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La Paradoja de Condorcet

JORDI PANIAGUA SORIANO (*). 25/08/2011 "La libertad, igualdad y fraternidad, los ideales de la Revolución francesa, no se quedaron en manuales de buenas intenciones, al estilo 15-M, gracias a matemáticos como Condorcet y Poisson, que aplicaron la filosofía revolucionaria a las instituciones..."

VALENCIA. La libertad, igualdad y fraternidad, los ideales de la Revolución francesa, no se quedaron en manuales de buenas intenciones, al estilo 15-M, gracias a matemáticos como Condorcet y Poisson, que aplicaron la filosofía revolucionaria a las instituciones. Nuestro sistema legal y electoral se asienta en los estudios de los grandes estadísticos franceses, que estudiaron asuntos como el número óptimo de miembros de un jurado o la probabilidad por la cual un acusado puede ser declarado culpable.

Nuestro estratificado sistema legal, con la constitución, leyes orgánicas y ordinarias, decretos legislativos y demás ordenamiento jurídico, tiene su raíz última en la 'Paradoja de Condorcet', según la cual en ciertos casos, las votaciones presentan resultados injustos.

Para sobrevenir esta situación Condorcet propuso dos soluciones que han llegado hasta nuestros días: una adecuada instrucción al votante y un sistema electoral y legal a prueba de cambios caprichosos. Por ello no es fácil cambiar la Declaración Universal de los Derechos Humanos, ni la Constitución, ni leyes fundamentales, sin un amplio consenso.

¿Recuerda alguien la pregunta del referéndum de la constitución europea? Condorcet ya nos habría prevenido del nefasto "no" ante una instrucción tan mediocre. Y nos habría prevenido de las nefastas consecuencias de carecer de una norma supraeuropea. La Unión Europea, cebada de instituciones, parlamentos y comisiones, no ha sabido articular una verdadera unión política más allá de directivas y transferencias económicas.

En última instancia, de la paradoja de Condorcet se deduce que no basta con detentar instituciones públicas para garantizar la democracia. El modo de funcionamiento y el reglamento, como aseguraba Romanones, son indispensables. Las democracias occidentales parecían haber superado la paradoja, pero aún existen regímenes autoritarios se esconden bajo instituciones aparentemente democráticas.

El último episodio del presidente de la República Francesa (y de la canciller alemana) imponiendo las reformas constitucionales a los países del euro es una paradoja: ambos países superaron en la década pasada el límite del 3% fijado por el tratado de Maastricht. Preocupados por el déficit fiscal, Merkel y Sarkozy olvidan a Condorcet e incurren en un déficit democrático.

La segunda reforma constitucional española seguirá el dictado del déficit francoalemán. La reducción de la deuda es acertada para frenar una crisis de sobreendeudamiento. Pero puede que no sea la mejor opción para actuar contra futuras crisis de oferta o de demanda, que requieren un esfuerzo de endeudamiento y flexibilidad.

¿Reformaremos cíclicamente la constitución con cada recesión? El Tribunal Constitucional tendría entonces argumentos para dictar otra fabulosa sentencia declarando inconstitucional la crisis y solucionar el problema.
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(*) Jordi Paniagua Soriano es ingeniero de telecomunicaciones y economista, profesor de la UCV.

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4 comentarios

Gero escribió
26/08/2011 12:10

Más acá de Condorcet, hablaré como ciudadano. ¿Porqué son los gobernantes de otros países los que nos imponen cambios constitucionales? ¿Porqué en Agosto y sin debate o referéndum? ¿habrá una ley que establezca gastos superfluos para cumplir el equilibrio, o se pensará en el repago sanitario antes que en la reducción de gasto militar o la reducción de representantes públicos? ¿De todo esto, qué dice el parlamento europeo o cual ha sido su intervención? ¿Estamos, de forma efectiva, perdiendo el gobierno económico del estado en favor de la opinión de los mercados? ¿Se basan los mercados en el justo examen de los parámetros económicos o más bien se rigen por las reglas del comercio?¿Deberíamos usar tasas de interés negativo en vez del actual sistema financiero(va por ti, Silvio Gesell)? Con la destrucción de empleo actual, ¿porqué está el foco en el abaratamiento del despido en vez de en la creación de empleo? ¿Acaso no hemos visto lo fácil que es destruir y lo que nos va a costar construir?¿Olvidamos las mínimas reglas del proceso lógico o método científico? ¿Porqué todo esto es antisistema cuando el propósito es perpetuarlo?¿Porqué los del 15M no tienen la más mínima base cultural o interés social para conocer realmente todas las opciones políticas en las elecciones y proponer el voto a alguien, decantarse, tener verdadera opinión? ¿Tuvo Condorcet en cuenta a los creadores de opinión, think tanks, lobbys y demás poderes económicos que no hacen otra cosa que comprar opiniones o leyes? Los cambios, realmente, no son de fondo. Las recetas ya fueron aplicadas, y no han funcionado.

JOAQUIN PEREZ escribió
26/08/2011 11:27

Creo que todos conocemos que existen diferencias sustanciales entre la teoria y la practica, entre discursos y hechos. Resulta evidente que quien te "presta dinero" exiga una serie de condiciones al deudor para tratar de garantizar el pago de la deuda y que el destino de los fondos se aplica sobre las partidas acordadas. Es basico tener una base teorica que sustente cualquier politica, los problemas comienzan en la practica. Por que exigen un techo del gastos publico (deficit) en la Constitucion? Es evidente, no se fian y creo que motivos no faltan.

Alejandro escribió
25/08/2011 20:01

Estoy muy deacuerdo con la conclusión final. Nadie gobierna para el futuro y así siempre llegaremos tarde...

Arouet escribió
25/08/2011 07:38

Condorcet no hubiera utilizado la expresiòn normativa de "resultados injustos" referida a elecciones. Lo que señala la paradoja tiene poco que ver, en mi opinión, con lo que el texto señala. Lo que viene a indicar es que en ocasiones la voluntad electoral de la mayoría entra en conflicto consigo misma. Y los resultados no ser los preferidos por la mayoría. Pero él mismo argumentó que esta posibiliadad se reducía notablemente aumentando el númeo de intervinientes en el proceso. Y al mismo tiempo se ha demostrado que sus resultadoss solo se cumplen cuando el número de electores que prefieren a los candidatos (3 y 3 en su exposición) es igual.

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