que viene.

El vicepresidente económico del Gobierno balear, Josep Ignasi Aguiló, anunció ayer que el Govern debe hacer frente durante este año a 547 millones de euros de amortizaciones, de los cuales 445 millones de euros corresponden a este primer semestre. De ahí las urgencias por renovar los 300 millones de euros de los bonos minoristas emitidos el pasado año, pero habrá que esperar la respuesta de los inversores no sea el caso que se repita la historia con la amarga lección de los bonos patrióticos valencianos.

La débil situación de las arcas autonómicas el pasado año llevó a Antich a recurrir a esta vía de financiación ante el cierre parcial por el que atravesaban los mercados financieros entonces. Entonces la operación superó a las previsiones más optimistas, pero en esta ocasión llega en un momento donde los 'bonos patrióticos', depósitos a plazo fijo y pagarés combaten cuerpo a cuerpo para ofrecer sus mejores rentabilidades a los pequeños ahorradores.