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'EL JUICIO DE LOS TRAJES'

El testimonio del sastre José Tomás abre la tercera semana del juicio contra Camps y Costa

26/12/2011 El proceso, que acumula un notable retraso por lo extenso de los interrogatorios, afronta una declaración considerada clave

VALENCIA (EP /VP). José Tomás, el sastre que tomó medidas a Francisco Camps para los trajes que, supuestamente, le regaló la trama 'Gürtel', protagonizará este lunes la jornada del juicio que se sigue contra el expresidente de la Generalitat Valenciana y el exsecretario general del Partido Popular de la Comunitat Valenciana, Ricardo Costa, por un presunto delito de cohecho pasivo impropio. Tomás, que comparece en calidad de testigo, abre la tercera semana de un proceso que se está alargando más de lo que se habia previsto inicialmente por lo extenso de los interrogatorios.

El sastre, cuyo testimonio se considera clave, comparece ante el tribunal después de que la semana pasada comparecieran varios empleados y extrabajadores de las tiendas en las que se compraron las prendas.

Un 'hacker' que enviaba correos electrónicos al informático con indicaciones, tickets modificados, en cuya base de datos se alteraba el nombre de 'Camps' por el de 'Alv Pérez' y las facturas falsas han sido los elementos centrales de la segunda semana del juicio que tiene lugar en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) contra el expresidente de la Generalitat valenciana Francisco Camps y el exsecretario general del PPCV y diputado en las Corts, Ricardo Costa, por un delito de cohecho pasivo impropio. El cansancio acumulado ha pasado factura al público asistente, que no cesaba en bostezos y, algunos de ellos se permitieron dar 'una cabezadita', como también ha hecho alguna de las partes del proceso.

La semana comenzó el lunes de manera desfavorable para los acusados, puesto que el administrador de Sastgor S.L., Francisco Gorina, confirmó la confección de cinco trajes en cuya etiqueta constaba el nombre de 'Francisco Camps' y que fueron facturados a Forever Young, y de otros siete y dos americanas facturadas a Milano. Y también se refirió a Costa, de quien dijo que le constaba la elaboración de un traje y de seis pantalones facturados a Forever. No obstante, quiso dejar claro que él desconocía el cliente final de las prendas y que se limitaba a decir lo que ponía en las etiquetas que se le remitían.

En esta línea, un agente de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) ratificó diversos informes --pese a que en principio no estaba previsto, tal y como manifestó el letrado de Camps-- en los que se apuntaba que la empresa de la trama Gürtel Orange Market había pagado cuentas en Milano a nombre de los dos acusados. Este policía también declaró que en la misma tienda se pudieron haber elaborado facturas falsas en cuanto a que la numeración y la fecha no era correlativa. Además, en ellas se alteraban los conceptos por instrucciones de los responsables de contabilidad pero sí correspondían a servicios prestados.

Sobre este tipo de facturas habló al día siguiente, el martes, el encargado de Forever, Javier García Fernández, quien aseguró que el sastre José Tomás le había ordenado hacer facturas falsas con los conceptos que le indicase Orange Market, pese a que no se vendieran en la tienda. No obstante, las certificaciones, según indicó en diferentes momentos del interrogatorio, correspondían a otras ventas reales, tales como trajes, americanas o pantalones.

Al hilo de esta afirmación, uno de los directores de Forever Young confirmó que cambió los conceptos de dos facturas sobre supuesta deuda a nombre de los acusados y de Álvaro Pérez, Víctor Campos, Rafael Betoret, Pablo Crespo y Pedro García tras pedírselo el propio Crespo por teléfono.

TRILLO, SU "AMIGO"

El dueño de Forever, Eduardo Hinojosa, quien aseguró que era "amigo" del dirigente del PP, Federico Trillo y que le proporcionó la demanda que había presentado contra el sastre --a quien despidió en febrero de 2009-, también se refirió el viernes a las facturas falsas, pero fue el único testigo que dijo que no había ventas reales, y señaló que las hacía el sastre "como regalo" a Álvaro Pérez y a Pablo Crespo, presuntos cabecillas de la trama, "para que se desgravaran". Así, insistió en que los tickets "no cuadraban al cien por cien".

Esta misma persona, cuya declaración ha sido la más larga hasta el momento, con algo más de seis horas repartidas en dos días distintos, reiteró en numerosas ocasiones, incluso a veces sin preguntárselo, que Tomás "nunca" le dijo que "nadie" pagara "nada" a Camps. Y lo mismo señaló respecto de Costa. También puntualizó que de ellos "nunca" encontró un ticket en la tienda.

También en esta declaración se ha visto el papel del magistrado presidente, Juan Climent, quien tuvo que intervenir en varias ocasiones para reformular preguntas al testigo, puesto que no contestaba directamente y era bastante impreciso. "Voy a tener que advertirle y otras cosas más", le llegó a decir.

"LAS GRACIAS Y SE FUE"

Una de las cajeras de Forever, María Calero, reprodujo ante el tribunal, entre sonrisas y de forma irónica, el único encuentro que recordaba con Francisco Camps. Según comentó, cuando éste adquirió un traje y unos zapatos, se dirigió a ella y pese a que pensaba que le iba a pedir el ticket como resguardo, simplemente le saludó, le dio las gracias, y se fue.

"Yo no sabía quien era en ese momento", señaló la testigo, así que preguntó quién le había saludado. Así, insistió en que no le pagó las prendas que se llevó, y dijo que tampoco pensaba que se las hubiera abonado a José Tomás, puesto que lo lógico era que lo hiciera en caja o que, de haberlo hecho así, luego el sastre le hubiera dado la cantidad. "Y no lo hizo", aseveró sorprendida.

Otra de las declaraciones que resultó más llamativa llegó el miércoles, de la mano de la contable de Forever, Raquel Vázquez, quien aseguró que un 'hacker' se introdujo en su ordenador de la empresa y envió diversos correos al informático en los que pedía que se modificaran tickets que había a nombre de Camps para poner el de Álvaro Pérez.

Ella aseguró desconocer estos correos y mantuvo que el 'hacker' pudo hacerlos, al igual que le borró un año de correos. En estos mails al informático, se le pedía que hiciera un certificado en el que pusiera que no se podían modificar los nombres y las fechas de Forever, a lo que el destinatario respondió: '¡¡¡madre mía!!! si firmo esto marcho de cabeza al trullo'. "Esto lo ha podido hacer el 'hacker'. Ha podido hacer cualquier cosa", repitió varias veces.

Frente a su versión, el informático, que declaró al día siguiente, señaló que "esto es lo que ella decía" porque él no tenía constancia de que hubiera habido ningún virus en su ordenador. "Entrar en el sistema de su ordenador era muy complicado", agregó. Esta declaración provocó que el abogado de Camps solicitara un careo entre ambos --informático y contable--, de la que todavía no se ha pronunciado el magistrado.

El turno del sastre "de toda la vida" de Costa provocó también sonrisas a los acusados, puesto que se armó un poco de lío con las medidas de su cliente respecto a las que figuraban en los encargos de Milano y Forever, y esto provocó sonrisas en los acusados. "De cintura 44 y de cadera 54. De cintura 44", repitió varias veces. También dijo: "un trasero de 54 no cabe en una 50".

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