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Quo Vadis Alarte?

Por TERESA CARNERO ARBAT . 30/05/2010 "A menos de un año de las elecciones autonómicas y municipales ¿es hoy suficiente la nitidez del mensaje que trasmite Alarte sobre los temas fundamentales que preocupan a los ciudadanos y que van mucho más allá de las vicisitudes del caso Gürtel?..."

VALENCIA. La deteriorada situación política de la Comunidad Valenciana se encuentra dominada por dos rasgos estrechamente relacionados. Por un lado, el Partido Popular, con su presidente a la cabeza, afronta una compleja situación judicial con indicios claros, aunque de momento presuntos, de generalizada corrupción. Sin que quepa dejar de lado, además, como han puesto de relieve conversaciones grabadas con autorización judicial, comportamientos y actitudes por parte de algunos de sus dirigentes que están en las antípodas de lo que es el servicio público en democracia y de la ideas de interés general que, para vergüenza de compañeros suyos como Basagoiti, con tanto énfasis dicen defender.

Pero, por otro lado, no es menos destacable la incapacidad de los partidos de la oposición, y en primer lugar, del que Jorge Alarte es secretario general, por ampliar el respaldo ciudadano y, a partir del mismo, sus expectativas electorales. Al menos es lo que indican cuantos sondeos se han realizado y una percepción muy extendida entre grupos amplios de ciudadanos. Hasta el punto de que, dentro de la incertidumbre que domina los procesos electorales, hay pocas dudas de que el PP pueda volver a obtener la victoria en 2011 a pesar de las graves implicaciones de corrupción del caso Gürtel.


¿La historia se repite?

Frente a la sorpresa y la decepción que algunos muestran por la conjunción de estas dos características, o la incredulidad de la actual dirección socialista ante tales constataciones, debe indicarse que ni la situación ni su previsible consecuencia en mayo de 2011 son nuevas. En las elecciones autonómicas de 2007, tanto una parte sustancial de los dirigentes socialistas entonces con Joan Ignasi Pla a la cabeza como de los ciudadanos de ideología afín, creyeron que las graves acusaciones judiciales, y las actitudes, del presidente de la diputación de Castellón, Carlos Fabra, tendrían un reflejo electoral destacado, dando unos resultados mucho más favorables al PSPV. No hace falta recordar que la realidad demostró cuán equivocados estaban.

Frente a la fácil opción de intentar buscar cómodas explicaciones en una presunta derechización de la sociedad, que los indicadores socioeconómicos no avalan, o en la burda manipulación de los medios de comunicación controlados por el Consell, como si hubiéramos sido abducidos por unos informativos de los que la mayoría ni somos oyentes ni espectadores, cabe plantear que una parte relevante de la explicación reside en las importantes carencias que dominan la acción política del propio Jorge Alarte. El cual se presentó, y fue percibido, como adalid del cambio y a menos de un año de la cita electoral se viene demostrando incapaz de transmitir a los ciudadanos el contenido concreto de aquel lema que, aupado por la hartura de lo que parecía más de lo mismo, le llevó a la dirección del PSPV con al apoyo de muchos que lo defendimos publicamente.

Entre nosotros siguen siendo demasiados los que se arrogan el papel de guardianes de la ortodoxia y que ante cualquier atisbo de crítica utilizan el reaccionario argumento de que interrogarse críticamente sobre las insuficiencias de lo propio es hacer el juego al contrincante político, esto es al PP. En mi modesta opinión, esta es una de las muchas formas de ejercer un chantaje moral e intelectual que ayuda a explicar por qué estamos en la oposición desde hace muchos, demasiados, años y con escasas expectativas de conseguir que la situación se modifique. Porque al evitar el debate público de cuestiones que preocupan a todos los ciudadanos interesados en el espacio colectivo de la política y que nos permitan llegar a explicar la hegemonía conservadora en la sociedad valenciana y cómo superarla, nos alejamos de los ciudadanos que aspiramos a representar. Es la ausencia de este debate una de las razones principales por las que los partidos políticos y los propios políticos son vistos por los ciudadanos como parte de sus problemas y no como parte de la solución a sus problemas que es lo que, en democracia, cabría esperar.

Carencia de nitidez
A menos de un año de las elecciones autonómicas y municipales ¿es hoy suficiente la nitidez del mensaje que trasmite Alarte sobre los temas fundamentales que preocupan a los ciudadanos y que van mucho más allá de las vicisitudes del caso Gürtel? ¿Conocen éstos y asocian con él propuestas claras que conducirían a la mejora de su situación y de quienes les importan si gobernara? Como es obvio a la vista de los ya muchos sondeos publicados la respuesta es tan negativa como rotunda. Y quizá, opinan algunos sin que les falte parte de razón, porque tales propuestas o no existen o no son conocidas tal vez porque no son explicadas con claridad.

A la vista de lo ya ocurrido con el denominado caso Fabra es un grave error hacer descansar la estrategia de transmisión de la alternativa en el creciente ruido provocado por la imputación judicial de muy significados dirigentes del Partido Popular, incluso aunque entre éstos se encuentre el presidente de la Generalitat. Lo cual no quiere decir que no sea importante que se sienten en el banquillo de los acusados tan destacados gobernantes. Pero es un error deducir de ello otra cosa que el descrédito de la Comunidad Valenciana en el resto de España. Como demuestra la historia política contemporánea de las sociedades avanzadas el deterioro de la reputación del contrincante, o incluso su condena en los tribunales, por sí sola no tiene traducción en una mejora de la valoración propia ni, por tanto, en el aumento del apoyo electoral. Jorge Alarte y el resto de los dirigentes que le acompañan hoy en la dirección del PSPV no debieran perder de vista esta constatación.

No hay mucho tiempo hasta la cita electoral. Pero si no se rectifica ya, parece difícil pensar que el resultado pueda ser otro que el que hoy avanzan todos los sondeos. Con la satisfacción del Partido Popular ante la expectativa electoral de seguir en el poder pese al descrédito de la democracia que su acción gobernante ha generado ante la inmensa mayoría de los ciudadanos.

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Teresa Carnero Arbat es catedrática de Historia Contemporánea y militante del PSPV

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9 comentarios

Berta Chulvi escribió
10/06/2010 17:47

Acertadísimo artículo. Los problemas de comunicación política son siempre problemas de proyecto político, aunque a la falta de proyecto político también se puede añadir una pésima comunicación, sin proyecto político no hay comunicación política posible. A la izquierda nos falta proyecto político y ese no se construye en un artículo, como le piden a la autora algunos comentaristas, por mucho que les pese algunos, para tener un proyecto político de izquierdas hoy hace falta mucho trabajo: desterrar obviedades, movilizar saberes, adquirir compromisos... Todo ello más allá de un trabajo puntual para preparar un programa, todo ello incardinado en otra forma de entender la política y el partido...Algunos lo hemos dicho en voz alta y hasta hemos tenido la osadía de defender hasta el final candidaturas minoritaris para que no dijeran que a las ideas no les poníamos caras o que no nos atrevíamos a medirnos... El problema es que la base social de los partidos es raquitica, así que en mi opinión la receta es sencilla: nuevas afiliaciones y trabajo...nuevas complicidades y nuevos análisis. Alarte dijo que lo haría... pero si lo está haciendo lo hace a escondidas

José Luís Martínez escribió
03/06/2010 09:36

Serían de risa sino fueran para llorar la mayoría de los comentarios. A unos cientos de palabras se le piden, como también indican algunos comentarios muy sensatos, lo que son icapaces de hacer quienes están elegidos para ello y dedicados a tiempo completo. "No aporta soluciones", "vacio de contenido", y otros intentos de descalificación similares no ponen de manifiesto más que la absolusta vaciedad de proyecto de Alarte y su gente. Y por extensión del conjunto de los dirigentes del PSPV sostenidos desde la secretaria de organización del PSOE no se sabe muy bien por qué. Porque la castaña en 2011 va a ser de órdago. Por otro lado, en mi opinión el artículo sí que presenta alternativas claras, al menos en cuatro frentes cuatro, respecto a la situación actual. 1ª No centrar la acción pública exclusivamente en el caso Gürtel por importante que sea (que lo es). 2º Dejar de culpar a la manipulación de Canal 9 de la falta de apoyo social. 3º Abrir espacios de debate dentro de la organización que hoy no existen más que para alabar a los dirigentes (los invitados a las charlas de las agrupaciones son de pena: parece el prieta las filas de José Antonio Primo de Rivera) 4º Buscar un grupo reducido de propuestas que sean asociadas con facilidad a lla opción socialista Pero claro, todo eso les trae al pairo a los que se les aplicaría la versión valenciana y en serio de aquella boutade de Vázquez Montabán de que "contra Camps viven mejor". Si no es un puesto será en otro, pero cargo para vivir como reyes no les van a faltar (por cierto Alarte no ha dicho ni mu de bajarse el sueldo). Y así, como dice Carnero, es más fácil descalificar cualquier intento de decir en voz alta lo que piensan miles de valencianos que buscar soluciones que igual pasan por tener que ponerse a trabajar y dejarle el timón a otros.

Penjat escribió
02/06/2010 09:18

Pedirle a Alarte que remonte cuando el PSOE cae a plomo tanto en España como en casi todas las ccaa es exigir un milagro al que, con críticas que no aportan soluciones, ni siquiera consejos bienintencionados, no se va a llegar.

Francisco Fuster escribió
01/06/2010 22:34

A todos los que se quejan de que la profesora Carnero no especifica cuáles son esos mensajes que Jorge Alarte deberia lanzar a la sociedad valenciana, les digo dos cosas: 1) Bajo mi modesto punto de vista, la función del texto no es darle el trabajo hecho a Alarte y decirle lo que tiene que hacer; el mensaje que trasmite el artículo - y que suscribo plenamente sin ser militante del PSPV - es el de la necesidad de dar un toque de atención a la dirección del PSPV y de hacerles ver que el tiempo pasa y la sociedad valenciana no ve ninguna reacción por su parte. Al marge del habitual ataque dialéctico al PP por el asunto de la corrupción, no se percibe en Alarte ninuna capacidad para liderar un cambio, para mobilizar a una izquierda aletargada que ve cómo sus líderes políticos son incapaces de estructurar una alternativa de gobierno sólida, que ofrezca garantías y facilite la creencia del ciudadano medio valenciano en que una alternativa e gobierno es posible. 2) Por otra parte, decirles que la función de militantes y votantes de cualquier partdo no es la de hacer el programa a los políticos. Ese es justamente su trabajo y responsabilidad; para eso se delega en ellos. En un sistema democrático, el ciudadano es responsable de su voto y puede aportar las ideas y la crítica reponsable, como hace la profesora Carnero. No se confundan ustedes: quien tiene que pensar en el mensaje y quien tiene que transmitirlo son el señor Alarte y sus compañeros de partido. Si no saben hacerse escuchar son ellos los que deberían de trabajar más y explicarnos qué es lo que quieren y cómo piensan lograrlo. Son ellos los que deben convencernos a nosotros.

Pulitzer escribió
01/06/2010 13:38

Hombre, por lo menos Carnero da la cara en sus críticax y no se esconde en seudónimos como los de aquí abajo, aunque dudo que la vuelva a poner dada la tontería esa de criticar al mensajero y no al verdadero protagonista de esta historia, el tal Alarte cuyas capacidades de gobierno solo las deben conocer en su casa porque lo que es hasta ahora está por descubrir. En ese partido siguen produciéndose demasxiados tics tribales...

MCV escribió
01/06/2010 09:03

El mensaje no es nítido. Lo acepto. ¿Podría explicarnos la articulista que mensaje lanzaría ella y como lo lanzaría con nítidez?

pepito escribió
31/05/2010 19:05

Teresinha tiene parte de razón. Si desde 1995 el PSPV va de derrota en derrota (¿hasta la victoria final?) parece evidente que no es fácil darle la vuleta a la tortilla. Por varias razones, las dos principales, a mi juicio, que no hay partido (ver a Lerma chupando del bote en el senado pone los pelos como escarpias) y que el PP ha acertado con su política de agit-prop: agua, demonización del PSOE como enémigo, valencianismo light, grandes eventos......En fin, con aportaciones como las de Carnero, totalmente vacías de contenido, difícilmente los progres volverán a gobernar en la CV.

Manoli escribió
31/05/2010 11:02

No puedo estar más de acuerdo con el texto de Carnero y más en desacuerdo con el comentario. ¿No cobra un pastón Alarte, como Broseta, Alborch i tantas otras por ese trabajo?. Pues que se estrujen la mollera en lugar de comer tanto canapé. Lo que parece pretender la que firma Teresinha es como si cuando viene un técnico a arreglar la tele tuviéramos que ser nosotros los que le dijéramos cuál es la avería. Pues estaríamos aviados.

Teresinha escribió
31/05/2010 10:10

No puedo dejar de compartir ciertas ideas aquí expuestas que no por ciertas no dejan de ser lugares comunes. Ahora bien, vayamos a lo mollar: ¿Por qué la señora Carnero no indica cómo y qué ideas-fuerza habría de transmitir Alarte a la sociedad valenciana? Una cosa es predicar y otra dar trigo.

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