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VALENCIA. El proceso de integración de Bancaja y Caja Madrid -y naturalmente de las otras cinco cajas de ahorros que participan en Bankia- está dejando, más allá del complejo encaje técnico y organizativo, imágenes un tanto chocantes para los clientes de 'a pie' de las sucursales.

Dado que el grupo ha decidido mantener, al menos a medio plazo, la marca de las siete cajas en sus territorios naturales, reservando la marca paraguas, Bankia, para las campañas del grupo y las nuevas zonas de expansión, los usuarios de las oficinas se están encontrando con situaciones tan curiosas como la que puede contemplarse desde hace unos día en la sucursal de Bancaja en la calle Pintor Sorolla, la central.

Al margen de los propios carteles de Bancaja y de los anuncios de Bankia, en un lugar muy visible luce ahora también un letrero con el logotipo de Caja Madrid que reza: "En esta oficina puede encontrar un punto de atención comercial de Caja Madrid".

La razón de este anuncio se encuentra en la misma calle Pintor Sorolla. Caja Madrid ha cerrado la sucursal que tenía en los bajos de la que ha sido su sede en Valencia en los últimos años. Los clientes de la entidad madrileña han pasado a ser atendidos en la sucursal de Bancaja.

El único rastro de que en ese edificio estaba el corazón de la caja madrileña en la capital valenciana está en la parte superior del inmueble, donde permanece un luminoso de Caja Madrid que, paradojas de la fusión, ya no luce. Los neones se han apagado en todas las plantas del edificio.