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Bancos y cajas: no todos en el mismo puchero

VALENCIAPLAZA.COM / ANÁLISIS. 04/06/2010

-Todos los bancos y cajas de ahorro: así son y así parecen

MADRID. A pesar de la dureza de las repercusiones sobre bancos y cajas españolas del último capítulo -hasta ahora- de la crisis financiera, el sector presenta una heterogeneidad que de momento tiene una visibilidad reducida para inversores y analistas. El aumento del diferencial del bono soberano español sobre el alemán y las dudas sobre la situación del sector bancario en España ante una normativa que dilata el afloramiento de la pérdida del valor que han experimentado los activos, han repercutido negativamente en la valoración general que el mismo tiene para los mercados internacionales.

De esta forma, está siendo el conjunto de entidades las que han venido experimentando un tensionamiento de su acceso a la financiación mayorista y no sólo aquellas que han sufrido en mayor medida las consecuencias de su agresivo posicionamiento en la construcción durante los años de la pasada burbuja inmobiliaria.

El reciente cambio de normativa contable realizado por el Banco de España, bien recibido por analistas y expertos, puede contribuir a que las diferencias entre entidades se hagan patentes. De ser así, la consecuencia debiera ser que aquellas que han mantenido una actitud más prudente en su relación con el ladrillo tuvieran mayor facilidad para acceder a la financiación en los mercados internacionales.

El problema, como buena parte de los que afectan al sector bancario en España, proviene de la escasa transparencia con que se han afrontado las consecuencias del estallido de la burbuja inmobiliaria. En teoría, sus repercusiones deberían reflejarse en el aumento de la tasa de morosidad como cociente que es entre créditos que no están al día en el pago de las condiciones de devolución pactadas y el total de créditos concedidos.

Pero la morosidad que hacen públicas bancos y cajas en España no refleja las dificultades reales en el cumplimiento de sus obligaciones por parte de sus clientes. Los activos adjudicados (activos inmobiliarios que los bancos se quedan en propiedad a cambio de la deuda), ha permitido a las entidades disminuir la morosidad, con la consecuente mejora en beneficios por tener que efectuar menores provisiones para hacer frente al crédito en mora. Se podría decir que, con el permiso del Banco de España, las entidades financieras españolas se han convertido en inmobiliarias.

El reciente anuncio del regulador de proceder al cambio de normativa no acaba con esta situación, que sigue considerando "una opción legítima" de las entidades. Pero les exige elevar la provisión del 20% al 30% del valor de los inmuebles de los que son propietarios bancos y cajas como pago de deudas de sus clientes, si transcurren más de 24 meses desde su adquisición.

El Banco de España desea que en el momento inicial de la adquisición se reconozca un deterioro mínimo del 10%, una vez transcurridos doce meses del 20% y que se llegue al menos el 30% una vez transcurridos 24 meses desde que el banco o caja adquirió el inmueble (y permanece en su balance por no haber sido vendido).

Ello obligará, previsiblemente, a adoptar dos estrategias complementarias. Por un lado a aumentar las provisiones (en un 2% en 2010 según el Banco de España y un 7% en 2011), reduciendo de esta manera el beneficio en mayor o menos cuantía en función de la mayor o menor dotación realizada hasta ahora (un 10% en 2010 según el regulador para la media del sector bancario). Y por otro lado, cabe esperar que las entidades intenten desprenderse de estos inmuebles bajando sus precios. El problema, como es obvio, es que no todos los inmuebles son iguales y que una parte de los mismos, desconocida excepto para la propia entidad propietaria, podrían tener un valor actual próximo insignificante en relación con el precio pagado en su día.

Un mapa muy heterogéneo
La importancia que tienen estos inmuebles en los diferentes bancos y cajas y las consecuencias que va a tener en su cuenta de resultados el cambio de normativa por parte del Banco de España son muy heterogéneas. De hecho, la medición de su relevancia no es sencilla. Su valor absoluto no es relevante porque la 'digestión' de una misma cuantía, suponiendo que la calidad de los activos que la componen es similar, depende del tamaño de la entidad.

Un indicador de cuál podría ser la magnitud del problema al que se enfrenta cada entidad -que tiene, además, la ventaja de ser simple y al mismo tiempo riguroso- es el que relaciona el patrimonio neto de cada entidad y los inmuebles que tiene adjudicados. De esta forma, con datos de diciembre de 2009, se puede comprobar que cajas y bancos están en una situación muy diferente, pero también que dentro de cada una de estas agrupaciones las diferencias son muy destacables.

Así, la media de la situación de los bancos es muy inferior a la de las cajas, 16% frente a 47,7%, pero hay bancos que están en peor situación desde esta perspectiva que muchas cajas. Por ejemplo, tres de ellos, Pastor (99,3%), Guipuzcoano (62,2%) y Popular (52,0%), tiene una razón entre inmuebles adjudicados y patrimonio neto superior a la media de las cajas y dos más, (Banco de Valencia (41,8) y Banco Gallego (40,0%), están en una situación muy cercana a ese promedio.

Los dos grandes bancos tienen una situación mucho más favorable que los cinco mencionados pero diferente entre ellos. Santander tiene un porcentaje del 10% mientras que el del BBVA es del 15%. Por contra, entre las cajas de ahorro algunas, entre las que destaca por su tamaño e importancia La Caixa, tienen una mejor situación relativa que estos cinco bancos, al situarse en el 21,8%. Pero no es una excepción, 19 cajas de ahorro están por debajo del 30% en el valor del indicador, entre ellas Caixa Ontinyent, cuyo ratio es del 28,4%.

Aún así, la situación de algunas cajas reflejada mediante este indicador no admite matices acerca de la magnitud del reto al que se enfrentan algunas de ellas para equilibrar su balance. De las 45 existentes, seis de ellas tienen un valor del indicador superior a 100. O lo que es lo mismo, el valor de los inmuebles que tienen adjudicados supera el patrimonio neto de la entidad. Son Cajasur con un 431,6% y, y en claro contraste con la situación de La Caixa ya mencionada, cinco entidades catalanas: Caixa Catalunya, Terrasa, Sabadell, Laietana y Tarragona. Muy por encima de la media se encuentran también las dos principales cajas valencianas con porcentaje casi similar del 82,6 % para CAM y 82,3% para Bancaja. Ambas, como el Banco de Valencia, han visto rebajada su calificación crediticia esta semana por parte de Fitch.


 

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1 comentario

Manuel escribió
04/06/2010 22:07

Mucho debe haber influido en la rebaja del rating de Bancaja y del Banco de Valencia que la primera se dedicara a invertir o especular con riesgo bancario controlando al segundo y a comprar hasta el 6% de Iberdrola no se sabe por bien qué, en lugar de desapalancarse y dar crédito a sus clientes

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