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VALENCIA. El reciente dato del paro registrado en España ha echado por tierra la previsión del Gobierno de que en la etapa final del año se empezaría a crear empleo neto. Ello hace que la muy elevada tasa de paro española siga subiendo, superando en mucho la de la mayor parte de los países de la UE. Por otro lado, algunas estimaciones predicen que la economía española entrará en recesión en 2012.

A partir de estas constataciones, queremos plantearos en el Foro de esta semana reflexiones en torno a una doble pregunta: ¿qué está haciendo que las cifras de parados no dejen de aumentar? y ¿Es posible iniciar actuaciones para limitar y reducir la destrucción de empleo?

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JOAN SIFRE, Escola Sindical Ramón Paredes y exsecretario general de CC OO PV

"Lo que está haciendo que las cifras de paradas y parados no deje de aumentar es una constelación de factores: la falta de crédito y todo lo que comporta (inseguridad, desconfianza, parálisis...) es un factor muy importante. Otro, el déficit público y la dificultad y el temor a adoptar medidas públicas anticíclicas. Otra, la falta de criterios e instrumentos propios para atender a la economía doméstica ante los ojos de los "evaluadores" internacionales.

El endeudamiento privado corporativo es muy grande, a corto plazo. En todo este tiempo no ha disminuido el apalancamiento, especialmente en las grandes entidades -financieras o no-, mientras que en otras economías sí se ha producido con ayudas públicas y esto ha restablecido -o evitado la contracción- del crédito en los mercados domésticos. Aquí para salvar a "los importantes" nos hundimos todos. Más allá del problema estructural de una economía incapaz, por sus estrategias, de generar empleo consistente, incluso cuando crece, esto es lo que está pasando en la crisis.

Para crear empleo hay que forzar el saneamiento -si siguen sin hacerlo nuestras autoridades, nos lo impondrán desde fuera y pronto-, liberando crédito para la economía doméstica, como soporte a sus reestructuraciones. Suprimir incentivos fiscales a las "inversiones" en el extranjero, impulsar las actividades productivas de sectores sostenibles, de lo pequeño, capaz de generar más actividad. En cualquier caso, corregir la tendencia a optar por soluciones de "fin de tubería", tipo reforma laboral... porque, sin negar ninguna posibilidad, el problema no está ahí".

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MARIANO AYUSO, abogado, socio de Cuatrecasas, Gonçalves Pereira

"El paro es el gran problema español de esta crisis y parece difícil que pueda solventarse a corto plazo. Incluso la contención del incremento del paro es muy problemática, si no cambian las circunstancias económicas de manera radicalmente positiva. En esta tesitura es muy complicado dar una receta de crecimiento o repunte del empleo.

Las medidas estructurales darán soluciones a medio plazo, pero de inmediato no hay más medidas de efecto positivo real que acudir al reforzamiento de las pymes y micropymes, que pueden generar con relativa facilidad bastante empleo. Las medidas concretas para ello son, no obstante, de difícil adopción en un momento de lucha contra el déficit -bajada de cotizaciones y de presión fiscal sobre las pymes, subvención a la creación de puestos de trabajo- y de impopularidad de medidas como la flexibilización muy amplia de los contratos de trabajo.

Probablemente, dada la escasez de recursos públicos, las medidas de incentivo inmediato del empleo, tendrían que conllevar drásticos recortes en otras materias: de la inversión en formación para el empleo (bastante inoperativa para quien no imparte la formación), copago en sanidad para poder equilibrar la bajada de cotizaciones y otras medidas con un gran coste social y político".

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 CRUZ SIERRA, periodista y director de ValenciaPlaza.com

"Al final van a tener razón economistas y empresarios. Los primeros con sus análisis sobre la falta de productividad y competitividad de la economía española. Y los segundos con la falta de flexibilidad del sistema de relaciones laborales. Unos y otros llevan años, lustros, martilleando sobre la necesidad de que España se ponga al día en esas cuestiones. Y lo dicen también desde el exterior. Pero nunca nos lo hemos creído. O sí, pero no lo hemos puesto en práctica.

El desplome de la economía española en todos sus niveles una vez reventada la burbuja inmobiliaria y aparecidos las primeras dificultades de financiación bancaria nos ha dejado con las vergüenzas al aire. En efecto, detrás del boom de la construcción ‘sufrido' por este país en los primeros años dos mil, no había nada, o más bien poco. Insuficiente para impedir la escalda del paro y el desempleo que se han reinstalado con todea su furia.

Ofrecer recetas para reducir el paro no está al alcance de muchos, o de casi nadie. Pero gastar sentido común para creer y hacer caso a los que entienden puede ser un principio. Y si hay que aumentar productividad, flexibilidad, competitividad y, ya puestos, innovación y emprendedurismo, algún gobierno deberá tener el suficiente arrojo para llevarlo a cabo. Aunque resulta dudoso que un gobierno solo, una única Administracion, aun en mayoría, pueda ser capaz de tal titánica tarea si no es en consenso con el resto".