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El CIS 'tumba' la campaña electoral situando al PP
en cifras de récord

X. AGUAR. 05/11/2011 El barómetro arroja cifras en la Comunitat Valenciana por encima de los mejores resultados del PPCV, que se alzaría con 20 diputados. El PSPV sólo sacaría cinco por Valencia

VALENCIA. Si la campaña se intuía descafeinada, el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) asestó ayer una estocada mortal a la misma con un sondeo demoledor que pone más tierra de por medio -16,5 puntos- entre el Partido Popular y el PSOE.

En la Comunitat Valenciana, las previsiones internas que maneja la formación ‘popular' coinciden con las cifras de estimación de voto arrojadas ayer en la macroencuesta del ente.

Así, el PPCV lograría 20 escaños -uno más que en 2008-, arrebatando un diputado al PSPV-PSOE en la provincia de Alicante. En la circunscripción de Valencia, la temida debacle socialista se cristalizaría con la pérdida de dos escaños -pasaría de siete a cinco- a manos de Compromís-Equo y Esquerra Unida. El PP mantendría sus nueve parlamentarios. En Castellón no habría cambios, y PP y PSOE se repartirían una legislatura más tres y dos escaños.

En el ámbito nacional, el PP marcaría registros de récord histórico al lograr un 46,6% de los votos con una horquilla de entre 190 y 195 escaños, lo que significaría amasar una mayoría absoluta más amplia que la lograda por José María Aznar en el año 2000.

El PSOE, encabezado por Alfredo Pérez Rubalcaba, no llegaría al 30% (29,9), en lo que sería su peor dato en los últimos 30 años. Con ese porcentaje, los escaños estimados  para los socialistas se situarían entre 116 y 121.

En cuanto al resto de formaciones, los grandes vencedores según el sondeo del CIS serían IU-ICV, que pasaría de dos a ocho diputados y CIU, que lograría 13 escaños por los 10 de 2008. UPyD se llevaría tres parlamentarios (todos por Madrid) y ERC se mantendría con tres. El PNV, por su parte, perdería tres diputados.

PARTIDO POPULAR: CUESTIÓN DE MARCA, NO DE LIDERAZGO

En cuanto a la valoración de líderes políticos, se da la circunstancia de que ninguno aprueba en esta ocasión. La más cercana al ‘cinco' es Rosa Díez, con 4,95. Los datos del CIS evidencian que la ventaja del PP en las encuestas se debe a su propia marca y al rechazo de las siglas del eterno rival. Como muestra, un botón: la valoración de Pérez Rublacaba (4,54) es superior a la de Mariano Rajoy (4,43), pese a la ventaja del PP sobre el PSOE.

Otro indicio que sustenta esta afirmación radica en que el 61,6% de los encuestados quiere que gobierne un partido distinto al que lo ha hace en la actualidad, es decir, el PSOE. De hecho, en ese mismo cuadro se refleja que, de ese 61,6%, el 41,7% fue votante socialista en 2008.

Sin embargo, preguntados por qué presidente del Gobierno preferirían entre Rajoy y Rubalcaba, se produce prácticamente un empate técnico: 38,8% querrían que fuera el líder del PP y el 36,9% preferirían que fuera el candidato socialista.

GONZÁLEZ PONS QUIERE EVITAR LA DESMOVILIZACIÓN

La ventaja para el PP es tan clara que desde la formación ‘popular' han puesto en marcha la maquinaria para evitar una posible -aunque muy improbable- desmovilización de su electorado.

El cabeza de lista por Valencia, Esteban González Pons, reaccionó rápidamente al barómetro del CIS siguiendo esta estrategia: "La cocina del CIS huele a tostada", señaló en su Twitter el dirigente del PP, quien instó a la militancia a "no confiarse".

El también vicesecretario de Comunicación del PP subrayó que la encuesta da un "empate" entre los dos principales partidos en intención directa de voto, con 25% -dato verídico, aunque referido a una respuesta espontánea de los encuestados- y "sin embargo dan 17 puntos al PP", matiza González Pons, en un claro deseo de no lanzar las campanas al vuelo.

En cualquier caso, esta macroencuesta del CIS resulta muy similar en la horquilla de diferencia atribuida entre los dos grandes partidos a los últimos sondeos realizados por diversos medios de comunicación.

La fragilidad del electorado del PP, históricamente, es mucho menor que la del PSOE. De hecho, más de un dirigente socialista valenciano cree que la propia resignación del votante podría dejarle en casa o apostar por otras fuerzas políticas minoritarias.

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