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VALENCIA. Stamford Bridge decidirá el seis de diciembre si el Valencia supera la primera fase de la Liga de Campeones, si lo hace el Chelsea o incluso si un empate con goles les permite a ambos optar a los cruces. A los de Mestalla les vale todo menos perder o igualar a cero tantos.

El conjunto de Unai Emery sobrevive económicamente año tras año gracias a dos factores: la venta de al menos una estrella por temporada y la disputa de la máxima competición continental, donde la suma de puntos y el pase de eliminatorias computan positivamente a nivel de cobros. Por decirlo de otro modo, empeoras tu plantilla cada temporada pero se te exige lo mismo, pues jugar en Europa y hacerlo bien llena las arcas del club.

2011 no fue una excepción respecto a 2010, 2009 y 2008. Primero fue Raúl Albiol, luego David Silva, más tarde David Villa y este año Juan Mata. Los cuatro referentes de la entidad en los últimos ejercicios fueron traspasados a Real Madrid, Manchester City, Fútbol Club Barcelona y, curiosamente, Chelsea. Y ahora el asturiano es el líder del equipo de Villas-Boas, y para más inri tiene en sus botas dejar fuera del campeonato a sus ex compañeros, con lo que eso supone a nivel deportivo y monetario.

Y es que cuando todos los expertos apuntaban a una lucha entre británicos y españoles por la clasificación, ha sido el tercero en discordia quien prácticamente ha asegurado su presencia en la siguiente ronda. EL Bayer Leverkusen debería perder ante un Genk al que el Valencia goleó por 7-0 para quedarse fuera, siempre que blanquinegros y azules (si se estuviera dando ese resultado) empataran al menos a un gol. En esa tesitura, pasarían los dos protagonistas del choque de Londres. En cualquier otra, uno de los dos se quedará fuera del torneo.

Podría decirse que los 'blues' son favoritos. Al fin y al cabo, en su plantilla hay nombres grandilocuentes como Torres, Anelka, Drogba, Cech o Lampard. Pero últimamente no arrancan en la Premier League. Y ese bache les pilló en medio de la liguilla continental. Y les ha pasado factura, tal como les ha ocurrido a otros como Manchester City o United, que tampoco están en octavos a día de hoy.

Sin embargo, aquellos que no querían viajar a las islas a jugársela presentan hoy un aspecto difícilmente mejorable. Se han sobrepuesto a la lesión de su creador, Banega. Han inflingido su primera derrota al hasta esa fecha invicto Levante. Han puesto contra las cuerdas al todopoderoso Barcelona. Y solamente una mano-pecho de Higuaín (nunca quedó claro, pese a las múltiples repeticiones) les impidió sacar algo positivo ante el Real Madrid.

Además, su nueva adquisición franquicia tiene nombre y números: Roberto Soldado, delantero valenciano. 12 millones de euros costó la temporada pasada. En dos años ya es el máximo goleador en la Liga de Campeones de la historia del club. Y hasta los más críticos exigen a Del Bosque que lo convoque con ‘La Roja', por delante del que será su rival el día 6, Fernando Torres.

Qué curioso acaba siendo el fútbol. Al final, la estrella que vendes para sobrevivir puede hacerte más difícil la existencia. Pero también aquella que fichas, con menor calidad (en teoría) que la anterior puede acabar borrando del mapa al antiguo referente, llevándole incluso a cuestionarse si eligió bien en el cambio de bando.

Parece que hablemos de estrategias empresariales o fichajes de altos directivos. Quizá sea así. Pero aquí hay algo que lo cambia todo: un balón, que en función de cómo sea tratado y por quién puede hacer que lo lógico no lo sea tanto. Y que el Valencia, por qué no, sea quien elimine al Chelsea, aun jugando ante los suyos.