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España, en zona de peligro

MIGUEL ÁNGEL RODRÍGUEZ. 22/11/2011 "Fondos de inversión y bancos extranjeros han estado -y de hecho todavía siguen en ello- vendiendo deuda pública española en los últimos días por miedo a que su precio pueda seguir cayendo..."

MADRID. España puede soportar un 7% de interés a diez años con los actuales niveles de crecimiento con las necesidades de financiación actual, por lo menos durante unos meses. A lo sumo, un año. Menos tiempo que Italia porque el país trasalpino, con su estructura recaudatoria, puede ir pagando el servicio de la deuda. España no.

La subasta del nuevo bono a 10 años español, que se llevó a cabo el pasado jueves, puso los pelos de puntas a los inversores. Todo comenzó con una confusión. Con este nuevo bono, la referencia que se tiene en cuenta para la rentabilidad en ese periodo cambió y con ello la cada vez más popular prima de riesgo, que se calcula con respecto a este nuevo rendimiento y que al variar en algunos puntos básicos hizo que súbitamente el diferencial de riesgo aumentara.

Una circunstancia que acabó despistando y alarmando a un público poco conocedor del mercado de deuda, pero que en los últimos meses se había acostumbrado a calibrar el peligro con la dichosa prima. Pero en realidad, lo preocupante fue el resultado. El Tesoro español tuvo que financiarse casi al 7% en 10 años y aun así la demanda fue débil.

Pues bien, a estos niveles podemos considerar que España entra en zona de peligro. Fondos de inversión y bancos extranjeros han estado y siguen vendiendo la deuda pública española en los últimos días por miedo a que su precio pueda seguir cayendo contagiada por la situación en otros países europeos. Si no fuera por la actuación del BCE que en los últimos días ha intervenido comprando bonos de manera contundente, la rentabilidad hubiese subido mucho más.

Pero, ¿tiene algún fundamento estas ventas masivas? La respuesta hay que matizarla con la consideración de que el comportamiento de los mercados no es siempre racional. Las expectativas se cuecen, en numerosas ocasiones, en los pucheros del miedo o de la desconfianza y suelen funcionar como profecías autocumplidas.

Sin embargo, si miramos solo los números, la situación sigue siendo preocupante. Con la rentabilidad actual de los bonos y con el crecimiento del PIB en torno al 0,5% para mantener el mismo nivel de endeudamiento del 68% sobre PIB, el Gobierno español tendría que reducir el gasto desde los niveles actuales de déficit, que rondan los 100.000 millones de euros. Como referencia, el gasto sanitario es de unos 60.000 millones de euros.

A todas luces, tarea imposible. Por lo que de no reducirse el interés al que el Tesoro se financia la expectativa de la deuda externa no sería otra que la de ir creciendo y los inversores dejarían de comprarla alimentando un proceso que en pocos meses llevaría a una situación insostenible. La única solución es cortar este proceso de desconfianza, tarea que solo puede ser llevada a cabo por los políticos europeos. Y, de momento, no parecen estar por la labor.

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* Miguel Ángel Rodríguez es analista asociado de XTB

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