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HÉROES Y VILLANOS DEL DEPORTE /4

El debut de Maradona en la liga que el Valencia le dio a Clemente

ÁLVARO GONZÁLEZ. 04/11/2011 "Con un Barça de relumbrón neutralizándose a si mismo, los de Di Stefano se enfrentaban a un Valencia que se jugaba la permanencia. De rebote, y de córner, marcó Tendillo. El Real Madrid, a casa de vacío. Otro disgusto. El 'defensivo' Athletic de Clemente le había enchufado un 1-5 al Las Palmas..."

MADRID. El título que levantó Xabier Clemente con el Athletic de Bilbao en la temporada 82-83 fue un acontecimiento prodigioso, una gesta deportiva espectacular, pero difícilmente podrá recordarse esta temporada por otra cosa que no sea el advenimiento en la liga española de Dios hecho verbo y misma carne del argentino Diego Armando Maradona Franco.

Se dice que la región de los Balcanes genera más historia de la que es capaz de consumir y esa misma maldición y no otra es la que sufrió en su vida deportiva el genial centrocampista hasta que empezaron a chuflar todos los controles antidoping que pasó en el último tercio de su carrera.

Generaba mucha historia. No podía evitarlo. Qué le vamos a hacer. El primer capítulo de su llegada a Barcelona fue una perfumada nota de color: Cogió la hepatitis B. Cuestionados sus hábitos de vida por el presidente Núñez, contestó literalmente que por las noches se iría a la cama cuando le diera la gana. Pero gravemente enfermo, el futbolista se puso en manos de la curandera peruana Susana Herrera, que le recetó un brebaje milagroso. Los médicos del club tuvieron la deferencia de tomarse la molestia en analizarlo a ver qué era. Según el diario argentino La Nación, aquello estaba lleno de bacterias, de modo que, tal y como contó luego El País, hubo que "cortar de raíz" con ella. Pero para entonces ya había toda una cola de magos, brujas y santos en las oficinas del FC Barcelona ofreciendo sus remedios. Algunos "de buena fe", llegó a apuntar un directivo.

Petrit Fejzula con Maradona ¡Hepatitis doble en Can Barça! (Diario Sport 10 de abril 1983)Lo simpático es que era exactamente la misma enfermedad que había contraído en idénticas fechas el pívot de la sección de balonmano Petrit Fejzula, serbio nacido en Pristina (actual Kosovo), ingeniero de minas y autor en 1992 de la Ley del Deporte serbio. A través de su recio bigote, entrevistado por Pere Ferreres, dijo al respecto: "Ya jugué en Granollers con hepatitis. Hice ocho goles. Creí que sería un pequeño resfriado".

Con todo, el aviso ‘balompédico' a Maradona se lo dio Górriz, defensa de la Real Sociedad, zancadilleándolo por detrás. Una primera toma de contacto con el Norte antes de lo que vino al año siguiente, el Goico-gate. El jugador vasco sólo vio la amarilla, pero después el Comité le metió dos partidos. ¿Quién salió en su defensa? ¡Maradona! Alegando que lo que hay en el campo se queda en el campo, pidió que lo 'dejaran libre' porque si no luego la hinchada donostiarra le iba a echar la culpa a él. Qué diría Alcaraz de todo esto...

Pero el verdadero peligro, como todo en el Barça de aquel tiempo, estaba dentro. Ante la rivalidad creciente con Schuster, el alemán estuvo a punto de partirle la pierna en un entrenamiento. No se encontraba muy estable Bernardo, que venía de llamar alcohólico a Udo Lattek, el sufrido entrenador de aquella cohorte de ‘mejores del mundo'.

Y la verdad es que el argentino era el mejor del mundo. Y le estaba reconocido. En el Bernabeu le aplaudieron en la ida de la Copa de la Liga tras un golazo. Pero el hito fue en la otra ida, la de la Liga, Liga, cuando su manager y un grupo de amigos, entre ellos un jugador de rugby, no contentos con la victoria del Barcelona, que se llevó un 0-1 de Chamartín, tras ser abroncados por un espectador por la celebración del único tanto, le patearon en plena grada. El manager de Maradona estuvo a punto de ser detenido, pero la policía no se atrevió a meterse en la trifulca. Hasta ese punto de gloria santa sí que no ha llegado nadie en este estadio. Sólo la gente del 10, Dios, Maradona.

De ese manager, Jorge Cysterpiller, que le preparó a su pupilo una gira de despacho en despacho por todos los jerifaltes de la dictadura argentina, sólo se puede rememorar sin hacer llorar a los peques de la casa que un domingo, dando un garbeo Maradona y él en yate por la costa de Sant Feliu de Guíxols, rescataron a dos náufragos. De los otros cuatro ocupantes del barco hundido parece que nunca más se supo. La que les sacó del agua sí que fue la mano de Dios y no la ignominiosa de tres años más tarde.

Pero antes de levantar la Copa del Rey, ya con Menotti en el banquillo, Maradona andaba de médico en médico por problemas de ciática y las jugadas magistrales las tenía que realizar fuera del terreno del juego. Por ejemplo cuando, según un relato de La Vanguardia, al cumplírsele el plazo de matriculación en España del BMW que se había traído de Argentina, con el correspondiente pago de impuestos, pasaportó de vuelta a casa al coche, se compró uno idéntico, modelo 636 CSI, y lo puso a nombre de Maradona Producciones para ahorrase meterlo en la declaración de la renta. ¿Por qué nadie le dio una caja de ahorros, tan dura era la competencia con nuestras jóvenes promesas de las finanzas? Ahora parece que se ha visto que sí. Toma ¡otro triunfo de La Roja!

EL PUÑO DE HIERRO DE CLEMENTE

Con este Barça de relumbrón neutralizándose a sí mismo ‘generando historia', como decimos, y con la Real Sociedad desgastada tras nada menos que dos títulos ligueros consecutivos, Xabi Clemente comandó un equipo que le miró a los ojos al Real Madrid hasta la última jornada. Las claves de su triunfo fueron múltiples y diversas.

Atrás, no sólo estaba Zubizarreta, esa maldición africana para no pocos aficionados que recayó sobre la selección española, el Barça de Cruyff y los cándidos clientes de Make a Team, su asesora de coaching montada con Valdano y Lillo; atrás también estaba Goicoechea, un prodigio del marcaje preventivo que aquel año fue expulsado por agredir sin balón a Montero, del Sevilla, y al viril Arteche, del Atlético.

Y arriba, Sarabia, el heredero de Zarra, que jugaba en el Athletic por una promesa como las que hizo Conan de niño. Fue por su hermano, criado en la localidad minera de Gallarta, Bizkaia, que daba el nivel pero no fue admitido en el equipo por venir al mundo en Jaén. De nada sirvieron los apellidos vascos y el pequeño Sarabia, al ver las lágrimas de su hermano, se conjuró. Lo hizo en forma de goles, 16 el año del alirón, que lo celebró con lágrimas como las de su hermano, pero de alegría, en TVE: "Esto es lo más grande que me ha pasado en la vida".

Aunque no menos importantes fueron las dotes del mister. Clemente antes de la temporada viajó a Inglaterra para ponerse las pilas con eso de la excelencia balompédica. Y lo hizo en las dependencias del entonces campeón de la UEFA, el Ipswich Town ¡el Ipswich Town! el club conocido en la Premier como "Los chicos del Tractor", o al menos así reza la Wikipedia. En 25 días estudió los métodos de su entrenador, Bobby Robson, al que no se pudo fichar ese año en Bilbao por el dichoso asunto económico.

Clemente lo confesó todo en El País: "En Ipswich, lo que más me llamó a atención fue el esquema defensivo. Básicamente, se trata del manejo eficaz de la defensa dentro de un estilo de juego netamente ofensivo, buscando siempre la manera más efectiva para iniciar y apoyar el ataque. No creo que sea un sistema para adoptar por muchos clubes españoles, porque depende mucho de las características de los jugadores, y hay que ser bastante listo para asimilarlo bien". Segundos después de ganar la liga, sobre el césped, el reportero de TVE le comentó que muchos le habían llamado chulo por este tipo de declaraciones. Replicó: "Sigo siendo el mismo".

Lo que sí que también fue lo mismo, idéntico, fue el desenlace liguero. Igual que en los dos campeonatos anteriores. Liga perdida in extremis por el Madrid en la última jornada ante un equipo vasco.

Los de Di Stefano se enfrentaban a un Valencia que se jugaba la permanencia. Nadie daba un duro por él, ni "sus más altos adictos", escribió Rafael Marichalar en ABC. El técnico hispanoargentino planteó un catenaccio en toda regla. Sólo dos hombres adelantados a la defensa, Juanito y Santillana. Ahora, desde el palco, parece que la Saeta ya gusta del tiqui-taca. Entonces no.

De rebote, y de córner, marcó Tendillo para adelantar al Valencia, agenciándose de paso el correspondiente transfer al equipo blanco. La patente de verdugo, que decimos en la capi. Por el Madrid, Metgod disparó al larguero y Santillana, a la cruceta en el último suspiro. A casa de vacío. Otro disgusto. E iban... El 'defensivo' Athletic de Clemente le había enchufado un 1-5 al Las Palmas en su propio campo mandándolo a Segunda. 71 goles rojiblancos con catenaccio por 57 del Madrid de Di Stefano en todo el torneo.

Ante hechos tan testarudos, El País publicó una tribuna firmada por García Candau. Era "la tercera derrota consecutiva del fútbol mercantil". El triunfo de "una manera de ser". En Madrid los árbitros habían salido escoltados por la policía jornada sí jornada también. Luis de Carlos, el presidente blanco, echaba la culpa de los incidentes a las declaraciones de terceros, "provocaciones en toda regla". Se escribió que, con igualdad de arbitrajes, no se sabía que pasaba, pero que no ganaba el Madrid. E iban tres ligas de alirones vascos en el morro. Y esto fue todo.

¿Cómo? ¿Que si pasó algo más ese año? Sí, a finales del 83 inició su andadura el GAL, pero eso no tiene nada que ver con el fútbol.

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3 comentarios

Uno escribió
05/11/2011 16:25

"¡Maradona! Alegando que lo que hay en el campo se queda en el campo, pidió que lo 'dejaran libre' porque si no luego la hinchada donostiarra le iba a echar la culpa a él. Qué diría Alcaraz de todo esto..." Dios guarde a vuecencia muchos años

Paco escribió
05/11/2011 12:04

"Se escribió que, con igualdad de arbitrajes, no se sabía que pasaba, pero que no ganaba el Madrid. E iban tres ligas de alirones vascos en el morro." Jaaaajajajaja impresionante!

04/11/2011 10:52

Creo que Valencia Plaza debería plantearse hacer una edición en papel couché de esta sería, con incrustaciones de oro y brillantes en la cubierta. Frases como "Sarabia, el heredero de Zarra, que jugaba en el Athletic por una promesa como las que hizo Conan de niño" lo merecen

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