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VALENCIA (VP). La Comisión Europea ha iniciado formalmente una investigación antidumping contra las baldosas de cerámica importadas por la UE desde China. Este proceso ha comenzado tras una denuncia presentada el 7 de mayo por la CET, Federación Europea de Fabricantes de Baldosas Cerámica, a instancia de una representación significativa de la industria cerámica europea en las que figuran empresas España, Italia, Portugal, Alemania, Francia, Holanda y Polonia, y que tiene el apoyo de la ASCER (Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos).

Tras de esta investigación se encuentra el hecho de que, desde 2002, las importaciones de baldosas cerámicas de China a precios extremadamente bajos han estado creciendo constantemente con una tasa media anual del 49%, debido a una política de precios que escapa a toda lógica basada en las tendencias mundiales de aumento en los costes energéticos y materias primas de los últimos años. Una política de precios que hace que el precio medio de un producto como el azulejo baje un 12% entre 2005 y 2009 -un periodo de encarecimiento global- ha de tener por fuerza un origen no basado en los costes.

Pese a que la industria cerámica de la UE sigue siendo líder mundial en innovación y diseño, ha tenido que mantener sus precios muy bajos a fin de limitar en lo posible la pérdida de cuota de mercado en beneficio de las importaciones chinas. El efecto de contención de los precios ha dado lugar a importantes caídas de la rentabilidad para la industria de la UE en los últimos años en Europa, según informa la CET.

La ventaja competitiva de la UE relacionada con la innovación y el diseño está siendo seriamente amenazada como resultado de una actitud generalizada hacia la falsificación por parte de los fabricantes chinos, según la patronal ASCER.

Los fabricantes pertenecientes a CET representan alrededor del 90% de la producción de baldosas de cerámica en la UE. Esta Federación centra sus esfuerzos en luchar y tratar de abolir los obstáculos al comercio a la que se enfrenta la industria de la UE cuando exporta fuera de sus fronteras, así como, en casos como el actual, a evitar que determinados productos puedan entrar en la UE valiéndose de métodos de competencia desleales -como son, en este momento- los precios de dumping (es decir, que se venden por debajo de su precio de mercado, restando por ello competitividad a la industria europea en el mercado europeo).