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Cheste vibró con el Mundial de Terol

HÉCTOR GÓMEZ . 06/11/2011 A pesar de las inclemencias meteorológica la familia del motociclismo vivió un Gran Premio de despedida maravilloso. Por un lado se le tributó un sentido homenaje un grande desaparecido, Marco Simoncelli. Por otro, después de 22 años un valenciano volvía a ganar un Mundial. Nico Terol ya es campéon de 125c.c.

VALENCIA (VP). Llegaba el curso motero a su prueba final con dos títulos por decidir. En Moto2 el campeonato se lo jugaban entre el alemán Stefan Bradl y el catalán Marc Márquez. En 125 c.c. Terol era el gran favorito ante la amenaza del francés Johan Zarco. Además, había que rendirle homenaje a un genio que ya descansa en los altares del motociclismo, el italiano Marco Simoncelli.

Con mucho frío y un tremendo aguacero cayendo sobre el circuito de Cheste, comenzó la mañana. A primera hora, con algo menos de los 100.000 aficionados que todos los años son fieles a su cita en las gradas, arrancó la función.

Para empezar, tributo a un grande de las motos que por desgracia ya no está entre nosotros. El italiano Simoncelli. Todos los pilotos de la parrilla salieron a la pista para rodar en homenaje a Sic. Kevin Schwantz, campeón del mundo de 500 c.c. en 1993,fue el encargado de pilotar la Honda RC 212 V de Simoncelli, reconocido admirador del piloto tejano.

A la llegada a meta esperaban todas las autoridades, patrocinadores, mecánicos y aficionados de la zona cercana al paddock para conmemorar el alma del transalpino con un minuto de ‘ruido' que es, lo que según su padre, a él le hubiera gustado que hicieran. El homenaje fue sentido, emotivo y muy sincero, como siempre que la familia motera despide a uno de los suyos. Simoncelli ya descansa en lo hondo del corazón del motociclismo.

LO DE TEROL FUE RAPIDO

Una vez finalizado el homenaje, llegaban las carreras. El momento dulce del fin de semana. Ese por el que muchos aficionados se hacen miles de kilómetros en un fin de semana para verlo. Y el Gran Premio empezaba esta vez con el plato fuerte, la carrera de 125 c.c.

Nico Terol, valenciano que el año pasado se quedó sin título en la última carrera, llegaba con todo a favor. Salía desde la novena posición y le valía con ser undécimo para proclamarse campeón de la categoría. Su rival, el francés Zarco, salía tercero y a pesar de sus pocas opciones era un escollo que había que superar.

Lo que nadie esperaba era que él solito se quitara del medio. Lo hizo en la tercera vuelta. En la curva "Champi" Herreros se fue al suelo y aunque intentó levantarse ya no pudo reemprender la marcha. Eso hacía a Terol campeón cuando sólo iban tres vueltas.

El de Alcoi lejos de despistarse hizo lo que mejor sabe, que es darle gas a su moto y buscar remontar posiciones. Lo buscó con tanto ahínco que de la novena posición pasó a la primera. Tenía la oportunidad de ser campeón en casa y ganando ante su gente. Pero venía Viñales.

El catalán, que desde ayer es el mejor debutante en la historia del motociclismo, quería ganar su segundo carrera consecutiva, y además no tenía ninguna presión. Su ritmo de carrera era altísimo y cuando pasó a Terol y a Faubel ya no dejó de mandar hasta el final.

Este chico tiene pinta de estrella. Con 16 añitos ha firmado cuatro victorias y nueve pódiums el año de su debut, lo que le convierte en el mejor ‘rookie' de la historia. A ello hay que sumarle su tercer puesto en el Mundial para darse cuenta del potencial que tiene la perla.

Mención aparte merece su llegada al box. Allí le esperaba su patrocinadora, la glamurosa Paris Hilton, a la que saludó casi como el que saluda al vecino en el ascensor. Ese descaro que tiene ante todo, le llevará muy lejos encima de la moto.

Sin embargo, ayer todos los honores eran para Nico Terol. El valenciano lo ha pasado muy mal los últimos meses. Empezó el mundial como un tiro pero en las últimas carreras no terminaba de ser él. Cuando acabó la carrera reconoció que era el año que menos había dormido de su vida. Pero ahora sus sueños son mucho más dulces. Ha trabajado mucho y ya tiene su recompensa.

Su cara cuando acabó la carrera lo decía todo. "Hoy cumplo el sueño de cuando era un crio y empezaba a subirme a una moto. No sé explicar lo que siento, estoy en una nube, no me creo que me este pasando, pero me está pasando. Soy campeón del mundo".

A partir de ahora le espera todavía un camino más difícil, el de mantenerse en la cresta de la ola. Son muchos los campeones de 125 que en un par de años son presa del olvido. Si no que le pregunten a Héctor Faubel. El valenciano que ayer fue tercero y se marcó un carrerón, hubiera agradecido que la temporada se alargara porque ahora empezaba a funcionarle la moto.

MOTO2 NO TUVO HISTORIA TRAS EL ABANDONO DE MÁRQUEZ

En principio la categoría de Moto2 era la otra que tenía que decidirse sobre el asfalto valenciano, pero no pudo ser, ya que Marc Márquez no llegó a tiempo. Su caída en Sepang en el penúltimo Gran Premio de Malasia, le cortó las alas en su lucha por el campeonato.

El catalán lo intentó por todos los medios, pero no consiguió recuperarse totalmente de sus problemas de visión. "Ha sido una decisión difícil, pero creo que ha sido acertada porque veo todo doble y no estoy en condiciones de pilotar una moto a esas velocidades", declaró el piloto a Televisión Española en el circuito de Valencia.

Con ese contratiempo, el sábado a medio día se había esfumado la emoción que quedaba y el alemán Stefan Bradl era campeón de la categoría intermedia del Mundial. Sin duda, el teutón no ha sido el mejor piloto, pero si el que más fortuna ha tenido en este final de temporada.

Por su parte, Marc se alza con el subcampeonato en su año de debut en la categoría de Moto2, después de cosechar unos números brillantes en su primer año: 7 victorias, 11 podios, 7 poles, y 2 vueltas rápidas en carrera.

El año que viene tendrá todo para ser campeón, pero seguro que a él nadie le quita la idea de que este Mundial llevaba su nombre escrito de no haber sido por los infortunios sufridos en la penúltima y antepenúltima carrera del Mundial.

La carrera no tuvo mucha historia. Bradl que partía desde la ‘pole', se puso nervioso al pensar que podía ganar para celebrar su título y se fue al suelo. La victoria se la llevó el italiano Pirro que tuvo el detallazo de dedicarle su primer triunfo en Moto2 a su compatriota Simoncelli.

MOTOGP

En la categoría reina estaba todo vendido. Casey Stoner era campeón desde hacía dos carreras, cuando había cantado victoria en su cuna australiana. MotoGP ha tenido más si cabe el aroma de Marco Simoncelli este fin de semana. Su falta ha sido alargada.

Tampoco estaba Jorge Lorenzo que todavía no estaba en condiciones para pilotar, tras perder parte de un dedo de su mano izquierda en el circuito de Phillip Island. Su año post título no ha sido el que él mismo hubiera deseado.

La carrera fue rara, ya que en la primera curva Alvaro Bautista provocó un accidente en cadena. El español tocó la rueda trasera de Dovizioso e hizo que Randy de Puniet, Hayden y Rossi se cayeran, aunque por suerte ninguno tuvo daños físicos.

A partir de ahí, lucha entre Stoner y Spies. Pedrosa quiso engancharse a la cabeza en el inicio, pero en cuanto empezó a llover se disolvió como un azucarillo. El americano firmó una gran carrera y cuando parecía que se llevaría la victoria, apareció el talento descomunal del australiano.

Stoner es un piloto elegido para la gloria. Pilota como los ángeles y cuando arriesga en sus maniobras la suerte está de su lado. Fue agresivo, y eso le dio otra victoria más en su currículum de esta temporada. Una temporada que ha sido brillante para él. 

Asi concluyó la mañana.  Así concluyó el Mundial de Motociclismo. Por decimotercer año consecutivo Valencia tuvo su Gran Premio y como desde hace ya algunos años, volvió a ser el que pone punto y final a la temporada.

Una temporada que se marcha con tres nuevos campeones. Nico Terol en 125 c.c., Stefan Bradl en Moto2 y Casey Stoner en MotoGP. Una temporada que ya deja atrás muchas ilusiones y otras tantas decepciones. Una temporada que se lleva para siempre las retransmisiones del Motociclismo en TVE después de 30 años al pie del cañón. Una temporada que se marcha ‘quemando rueda' y esperando que Marco, esté donde esté, que será con los buenos, sepa cuidar de su familia motera.

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