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VALENCIA. El comunicado de ETA del pasado jueves 20 de octubre, en el que anuncia el "cese definitivo" de la violencia, puede convertirse en una de las mejores noticias de la historia de la democracia española. Por otra parte, también puede dar lugar a episodios muy dolorosos, e incluso desembocar en una nueva oleada de violencia, como ocurriera con las anteriores treguas (por más que ahora se hable de "cese definitivo"). En resumen: aún es pronto para saber si este comunicado ha sido el principio del fin de ETA, pero lo que está claro es que se trata de una noticia de primera magnitud, que irrumpe, además, en plena precampaña electoral.

El comunicado fue recibido con expectante satisfacción por parte de los líderes de los dos principales partidos, Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba, así como por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. También fue positiva la reacción de los demás partidos políticos, con la significativa excepción de UPyD.

En cambio, las reacciones en los medios de comunicación presentaron un grado de unanimidad y de contención mucho menor. La política se debate en los medios, y el debate es a menudo extremado. También se genera, en ocasiones, directamente desde los medios, que marcan los temas de debate y los enfoques informativos que más convienen a la estrategia política de un determinado partido, que a veces, más que decidir su posicionamiento, ha de asumir el que ya les viene dado desde sus supuestos aliados mediáticos. En el caso del terrorismo, además, se suma un grado de implicación emocional imposible de soslayar por parte de los medios, dada la gravedad de los hechos sobre los cuales se informa.

Por otra parte, las heridas abiertas por los atentados del 11M y la "Teoría de la conspiración" (que venía a defender la implicación de ETA en los atentados), defendida por algunos medios de comunicación (en particular El Mundo y Libertad Digital), provocaron una cesura abierta entre estos medios y el Gobierno socialista. La herida no hizo sino agrandarse merced a las condiciones en que se produjo la tregua de ETA de 2006, que nunca fueron aceptadas por una parte del PP y de los medios de comunicación afines.

Y así llegamos al actual comunicado de ETA, que se produce escasos días después de una Conferencia de Paz en San Sebastián duramente criticada por algunos medios de comunicación, y muy poco antes de que se celebren unas Elecciones Generales en las que, previsiblemente, el PP cosechará una amplia victoria. A ojos de algunos de estos medios, aunque pocos se atrevan a defender esta tesis en voz alta, el comunicado de ETA es una repetición, a la inversa, de lo que creen, o dicen creer, que ocurrió tras el 11M: entonces, el PSOE habría urdido una conspiración para apropiarse del Gobierno en unas Elecciones. Ahora, el PSOE conspiraría para presentar un éxito de última hora en materia antiterrorista, cuyo objetivo sería, de nuevo, modificar el resultado electoral. Entonces y ahora, un mismo protagonista: Alfredo Pérez Rubalcaba.

Apropiarse de la derrota del terrorismo o negarla

En este clima de fractura política y mediática respecto al terrorismo, nos encontramos, tan pronto como aparece el comunicado de ETA, dos posicionamientos de intencionalidad y objetivos radicalmente opuestos. Por una parte, algunos medios cercanos ideológicamente al PSOE deslizan, con mayor o menor disimulo, una reivindicación de que buena parte del éxito que constituiría el final de ETA le corresponde al actual Gobierno socialista, y más concretamente a la figura de Alfredo Pérez Rubalcaba, ministro del Interior a lo largo de los cinco años en los que con mayor tino se ha golpeado a la estructura y los cuadros de la banda terrorista. El editorial del diario El País publicado en la edición del viernes 21 de octubre lo dejaba bien claro:

"El triunfo de la democracia española sobre el terrorismo es el mérito de todos. Pero pocos responsables políticos españoles han trabajado más y mejor para arrinconar a ETA que Alfredo Pérez Rubalcaba. En sus cinco años como ministro del Interior, obviamente, pues ha sido la peor y definitiva época para la banda. Pero también en su participación como representante del PSOE en la firma del Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo".

Por otra parte, algunas de las principales cabeceras de prensa (ABC, La Razón, El Mundo), así como ciertos programas de análisis político de televisiones como Intereconomía, Libertad Digital TV o Veo TV (conocidas oficiosamente como "El TDT Party"), desde un primer momento evaluaron el comunicado desde dos perspectivas complementarias: 1) el comunicado es fruto de la negociación y las cesiones con el PSOE, totalmente inaceptables. Y 2) el comunicado no cambia nada y significa muy poco.

Titulares como "ETA alardea de sus asesinatos y emplaza al Gobierno a negociar" (El Mundo, 21/10/2011) o "ETA ni se disuelve ni entrega las armas" (ABC, 21/10/2011) marcan esta estrategia, que se confirma en editoriales plagados de incertidumbre y dudas, en el mejor de los casos, sobre la importancia que pueda tener este comunicado para el final del terrorismo.

#prayfor... Pedro J. Ramírez

En las televisiones y en Internet, las reacciones fueron más extremadas que en la prensa. El formato de tertulia de la televisión, así como la celeridad de la circulación de los mensajes en Internet, propician mayores excesos que en los textos escritos. Y, desde el principio, una persona protagonizó la visión más crítica y escéptica respecto del comunicado de ETA: el director del diario El Mundo, Pedro J. Ramírez.

Ramírez, muy activo en Twitter desde que abrió su cuenta hace unos meses, utilizó la tarde del jueves 20 para anticipar la que después sería la línea de actuación de su periódico: el comunicado de ETA no supone ningún motivo de alegría ni el final de nada: Combinado con lo anterior, al día siguiente, 21 de octubre, Pedro J. Ramírez denuncia que ha recibido amenazas e insultos contra su persona a raíz de su posición respecto del comunicado de ETA:

Amenazas e insultos... que comienzan a llegar en aluvión después de que Ramírez denuncie su existencia, y a las que les da difusión también en Twitter. Un ejemplo de profecía autocumplida que se suma a la crispación con la que ha recibido este comunicado parte de la "derecha mediática".

Los GAL, en Canal 9

El mismo jueves 20 de octubre estaba prevista la emisión en Canal 9 de un documental sobre los GAL. El documental fue contratado por Canal 9 al periodista Alfredo Pérez de Albéniz, como desvelamos hace unas semanas en Valencia Plaza. Su coincidencia con el anuncio de ETA aconsejó a los programadores de Canal 9 (con buen criterio) anular la emisión y sustituirla por el programa que habitualmente ocupaba esa franja horaria, la serie "El poble del costat".

Esta decisión no pasó desapercibida, y llegó a reflejarse incluso en algunos medios nacionales. Los documentales han costado en torno a 200.000 euros, una cifra muy superior a lo habitual en las actuales condiciones de producción en las que se mueve RTVV.
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Guillermo López es profesor titular de Periodismo en la Universitat de València