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Alberto y Mas

VALENCIA (LIDIA MASERES). Dejar un trabajo en época de crisis y con más de medio millón de parados que tiene la Comunidad Valenciana puede parecer una locura. Como también puede parecerlo crear una empresa en este mismo momento. Ambas cosas las hizo hace unos meses, Alejandro Mas, un emprendedor valenciano que dejó su puesto de directivo comercial en una compañía azulejera, cuyo nombre prefiere eludir, para embarcarse en un proyecto pionero en España: pavimentos ecológicos capaces de recuperar el agua de lluvia.

Ecocreto Group fue creada en Valencia el pasado mes de octubre de la mano de Mas y Alberto Alberto, su socio. Con capital 100% privado -la inversión inicial fueron 30.000 euros-, los dos valencianos se interesaron por un producto que estaba funcionando en EEUU y en México desde hace aproximadamente 15 años, el ecocreto.

Montar la compañía fue "muy difícil". Sin ayudas (los dos empresarios tienen 48 años) y sin créditos, sólo podían hacer frente a la inversión con su propio dinero. "Jamás he dejado que las cosas vinieran a mi. Desde 2008 sabía la que se le venía al sector del azulejo y lo que hicimos fue movernos", declara Mas.

El producto que comercializan y distribuyen es un pavimento poroso, ecológico y sostenible que destaca por sus funciones. A diferencia del hormigón tradicional, este material permite recuperar y utilizar el agua de lluvia recogida y filtrada en las vías para recargar los mantos freáticos del subsuelo, o bien canalizarla para su reutilización.

100% SOSTENIBLE Y ECOLÓGICO

Además de ello, evita que se encharquen las calles y el aquaplaning de los vehículos. En casos de lluvia extrema, tiene la capacidad de absorber el 100% del agua caída al tiempo que ayuda a evitar la sobrecarga y colapso de los sistemas de recolección de aguas subterráneas de las poblaciones al no permitir que el agua corra por las vías, sino que se produce la recogida de esta de forma gradual.

Tras meses de investigación y contacto con los dueños del ecocreto, Mas decidió lanzarse a la piscina. Dejó su antiguo trabajo y les propuso a los inventores del producto hacerse cargo de la patente en toda Europa. Primero se establecerían en España y a partir de 2011 en el resto de países. Por el momento, los objetivos más próximos son Marruecos, Algeria y Bulgaria, con quienes ya han establecido los primeros contactos.

"Lo que hemos hecho nos garantiza el uso exclusivo del producto, ya que no sólo tenemos la patente firmada, sino que los inventores son partícipes, en un 25%, de nuestra empresa. Nunca dudaron de que fuera a funcionar en España ya que no hay nada parecido", explica Mas.

UNA "RED DE AMIGOS"

La empresa valenciana no vende el material, sino que ellos mismos son los que lo instalan con personal y maquinaria especial. En marzo comenzaron con sus primeros trabajos y por paradójico que parezca, la mayoría fuera de la Comunitat a pesar de que gran cantidad de ciudades valencianas se paralizan o colapsan con cuatro gotas de lluvia.

Según Mas, las primeras puertas a las que llamaron para presentarles el producto fueron las de Ayuntamiento de Valencia y la Generalitat, pero como dice, "aquí no se complican la vida".

"Les presentamos el proyecto para hacer los caminos que rodean el Ágora, ya que nuestro material es más barato que el hormigón, pero nos dijeron que no. Son las dos administraciones que menos caso nos han hecho". Por contrapartida, la empresa valenciana está estrechando relaciones en Castilla y León, la Comunidad de Madrid, el País Vasco y Andalucía.

El futuro lo ven claro. Por una parte porque su filosofía de empresa es trabajar con gente cercana, es decir, amigos y amigos de amigos que se impliquen en el trabajo. Y por otra, porque creen en lo que hacen. "Muchos nos dijeron que estábamos locos, y se siguen sorprendiendo cuando les decimos que esperamos cerrar el año con beneficios y con una facturación de más de un millón de euros", asegura Mas. De momento, ya tienen 25 personas trabajando para ellos.