Comparte esta noticia

• Tweet
• meneame

Otras noticias

• El Tribunal de las Aguas se suma al 125 aniversario de Aguas de Valencia
• Grezzi quiere Metro nocturno y más bus para desterrar el coche privado del ocio
• La reparación de la climatización recupera la mayoría de cuadros del San Pío V afectados

VALENCIA. No importa si ustedes buscan instrumentos clásicos, equipos de sonido, guitarras eléctricas o bajos, instrumentos de latón y madera, percusión, partituras, instrumentos de teclado, o equipos electrónicos de hardware y software, la Frankfurter Musikmesse es donde los visitantes de todo el mundo encuentran las últimas innovaciones y las más inesperadas antigüedades. Del 21 al 24 de marzo, la ciudad alemana de Frankfurt acogerá una nueva edición de esta ya tradicional Feria, la más importante de cuantas se dedican a la industria musical, que en su última edición contó con alrededor de 2300 expositores. 

Desde hace más de 30 años, la Musikmesse reúne durante cuatro días a fabricantes de instrumentos musicales, distribuidores, editores, músicos y aficionados que descubrirán todas las novedades relacionadas con el sector: instrumentos musicales, partituras, accesorios, sin olvidar la última generación de equipamientos electrónicos e informáticos. Además, todas las grandes empresas editoriales presentarán todos sus productos relacionados con los más variados géneros musicales: desde el repertorio clásico hasta el rock, el soul, el pop y el jazz. La amplia oferta de Musikmesse se complementará como es habitual con la feria “Prolight + Sound”, en la que se presentarán las novedades de los campos de tecnología para eventos y comunicación, producción audiovisual y entretenimiento. Concursos, congresos, foros de discusión y talleres son otras de las actividades que organiza la Feria, junto con un amplio programa de conciertos en vivo, seminarios y exposiciones.   

Como curiosidad significativa de la extensa variedad de actividades que pueden llegar a producirse en esta Feria, citaremos que en la pasada edición, el musicólogo vasco Juan Mari Beltrán, acompañado del “txalapartari” Ander Barrenetxea, construyó una txalaparta, instrumento de percusión tradicional vasco, ayudado por un carpintero alemán. El instrumento pasó posteriormente a ser propiedad del Centro de Estudios Vascos de Frankfurt.